miércoles, 1 de septiembre de 2010

Half demon

No sé el por qué de mis acciones. Nunca seré aceptado por la oscuridad de mi esencia. Tú fuíste la primera en ver la luz de mi espíritu, en ver la belleza de mi alma -como tú decías-.
Hago cosas por la luz y me alejo de la oscuridad, pero yo soy parte de esa negrura demoníaca.

Decías que todo cambiaría, que al final me dejarían estar entre ellos pero, solamente soy un instrumento; una marioneta que ellos utilizan para enfrentarse a estos señores de los demonios.
Evito toda compañía humana y en mis pensamientos siempre estás. Demasiado dentro de mí estás.

¿Cómo vivir así? Soy inmortal y no supe protegerte, me culpo a mí mismo por lo que te sucedió y ahora solamente disfruto de tu compañía siendo tú un espíritu. Algo enlazado a mí, te quedaste aquí por mí. No quiero que te enlaces a mí; yo quería que estuvieses allí arriba. En ese mundo donde tú decías que no había dolor.

Busco un perdón y tú me dices que no tienes nada que perdonar y aún así... ansío ser perdonado, por fallarte y tú intentas calmarme diciendo: Nunca te he culpado de nada, ¿viniste a por mí, no? Eso me basta.

Pero yo no puedo creerte, sigo estando así, lleno de una rabia y odio hacia mí mismo, como mis dibujos expresan el dolor a la soledad...

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