martes, 30 de marzo de 2010

Adiós

-No pude...
Entre sollozos, odio y rabia, mi pelo plateado cubría mi rostro, impidiéndoles ver a mis amigos o enemigos mis lágrimas amargas. Los latidos de mi corazón se hacían cada vez más rápidos e intensos, miles de recuerdos venían a mi mente. Recuerdos relacionados con ella y conmigo, con todo lo que sería nuestro futuro...
Ahora no habría un futuro, solamente un presente que no viviría por mí mismo. Viviría por las vidas de mis amigos, como antaño hacia, antes de conocerla. Yo era el responsable de protegerla... y... no... pude...

Aquéllos paseos en barco, en el Natselane, que tanto disfrutábamos viendo el mar y las olas.
Nuestros abrazos, besos y conversaciones habían acabado para siempre.
-¡No pude! -grito con todas mis fuerzas-. No pude salvarte..., siempre te he fallado y ahora... nada queda ya...

Con mis garras desgarro mi piel, escribiéndo tu nombre en mi cuerpo. Siento el dolor, malgasto mi furia en mí, en vez de con el enemigo...

Adiós, querida...

domingo, 28 de marzo de 2010

Tríangulo

Qué fácil seria matarte y qué poco me conviene.
Mi paladar está seco y tú,
sin embargo te ofreces para que beba de ti.

Qué fácil sería quitarte la vida y qué poco me conviene.
Un disparo,
una bala de plata penetra en mi piel y acucia mi sed hasta el límite.
No puedo soportarlo más.

Tu protector vuelve a disparar.
¿A quién elegiras? ¿Al mortal o al inmortal? ¿Al que puede ofrecerte una vida de alegrías o al de las penurias?

Los dos peleamos a muerte por ti y eso no te conviene.
Porque... ¿Qué pasará cuándo uno de los dos muera?
No podrás aguantar la herida que te infligiremos los dos.
Tu luz se apagará y querrás acabar con la vida del que quede en pie.

La sed me llama a acercarme a ti aún más y tu protector con sus disparos no me deja acercarme.
¿Qué mis heridas sanan? Sí, eh incluso río por todo esto.
Es dramático como cual novela de amores imposibles.

Vida y muerte,
eso te ofrecemos.
Yo soy la muerte y la vida a la vez, y él la vida y la muerte eterna.
¿A quién elegiras, al inmortal o al mortal?

Los disparos hacen salir de mí un odio ancestral.
Convirtiéndome en un demonio peor de lo que soy,
más despierto y más sediento.

¿A quién elegirás, amor?

Este dolor no lo aguantarás, porque no eres como yo, ni como él.
Tu luz se apagará, cual sol ha de morir...

jueves, 25 de marzo de 2010

Fantasma

Nadie me espera allá donde voy.
Nadie me echará de menos cuando haya desaparecido.

Llegará el día en el que el baile acabe.
Llegará el día en que los días acaben y reine la oscuridad.
Sólo habrá la luz de las estrellas y la luna que iluminarán la Tierra.

No tendría que haberme marchado tan pronto.
No había llegado mi hora.

Ya apenas recuerdo cómo era.
Ya apenas recuerdo a la gente que conocía.
Ya apenas recuerdo cómo era mi vida.

Tengo grabado en mi hectoplasma tu rostro, o al menos un boceto de el.
¿Te quedas conmigo?

Eternamente juntos y eternamente separados.
¿Te quedas conmigo?

miércoles, 24 de marzo de 2010

El Señor de los Lobos Condenado

Debo aprender a controlar mis impulsos.
Esclavo tuyo una vez al mes.

¡NOCHE DE PLENILUNIO!

Huid.
Pues esta bestia no distingue la bondad de la maldad.
No distingue de hombre y mujeres, de críos y crías.
Esta historia quedará en la memoria de todos aquéllos que contagié.

¡NOCHE DE PLENILUNIO!

Soy tu esclavo una vez al mes.
Pero una noche basta.
Porque esto es demasiado doloroso.
Transformación, pérdida de la conciencia.

¡NOCHE DE PLENILUNIO!

No puedo creer todavía que soy lo que soy y es lo que soy.
Huid, iros de aquí.
No estáis seguros conmigo, ni con aquéllos a los que contagio.
Esto es una maldición.

¡Noche de plenilunio...!

martes, 23 de marzo de 2010

El fin

Todos se marchan.
Dejan estas tierras que antaño conocieron la gloria.
Ahora sólo quedan cenizas.
Lo que creamos está muerto.
¿Lo estaremos nosotros?
¿Estarán muertas nuestras mentes y almas?

Las plantas ya no dan flor, los árboles ya no dan su fruto al hombre y a la Madre Tierra.
El agua de los ríos ya no fluye, se ha transformado en una escarcha que helaría y mataría al propio corazón.
¿Estará muerto de verdad nuestro mundo?
¿Estaremos nosotros muertos?
¿Este es el mundo de los vivos o es un macabro mundo donde vamos al morir?

Ya no tengo las cosas claras.
Ya no tengo las cosas claras.

¿Dónde está la hierba de las llanuras que alimentaban a nuestros caballos?
¿Adónde se marcha el pueblo ataño orgulloso de sí mismo?
¿Dónde están aquellas ciudades de piedra blanca que tanto orgullo y aprecio nos hacia sentir?

Ya no tengo las cosas claras...

miércoles, 17 de marzo de 2010

Garret

Todos están muertos. Sólo él queda para recordarlo todo.
Se encontraba dormitando en el bosque, apoyado en un árbol. Los sonidos de la noche no lo despertaban, ni el aullar de los lobos ni el ruido de los grillos. Estaba tan cansado que no podía si quiera abrir los ojos y eso menos le apetecía ahora.

Sumergido en un sueño: se veía así mismo dormitando como en la realidad, pero en un campamento donde había grandes hogueras, tiendas. Donde se oía las canciones de hombres y mujeres llenos de esperanza. Después de eso todo se vuelve negro. Hasta que vuelve a ver el campamento sumido en un sueño profundo y más allá de el, una figura encapuchada miraba entre los árboles al hombre durmiente, que al notar que alguien le miraba se despertó. Cogió su espada y mirando a todas partes vió a la figura encapuchada.
La figura se puso a caminar rápidamente por el bosque y él la seguía a ciegas, pues aún tenía los efectos del sueño encima.
Cuando llegaron a una zona donde los árboles se separaban unos de otros, la figura encapuchada retiró la capucha y un largo cabello negro caía por su espalda, después se dio la vuelta, mirando al guerrero.
Él al reconocer sus rasgos, sus labios finos, sus ojos verdes, su nariz... Todo lo que era ella...
-Morrown -dijo él, impresionado.
-Sí, Garret. Soy yo, soy yo -dijo ella, acercándose para acariciarle la cara.
-¡Estoy soñando!- comprendió él al instante, cuando ella le tocó la cara con una mano tan fría como el hielo.
-Así es y debes despertar. Despierta, Garret.
Y ella se volvió humo...

sábado, 6 de marzo de 2010

El faro

Ella siempre decía:
Que tengas felices sueños, que descanses y despiertes feliz por la mañana.

Recordar aquella misma frase me entristecía, tanto como recordarla a ella. Ver cómo se pintaba los labios con mucho cuidado, cómo siempre utilizaba el mismo aroma del jabón. Y cuando la olía me recordaba a una clase de flor, pero ya no recordaba cual.

Estaba apoyado en la barandilla de un faro abandonado, que hacía años que nadie utilizaba y era tan tétrico y extraño que lo había considerado mi segunda casa. Una casa que me ayudaba recordar tiempos pasados peores o mejores, tampoco lo recuerdo muy bien. Ya que yo ya no estoy vivo, y cuando mueres la vida ya no te importa mucho, dada mi condición y la de los demás que son como yo.

No nos importará mucho pero a la vez, nos gustaría volver a ella. Volver a vivir.
Yo no la viví mucho y el tan solo recuerda de aquella chica, que no recuerdo ni tan si quiera el nombre...
Ella murió antes que yo, pero no sé si es de mi condición: un fantasma.
No sé si está en el infierno o en el cielo, pero se rumorea entre los fantasmas que las almas buenas pueden visitar el mundo de los vivos e incluso que a veces bajan a charlar con otras almas conocidas sean -familiares,amigos- etc.

Si pudiera llorar lo haría por haber desperdiciado mi oportunidad...