miércoles, 24 de marzo de 2010

El Señor de los Lobos Condenado

Debo aprender a controlar mis impulsos.
Esclavo tuyo una vez al mes.

¡NOCHE DE PLENILUNIO!

Huid.
Pues esta bestia no distingue la bondad de la maldad.
No distingue de hombre y mujeres, de críos y crías.
Esta historia quedará en la memoria de todos aquéllos que contagié.

¡NOCHE DE PLENILUNIO!

Soy tu esclavo una vez al mes.
Pero una noche basta.
Porque esto es demasiado doloroso.
Transformación, pérdida de la conciencia.

¡NOCHE DE PLENILUNIO!

No puedo creer todavía que soy lo que soy y es lo que soy.
Huid, iros de aquí.
No estáis seguros conmigo, ni con aquéllos a los que contagio.
Esto es una maldición.

¡Noche de plenilunio...!

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