domingo, 26 de agosto de 2012

Mar Maligne

Soy un espectador, un jugador que ve cómo las fichas se mueven en el tablero de la vida, donde las palabras dichas por la gente son armas de filo. No tengo armas y tampoco herramientas, desprovisto de cualquier método para ir más allá de lo que he ido.


No hay demonio ni ángel, ni vencedor ni caído. Solamente hay oscuridad en un sueño donde nace la luz tivia de la luna. Si fuera un lobo gritaría a la luna y mantener el nivel de lo terrenal como lo espiritual en un término medio.

Estoy en un barco de ida, en el Mar Maligno









Sóc un espectador, un jugador que veu com les fitxes es mouen en el tauler de la vida, on les paraules dites per la gent són armes de tall. No tinc armes i tampoc eines, desproveït de qualsevol mètode per anar més enllà del que he anat.




No hi ha dimoni ni àngel, ni vencedor ni caigut. Només hi ha foscor en un somni on neix la llum tivia de la lluna. Si fos un llop cridaria a la lluna i mantenir el nivell del terrenal com l'espiritual en un terme mig.



Estic en un vaixell d'anada, al Mar Maligne

jueves, 23 de agosto de 2012

Power

El miedo a lo incomprensible forma parte de la raza humana.


¿Por qué caigo? ¿Por qué existe aquélla fuerte atracción que a una gran altura me mataría? ¿Por qué me quemo con ése elemento? Es un océano de por qués que tienen una respuesta lógica y natural, que simulamos entender. Sí, dijo simular en vez de comprender directamente. Son cosas que pueden superar a una mente humana, aunque claramente, hay gente que tiene el don de entender con facilidad, de saber ver lo que hay y lo que se explica.

Soy joven e ignorante. El mirar las estrellas y soñar no es suficiente para mí.

Mirar fotos de planetas volcánicos, helados, desérticos es toda una maravilla, pero a mí me llena de terror. Es un poder inmenso crear algo así y no niego reconocer que me intimida. Me intimidaría estar en un recipiente cerrado, con una escotilla como única salida y estar en medio de la nada, de una negrura infinita, con astros gigantes y lejanos. Sin llegar a estar solo, creo que me volvería un demente agresivo o alguien ajeno a lo que soy ahora, en cierta manera. No tendría espacio para mi propia intimidad.

El desconocer es algo que también intimida, por que no se sabe lo que estás pudiendo ver: una lección, un texto, una foto o un vídeo.

Espero y deseo, que en la vida no tenga ese poder para que llegue a creer que las cosas me superan.

sábado, 18 de agosto de 2012

Caras

Entre día y noche, cada vez que duermo, me despierto de variadas maneras: unas son con demasiada pereza, en otras estoy más que dispuesto a estar absolutamente dormido, ocasiones en el que el pensar se vuelve un todo... Cosas que no sé ni explicar con las palabras certeras. Bueno, no sé decirlas todas.

El frescor del aire frío me hace sentir cómodo y tranquilo; el frío del invierno cala a todo el mundo y lo echo de menos.

No veo lo que tendría que ver, pues el mañana me preocupa. Me preocupa la suerte que pueda tener o no tener. No llego a controlar lo que pasa, como nadie y así, sumido en un ensimismamiento, no puedo evitar sentir una risa que puede recordar a la de un loco. Podrían recordarme al Doctor Frankenstein cuando grita: ¡está vivo! Por suerte, no se le puede relacionar conmigo.

Vengo de cosas serias y absurdas, fruto de una desesperación que controlo en los momentos más "leves" y que me descontrola en los más "graves".  Y a mí vienen las tonterías más absurdas como: "¿qué dicho? ¡Ninguno, no te lo he dicho!" "¿Quereis conocer los niveles de P y H? ¡Los tenemos bajos, bajos, bajos, tan bajos que están chiflados los dos! Jejeje" "Tus entrañas se convertirán en tus extrañas" "Pikel dice: Ji, ji, ji... ¡Boom!"

Más tarde vienen las más serias. Frases de libros que he leído docenas de vecesm los momentos, las descripciones que más me llamaban la atención, pero que no pondré aquí. No hay que ser un genio para saber cuál es mi actitud ante muchas cosas.

Las amistades son fuertes, los lazos emocionales complejos -mejor-, situaciones difíciles e incómodas. Sé que no estoy escribiendo nada nuevo, o puede que piense eso. Pienso que hace mucho que no escribo nada tan bueno como me salía todo en el pasado. No voy a centrarme en eso.

Los caminos son difíciles y todos los recorremos solos, al menos, la mayor parte del camino. Parezco un dragón de los cuentos de literatura fantástica: dormitando en una caverna, guardando tesoros que para mí tienen un gran valor, sin prestar atención a otra cosa y sabiendo defenderme de cualquier cosa exterior a mí.


Cuando alguien mira al cielo nocturno y ve la luz del Sol reflejada en la Luna, puede ver que es una cosa hermosa y lejana, misteriosa como lo podría ser el propio espacio. Frío, silencioso, inerte y vivo con miles de estrellas, cometas... Me estoy desviando. Día a día, la Luna mengua de forma, cambia y pasa de plenilunio a luna nueva. Muchas veces no se la llega a ver entera: la cara oculta.

Sí, me gustan muchas cosas oscuras en muchos sentidos, pero cuando veo parte del cuerpo celeste con luz y oscuridad, puedo llegar a verme a mí mismo o a cualquiera. No se sabe todo nunca, y hay cosas que nadie llega a saber. Yo me quedo con cosas que no quiero explicar para nada del mundo a nadie. Me asusta que supieran ciertas cosas que yo pudiera sentir, como la envidia que puedo sentir incontables veces y... por dentro lloro, mientras que mi rostro se vuelve serio. La actitud empeora en muchas ocasiones.

No podéis entenderme del todo, y sí en parte, pero sé que tampoco os entiendo tan bien como me gusta creer. Los pensamientos de uno pueden engañar a su propia persona.

La Cara Oculta saldrá cuando yo mismo pueda tener las fuerzas o el valor -las dos cosas-, de poder decir que puedo llegar a estar orgulloso de lo que soy. No soy malo, pero no me veo bueno.

Esto no es un escrito triste, es un reconocimiento propio.

Me llamo Legion, pues soy muchos.
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Doom

-No me conoces. No sabes las maldades que he llegado a hacer.
-Eres mi hermano. Te conozco.

jueves, 16 de agosto de 2012

¿my?

¿Por qué un Edén tiene que tener la pinta de un mundo perfecto? Nada así existe. Los mortales estando vivos no podemos ver algo así: un lugar lleno de luz, belleza, generoso y, sobre todo, sin maldad. Pero no hay un lugar parecido. ¿A quién no le gustaría un Paraíso propio? Es un buen sueño, pero es irreal. Irreal como los sueños de los niños y adolescentes, como de muchos adultos.

Muchas veces he pensado eso, y sobre todo, cuando estaba sólo en mi cuarto y de noche -lo digo por cierta persona que es la propia hija de Lucifer-, y deseaba un lugar así con toda mi alma. Podría estar tranquilo, sin dolor ni molestias y... con la eternidad para disfrutar de personas de mi sangre que no conocí y que gracias a ellos estoy aquí ahora. A veces, algo así es una maldición pero, tiene su toque de bendición. ¡Qué raro que yo diga algo así...! Disfrutad el verme así.

No he superado con entereza muchas cosas de mi vida pasada y, hasta puede ser de la presente. Es un mundo y un modo incierto de vivir y saber. Una cosa extraña que nadie controla y que no se puede controlar. Nadie es un Dios.

Pienso que al estar tranquilo -al permitirme estarlo sin estar dormido- es una de las mejores cosas que tengo, aparte de la gente que ya tengo. Mucho que aliviar, mucho que avanzar y enfrentar.

Soy un extraño en el modo de sentirse de ésta manera, como si no supiera dónde voy, pero que sé en cierta manera qué hago. Aunque no niego que muchas veces me veo en el camino equivocado y temeroso miro atrás. Una imagen de mí mismo mira lo que ya recorrí pero que no superé y piensa si quedarse ahí o ir a lo desconocido. ¡Un miedo tremendo se apodera de mí! Es como si pudiera parar los látidos de mi corazón, o hacer que el tiempo resultase más lento y yo apreciase ese horrible detalle que me pondría más nervioso.

Lo repetiré: estoy tranquilo ahora, pero sé que no será para mucho tiempo. Habrá veces que me cerraré del todo, otras que no me abriré mucho, en ocasiones lo suficiente y otras lo bastante. Pero no puedo saber cómo me pillará los estados de ánimo que me permitan hacer eso.

Disfrutaré de esto todo lo que pueda y descansaré, queriendo soñar que puedo llegar a más. Llegar a sentir una tranquilidad completa en que los pequeños problemas no me hagan comerme la cabeza como siempre. Deseo volver a estar así.

Rex quiere decir rey... así que sé un rey y suelta a ese hombre malo. Tú no eres como ellos, eres un gigante. No te conviertas en uno de ellos. Sé mejor porque tú no eres un rufián.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Siendo el discípulo

-¿De qué me sirve ser un ángel si no puedo salvar a la gente?
-El mal se manifiesta de diversas maneras, pero sólo hay un modo de combatirlas.
-¿Y cuál es ésa?
-Cambiarás y lo entenderás.
-Estoy harto...
-Eres joven y, ni si quiera tendrías que ser un ángel a ésta edad, pero Ellos ya vinieron a ti en muchas ocasiones. Has de estar preparado, pues solamente tú puedes leer las señales que se te mandan. Ni yo ni nadie.

En el acuario, los pequeños bancos de peces nadaban con una calma infinita, con la paciencia de los que están de un modo que nada malo los pudiera alterar; en cambio, los delfinos jugaban entre sí. Podías verlos hacer piruetas cuando saltaban sobre el agua, jugando entre ellos. Nadaban en una especie de baile que ellos podían entender, porque parecían estar sincronizados.

Ángel miró el acuario, con una sonrisa de gozo, por ver cómo su púpilo se hacía tantas preguntas y la visión que no lograba tener pero, sobre todo, porque tenía que aprender cosas de ésos magníficos animales. Que ni si quiera en cautividad podían perder la esencia de lo que eran en los océanos.

-Aprende de ellos-le dijo, señalando a los delfines con su rostro, ladeándolo.
-¿Qué puedo aprender de unos... animales?
-Ser paciente y atrevido para cuando la ocasión lo requiera. No tendrás ni un poder más ni un poder menos.

lunes, 13 de agosto de 2012

-¿Te das cuenta de tu alcance?
-No.
-¿Sabes lo que has hecho o te das cuenta de ello?
-Querer.
-¡No, no has hecho eso! Has apartado a todos. Te superan demasiadas cosas y te creíste fuerte.
-De la nada voy a la nada. Del polvo al polvo y el sentido se quebró.
-¿Estás seguro? ¿No hay ni un resquicio de Luz para ti?
-Déjate de preguntas.
-¿Por qué?
-No quieras respuestas que no vas a entender.



Así se cerró un círculo completo de estúpidez.

sábado, 11 de agosto de 2012

Susurran mentiras

Soy la pregunta del millón, el signo de interrogación. ¿De qué servirá lo que vas a decir si no te voy a oír? Humano no puedo ser, pero dime cómo aprendí lo que nadie me enseñó. Ser real y querer sentir el mundo igual. No tendría por qué cambiar. Nadie lo va a intentar.

Te daría el cien por cien de lo que yo soy si vienes donde voy. No sé nada del mal y bien, no soy nada de lo que veis. Sigo soñando porque sus palabras susurran mentiras que yo jamás querré. Sigo aquí y nadie puede ver, lo que yo llego ver y lo que podría ser.

Mostraría lo que soy, si dejase el temor y todo seguirá igual.

Nadie más puede ver, lo que yo puedo querer, adónde quisiera yo ir. Haciendo guardia sin el fuego solar, en una tierra helada. No respondas así porque sí.

No me entiendes y jamás seré lo que se espera de mí. Ya nadie podrá conocer, porque no puedo ser lo que tendría que ser. Y yo sólo quiero sentir el mundo igual, seguir siempre así. Nadie más lo va a intentar y no entiendes que yo sigo aquí.

Tú ves lo que ellos nunca ven. Me conoces y mostraría cómo soy. No me alcanzan y, ¿qué sabrán del mal y el bien? Susurras mentiras que yo jamás podré querer. Seré un yo real y porque tendría que cambiar. Sigo aquí, estoy aquí, en un mundo del que no puedo huir, soñando en lo irreal. ¡Algo que nunca va a pasar!


¿Qué es lo que tienes que decir, si no te voy a oir? No lo entienden, no estoy aquí. Y yo sólo quiero ser real, sentirme un igual. Jamás podré ser lo que se espera de mí.

Nadie me alcanza porque soy capaz de hacer brillar mis estrellas estrelladas

jueves, 9 de agosto de 2012

-Veo, veo -¿Qué ves?

-Que me condenen al Infierno-me atrevo a decir. No es una frase dicha por un personaje

Muchas veces es fácil sacarme de mis casillas, otras es casi imposible. Digo mucho sobre sentir rencor y, ahora, ya hay veces que no lo hay. Puedo maldecir que será una mentira momentánea, decir que todo es una  gilipollez -una auténtica gilipollez-.

Me sobran las cosas que no sé, pero no lo que ya sé. La consciencia de alguien puede notar cosas y no notar nada. Algunos aciertan, otros se equivocan y otros hacen lo que les da la gana para ganar lo que quieren ganar.

Perdí mis casillas y no me volví contra nadie, aunque lo deseaba. No me afectan las cosas como la gente cree. Les doy mi propio significado y de ahí ya hago lo que me parece, como la manera de pensar. No me dejo entender. Así os despisto momentáneamente a todos para que nadie sepa qué hacer conmigo. El caso no está perdido y ni yo lo estoy.

Sigo desvariando como hago ahora, cuando no me sirve decir esto. Ya me he lamentado suficiente.


¿Qué veo? ¿Qué es lo que quiero ver? No, esa última pregunta no es la que yo he dicho. No es la correcta. ¿Qué puedes estar viendo tú en todo este tiempo?

Siento que el corazón me pesa, como un peso muerto y está vivo.

Vi una chica que no se abría, Veía miedo cuando era lo normal, no vi el rechazo que debía causar. Todo fue difícil, hasta que conté la vida tal y como fue. No hubo un malentendido, no hubo un juicio, y solamente un silencio que para mí era incómodo. Algo que no soportaba y me molestaba, que detestaba. Como todo, se fue avanzando. Siempre con la pantalla delante -otra frustración, otra cobardía-.

Me cabreaba y me prometía que no volvería a hablar, a no contar nada. Y como un tonto volvía a aquéllo que me causaba todo lo que escribí más arriba. El miedo y los nervios jamás desaparecían; momentos del antes y del después. Estaba atrapado en una telaraña. Fue avanzando.

Tenía preguntas, como siempre: ¿por qué tenía que ir detrás? ¿Por qué me abría? ¿Por qué siempre me sentía un idiota y tonto cuando pasé un rato agradable aparte de lo desagradable? ¿Por qué tenía que ser yo el que buscase? ¿Qué tenía que buscar? 

Con el tiempo todo se fue explicando, y cada vez era más crío y orgulloso, para luego a pasar a ser alguien que no cuenta nada y se limita a ayudar o a escuchar. Encerrarme por el miedo que dejé de sentir durante un corto período de tiempo. Se fue magnificando, todo se hizo más intenso y pesado. No era una tortura al completo. Quería saber, quería conocer y lo conseguí, pero no todo. Claro que no, como nadie obtenía todo de mí.

Pasaron los meses y decías más de ti y yo leía, mientras cabía en mí la preocupación y el horror. No era una mera observación. No te analizaba como dije que hacía a los demás; que los estudiaba con lo que yo mismo decía para conocerlos, como a ti misma te estudiaba. Fui cometiendo errores una, y otra y otra vez. Hacía daño al mundo con mi mal humor y tú, aunque cansada, seguías ahí. Yo era el coche que debía cruzar y tú la farola que permitía el paso. Lo permitías, pero yo no cruzaba la línea. Quedándome allí quieto, como un disco rayado que ya no tenia más que decir: ni a ti ni a nadie. Y yo seguía con lo mismo. Me importaba todo lo que sentía y no decía nada. Prefería que hubiera otros como aquel que tú y yo conocemos. Pienses lo que pienses de él, os veía de tal manera que yo enfermaba de envidia. Me alejé aún más y ya ni hablábamos cara a cara.

¡Todo por escrito!

Quería más, aún viéndome como el malo, sabiendo que yo no era perfecto para nadie. Y desde el principio ya te decía mis intenciones.

Aún no lo he dicho todo, así es como veía las cosas.

Veía un brillo en los ojos, una sonrisa no formada en los labios. Quise hacerte reír, quise verte sonriendo. Lo conseguía y no lo conseguía en muchas, muchísimas ocasiones. No te entendía y me cabreaba y no era capaz de odiarte. Sólo lograba estar molesto, lograr una excusa por la que culpar como culpaba mis creencias y esperas.

A ti no te bastará, a mí sí. Crees que eres egoísta y imperfecta, como si fueras el centro del mal y mi dolor el centro de mi mundo. Me da igual que pienses eso. Me da igual cómo te veías a ti misma, porque yo no tengo tus ojos. Tengo mi propia opinión y dónde tú ves la maldad yo veo un querer. Un cariño que ni sé explicar.

Muestro mi frialdad e indiferencia, pero porque espero u esperaba cosas. Ahora me las tengo que negar. Pero todo lo que veo sigue ahí intacto. Alguien como tú pudo estar conmigo y alguien como yo pudo estar contigo. No todo es lógica fría, no todo es explicado como lo harías en en un resumen para estudiar para saber cómo y por qué es cada cosa. Así es todo, y así seguirá.

De esto puedes decir o pensar lo que quieras. Esto es lo que hay por mí. Si no acabas de estar satisfecha, no sabré qué más decirte. Porque yo no soy una maldita enciclopedia de cómo va exactamente. No soy un técnico que sabe leerse el manual de mi propio mundo.

Ahora ya he perdido la manera de sonsacarte lo que yo deseaba. Así que no podré hacer más para obtener la razón.

domingo, 5 de agosto de 2012

¿Qué...?

Nunca hubo orden en mi mente siendo humano y ahora, no es mejor a cuando antes. Todo se mezcla en uno y de ahí ya no soy algo que comprende ni razona. Solamente soy un ser que está ahí, acechando como lo haría un depredador. En un sitio oscuro y una vez más, arrebataría las vidas que debo cobrarme.

La asamblea comenzó como siempre: con una charla de cómo servir a nuestro amo Satán, de cómo ser mejores siervos. Que no pisáramos suelos sagrados y no mezclarse con el populacho.

¡Siempre era la misma charla de idioteces de unos viejos cortos de miras, que no saben mirar más allá de una figura demoníaca, que ni existirá como tampoco existe su maldito Creador!

Desde ese punto, me lleva el cuestionarme el por qué de mi existencia sobrenatural. No había pacifismo en mi naturaleza y la guerra tampoco era la imagen exacta de mí.

¿Qué podía hacer? Ir adónde sea, para apreciar el mundo en el que desperdicié una frágil existencia humana de servidumbre a la sociedad. ¿Qué quisiera hacer? Esperar y tener un palacio abandonado. Un vestigio antiguo del mundo, donde la espera sería recompensada para llegar a un punto en el que nunca he llegado. Ni mortal ni inmortal.







Created as a servant,


I hope the day of liberation.


Serving as a being without soul and without destination


I hope to have one but when my first life is over.


I am a Fallen Angel waiting for the revival of their own light in a heart where the wait is long ...









Creado como un siervo,


espero el día de la liberación.


Sirviendo como un ser sin alma y sin destino


espero tener un sino para cuando mi primera vida se acabe.


Soy un Ángel Caído que espera el resurgimiento de una luz propia en un corazón donde la espera se hace larga... 



miércoles, 1 de agosto de 2012

Hoja Oscura

Las cadenas están aflojadas y, en un sentido, siguen estando fuertes. Ahora muchas cosas se han vuelto frágiles: ideas, pensamientos, ocurrencias... No puedo decir cómo estoy ahora, pero hay una gran diferencia ahora que la que había antes.

Todo fluye en un ríos distintos, con la ímpetu de la corriente deslizándose con fuerzas inusitadas. En cada corriente es diferente las cosas. Pues muchas des desbordan creando nuevas corrientes que a su vez, tienen más caminos que correr.


Entre todo ese caos, solamente hay unos pocos caminos, con la fuerza necesaria para avanzar, sin consumirse y llegar a un punto muerto. Y son pocos, pero me dan el consuelo para permitir seguir el camino que yo mismo escoja.


Hay otras veces, otros casos -por así decirlo-, que todo se desborda. El camino que me veo recorrer se nubla, como si mi vista también lo hiciera. Me siento ciego y aislado, con un único puente entre lo racional y emocional. Formaban una pequeño pequeña unión entre sí que podía romperse por el desacuerdo que yo pudiera llevar.




No hay ninguna perdición, no hay una gran victoria en ésta adversidad. Poco a poco consigo cosas que tenía y ni valoraba. No me paraba a pensar si era importante lo que poseía. Estuve ciego en muchas ocasiones en muchas maneras.

De los errores se aprende -o eso se dice-.

Aprendo de los míos tanto como puedo, pero yo mismo soy un caos, sin representar algo oscuro como malvado para los demás. Como pensaba hará menos de algo menos a un mes o un mes ya. Da igual.




No seguiré escribiendo esto por ahora, y cuando llegue el momento, seguiré con esto u otras cosas.

lunes, 16 de julio de 2012

La espera

Las llamadas son innecesarias. Estoy despierto, como tantas otras veces. No pienso nada y estoy lejos del mundo real.

Es uno de esos momentos en los que desearía dormir y soñar.

Soñar en una tranquilidad de la que muchas veces carezco, pero que puedo conseguir si me lo permito a mí mismo. Realmente me cuesta una barbaridad estar sin alterarme en tonos de palabras que puedo ver de manera incorrecta.

Me conformo con escribir cosas así. Importantes para mí en un sitio que parece casi privado a unos pocos, aunque puede acceder quien quiera a leer esto. Lo que no puedo aceptar siempre es leer palabras y no escuchar nada. No oír la voz o voces que desearía oír o ver a las personas a las cuales pertenecen.

No estoy encerrado en una jaula bajo siete llaves, ni vigilo los peligros que me puedan aguardar en conversaciones serias o de otro tipo.

Observo y espero, pero nada vendrá a mí sin buscarlo. En cierto sentido, esperaría una eternidad de soledad voluntaria eso, perdiendo la esperanza poco a poco... Pero teniendo tanta que podría tener un océano de estrellas brillantes en mi interior.

Suena raro viniendo de mí. De hecho, todo lo que escribo ahora me parece raro, lejano y lo repetiré de nuevo: extraño.

Podría parecer que estoy en una plaza de alguna población que ni si quiera me importa. Estaría apoyado en la pared del pabellón deportivo, a la espera del cambio. De una oportunidad de estar lejos de lo que la gente llamaría hogar a su lugar de origen. Aquí o allí, da igual como lo diga, no es lo bastante para mí. Tengo a los de mi sangre, pero para mí siguen siendo gente ajena a mí.

No soy como ellos y yo sigo esperando tener la oportunidad de poder demostrar ciertas cosas: a mí mismo, a mi gente, a mi familia y a la propia adversidad que ha estado tantas veces, cerca de detenermec y rendirme en mi camino.

Tarde o temprano, me iré de este lugar. Lo dejaré atrás como intento dejar atrás las cosas muertas que no tienen cabida en mi vida. Yo no acabaré viviendo aquí una vida sin lo que yo quiero.

Claw Sanguine

domingo, 15 de julio de 2012

Animales

Busco la libertad en este mundo de ataduras físicas. No quiero volar. Por que jamás me gustaron demasiado las alturas. Si tuviéramos alas, estaríamos dispuestos a explorar el mundo desde arriba. Y no dudo de que sería algo maravilloso, pero a mí me vendría demasiado grande.

Desearía ser la clase de ser que vive en los bosques, corriendo por la maleza, acechando y disfrutado de la frescor de la propia naturaleza. No me importaría dejar este cuerpo humano atrás. Bestias llaman a los seres salvajes, pero con su simplicidad tienen los mejores instintos de los que yo podría tener.

Nosotros podemos ser más bestias que los propios animales, ya que, de hecho, destrozamos este mundo en todos sus términos: contaminación, incendios, vertidos y la caza innecesaria...

Bueno, me estoy desviando del tema y escribiendo lo que escribí no hace más que molestarme. No voy a seguir ese camino. Pero lo que dije en los dos primeros párrafos es la verdad.

¿Quién no ha soñado ser, alguna vez en su vida, un animal que sea de su agrado? Claramente yo soy una de esas personas. Sería un don poder conocer de una forma más intensa al animal que nos agrada por dentro y no científicamente como solamente hacemos nosotros. No está mal, pero no es lo mismo que conocerlo de verdad.



Podría añadir, que entre nosotros y los animales, hubiera otros tipos de criaturas; si ésas existieran... Tendría muy claro cuál sería, como cada uno tendría claro la suya propia.


Monstruos u aberraciones. Da igual cómo se les llame, siguen siendo lo que son y seguimos siendo lo que somos: criaturas a la espera de algo.

¿Quién cazará a quién? Caos contra fría inteligencia.



viernes, 13 de julio de 2012

¡Toca arrebato!

Muchos asuntos son como un castillo de cristal: un movimiento brusco o una fuerza incorrecta y se rompe en miles de pedazos. De niño me pasó muchas veces, y aún ahora, lo sigo haciendo. Pero ahora no me doy cuenta de lo que puedo llegar a romper.

Estuve en un castillo de roca fundida y fuego, rodeado por una masa de hielo como defensa. De esa clase de cosas me defendía de todo. Lo bueno, lo malo, lo necesario y lo innecesario.

Soy necesario, soy lo bueno que intento ser. Estuve encerrado bajo sietes llaves en mi propia prisión. Pues era un lugar cálido, tranquilo y solitario. Demasiado solitario y yo no admitía a nadie más que a mí mismo.

Podía pensar bien, de manera calmada y decirme cosas, que luego me negaba. Muchas veces he intentado engañarme a mí mismo. Y nunca ha funcionado.

Las cosas ocurren y fallan nada mas comenzar, otras siguen su curso a una meta o quedan estancadas en una calma que no avanzará jamás. Sinceramente, ya deseo olvidar lo que no pude llevar a cabo en un lejano pasado. Dejarlo muerto y enterrado, pero forma parte de mí.

En el fondo sigo siendo el mismo, pero de una manera más crecida, centrada pero tal vez, igual de estúpido y ciego. No lo escribo para reírme de mí mismo o para quejarme de cosas así, como suelo hacer.

Soy el mismo y ahora, en mi cuarto, hablando a través de una pantalla, leo lo que más desearía oír y lo que desearía experimentar. Otro riesgo que podría depararme una gran caída o lo mejor de un momento feliz, que para mí, sería una de las cosas más valiosas.

Estoy aquí, pareciendo ocupado cuando apenas lo estoy, sin distraerme de mi cometido.

-¿Te parece que estoy ocupado, Hauclir?-pregunta el señor.
-Desde luego, mi señor. Pero esto es algo que deberías ver...
-¿Puede esperar?-replica el señor, con otra pregunta y un tono acerado en su voz.
-Bueno, sí.


Algo arremete con el corazón donde señor y sirviente hacen su cometido para con los cimientos de mi ser, como un ariete que quisiera abrir las puertas de mi interior.


-¡Por la Madre Oscura! ¿Qué ha sido eso?-pregunta el señor, sorprendido de tales embestidas.
-Nada que no pueda esperar...-dice el sirviente, con una mirada sardónica.

Las cosas se esperan con anhelo y esperanza. Se pueden quedar en un cofre, como un tesoro que no quieres que nadie descubra hasta que sea el momento apropiado. Si ha de haber un momento, llegará cuando gane lo que tenga que ganar. Arriesgaré los cimientos de la torre de mi corazón para entregarla en manos no desconocidas.

Arremete, porque yo arremeteré.

martes, 10 de julio de 2012

¿Así es?

¿Qué es lo que me hace fuerte? Siempre tenía la misma respuesta a esa pregunta. Decía que el odio, el rencor y la desconfianza me hacía ser fuerte. Que cada cosa nueva que fuese mala me afectaría tanto si me dejaba llevar en las situaciones del día a día. No había riesgos ni sorpresas. Porque todo me lo esperaba, todo. Otros dicen que me resignaba, y muchas veces eran verdad, no me gustaba, pero así era.

Pensaba que eso dejaba que me dejasen de llegar sorpresas del resto del mundo. De la gente de mi mundo. Eso era una mentira. Me engañaba a mí mismo.

Siempre volvía a lo mismo.

He admitir que ahora, en este momento, no siento la pesadez de mi pasado, no siento una gran carga sobre mi ser, sobre mis hombros. Todo es pasajero, o eso es lo que se dice en casos que no suelen ser los casos de mi vida. No siento el odio enfermizo ni el orgullo desmesurado de creer que he sido tan bueno como para permitirme dejar de hacer cosas por las personas.

Repito: ¿Qué es lo que me hace fuerte? Ahora mismo me río de mi parodia de escribir esto, aunque no de mala manera... Por que repito la misma pregunta. He de explicarme y ésta será una de las veces que admita algo que solamente diré por aquí. No me gusta repetir cosas así, porque yo no afrento este tipo de pensamientos o lo que sea.

Bien. La vida te puede dar de palizas y repalizas de cualquier modo: físico u emocional. Da igual. Hay gente que les gusta de ir de dura, incluido yo, y creer que hacemos ver al mundo que no nos pasa nada. Y eso es otra mentira, porque momentos así, es cuando ocultamos algo que a nuestros ojos, nos duele y no queremos dar el gustazo a nadie -aunque sea una mira errónea- de que alguien pueda disfrutar de nuestro sufrimiento.

En mi caso, yo creo eso de parte de muchos. Yo miro al mundo como a un enemigo en momentos así. Pueden hacerme daño, si quisieran o pudieran. Y con la excusa de decir que al final me harán daño, mi actitud hacia ellos empeora. Hay cosas que reparar en todo.

Me hago el duro cuando tengo el corazón destrozado y no quiero sumergirme, voluntariamente y muchas veces, en el alivio que te da el alivio de contar eso a alguien querido. Podría perder los pocos pedazos de mi propia conciencia, de alguna manera.

Ser misterioso, orgulloso y con la creencia de la mala fe de la gente, no me hace ser fuerte en nada. Mi odio no me hace fuerte y menos el rencor. Con cosas así no avanzo en ningún sentido. Es como estar en un bote de remos, sin remos y con un agujero que por él entra agua. Te acabas hundiendo.

Los buenos momentos me pueden parecer efímeros, y muchas veces lo pienso y considero que es una gran verdad. Puedo estar muy equivocado, si no, no estaría escribiendo algo así que desafía los cimientos de mi propio ser.

La bondad, la simpatía que tengo y que recibo, las risas que doy y me dan, la ilusión y la alegría... Son cosas que disfruto, pero hago algo que es un error por mi parte. Muchas veces pienso que eso me hace débil, por mostrar cosas buenas al mundo que me dio la espalda y por ello debo dar la espalda. Pero no fue el mundo que me dio la espalda. Los responsables de aquello recibirán su merecido con el tiempo, y yo, aquí. Estaré esperando el momento que me de las fuerzas necesarias para verme de una manera diferente y menos oscura, como menos amargada y si pudiera ser, con unas miras más optimistas.

Me hace fuerte la fuerza que me da o puede dar la gente.

Siento no haber dejado que muchos no me dierais esas fuerzas que yo necesitaba y sigo necesitando.

Raro es que yo escriba algo así. Está hecho y espero volver a escribir de una manera tan sincera como ésta. Porque para mí es todo un logro como un gran desafío que jamás acepté por parte de mí testarudez.

domingo, 8 de julio de 2012

Odiosos idiotas

Estoy bien y puedo sentirme bien. Puedo notar como mis labios forman una media sonrisa en mi rostro y sentir que mis ojos se abren como platos ante la buena impresión que me llevo de alguna gente, de buena gente que entró y se quedaron, otros entraron y se fueron. Todo da igual.

Llego a sentirme mal por la gente que se fue. Dejaron una huella que puedo despreciar pero no borrarla de un plumazo, como pasar una mano encima del polvo de un mueble viejo.

Tengo fuerzas, poca fe y una fuerte creencia. ¿Logrará la adversidad derrotarme y estar en mi olvidada reclusión voluntaria? Espero que no.

No he llegado tan lejos como para perder ahora. Me perdí una, otra y otra vez. Correré los riesgos que me puedan hacer el daño que me hicieron unos auténticos idiotas descerebrados sin ninguna moral.

Jamás os habéis preocupado por nada de nadie. Me convertisteis en uno de vosotros por el placer que os daba que fuera igual a vosotros: burlarse de la gente para creeros superiores, liarla a personas que no os hicieron nada.

Una existencia vacía para no estar solos. Fuí idiota por veros como unos amigos, pero no llegais ni a ser ni personas, y mucho menos, buenas personas.

Para mí es un alivio escribir esto. Yo pago por mis errores y vosotros disfrutais del dolor que haceis: ¡lo haceis hasta voluntariamente por el gusto de hacer daño!

Caí muy bajo, pero más bajo caisteis vosotros y no me arrastrareis a ese pozo de vidas desgraciadas en las que vivís. Porque sé que nada os haría capaces de cambiar.

Esa es la diferencia entre vosotros y yo. Sois unos cabrones por elección propia y me alegro de no ser el mismo que estuvo con vosotros. Ni merecíais mi compañía, mi confianza ni mi amistad.

Vivid todo lo que podais. Porque sé que viviré mucho mejor de lo que vosotros vivireis y sentiréis jamás.

Que os den, porque yo me propondré seguir adelante :)

sábado, 7 de julio de 2012

De Planeta a Planeta



Si de las pesadillas pasase a la luz, tal vez me quemaría como un ser que no soporta la luz solar. Podría exclamar: ¡que la luz del día me quema!

Pero poder abandonar un mundo viejo para ir a uno nuevo, sería interesante, aparte de peligroso. Si el mundo de origen me destroza, el Nuevo Mundo podría renacer mi ser o mi temple. Lo mismo podría ser y estar en un sopor, en un sueño como lo estaría alguien congelado. Pasando un tiempo soñando sueños y pesadillas. Me daría igual.

Llegaría a una tranquilidad en un tiempo casi indifinido. Fijado a una fecha definida por el tiempo que me llevaría a ese mundo.

¿Sería una amenaza para ese mundo, por ser algo ajeno? ¿Podría iluminar ese mundo, sin ser su propio sol?

No quisiera ser el centro del mundo y, tampoco un todo. Sería un extraño en una vida extraña por las condiciones físicas del lugar y psicológicas propias. Incluso podría ser todo una trampa para mi propio bienestar.

Un aire diferente, un veneno en las necesidad básicas de mi propio cuerpo... Daría igual, porque valdría la pena ir a otro mundo. Ir a un planeta lejano de la Humanidad, incluso... ¿de mi propia humanidad?

Puedo sentirme ajeno a la Tierra, a la maldita civilización que la habita y que me ha criado. Nadie tiene la culpa después de todo.

La responsabilidad de lo que me deparó la vida solo fue una cosa casual, porque el Destino para mí no existe. Toda la vida es un camino difundido por caminos más pequeños y sendas que te pierden en una espiral u otros modos de quedarte atrapado o salir adelante. Hasta llegar a un final, pero el final solo es el comienzo de una historia diferente.

Quien quisiera seguirme, sería bienvenido en la Nave Nodriza de ésta dramatis persona.

Claw Sanguine

El nómada



Permanecer en la sombra, en un mundo poblado de monstruos y pesadillas. De cosas que imaginas, como las situaciones futuras o las que te gustaría vivir o que dijeran. Puede ser maldición o bendición y otras una pequeña diversión que te puede recompensar. Por poder ser real o una fantasía.

Todo es un problema con detalles minuciosos o falto de ellos. Estoy despierto, en mi cuarto, en una noche -en la que no hace calor; cosa rara en ésta estación.

Me gustaría sentir el frío en mi cuerpo, a veces, no desear respirar.

Dejar de respirar pero seguir vivo. Es una contradicción demasiado contraria entre la vida y la no vida. Cosas raras de una mente extraña; deseosa de un cambio o una estabilidad que parece inalcanzable. Un equilibrio es difícil, o imposible. No lo sé. No sé lo que pasa en el mundo del que pertenezco. Hipocresía e infierno. Mi Edén está quemado.

No dispongo del tiempo para descubrir lo que me gustaría descubrir. Las respuestas están en otra dimensión por lo que parece. Las maneras diferentes de ver el mundo son unas ilusiones que comprendo pero no puedo aceptar. ¿Puede ser real o será irreal? ¿Un engaño propio para dejarme a mí mismo en un mundo dónde no hay la luz que tendría que haber?

La historia la escriben los vencedores, dicen. No sé en lo que he vencido, pero puedo creer y desear lo que he logrado u obtenido. Un humano con crisis existenciales. Imágenes destiladas en una mente fría pero sintiente. Cosas vividas y cosas sin vivir, pensar y actuar o actuar o pensar. No se puede considerar que esto es madurar.

El desear algo fervientemente, como la necesidad de beber agua, tenerlo delante te da fuerzas. Esas fuerzas te dan energías para seguir un camino difícil y más difícil se volverá.

-¿Hola?

Silencio en un espacio cerrado, y en un espacio de la mente donde solo reside tu alma, donde no llega nada del exterior.

-¿Alguien me escucha? ¿Hay alguien ahí?

En mis sueños, soy un nómada que viaja de un mundo oscuro a un lugar que está iluminado, pero que con mi llegada se va marchitando.

No es nada original. Es algo que me parece tan real, que no puedo aceptar nada más.


Espero y esperaré que pueda salvarme del vacío de mi propio espacio

Claw Sanguine


viernes, 6 de julio de 2012

Soy la serpiente

Observar. Tener un espacio grande desde el cual deslizarte como una serpiente. Con el cuerpo deslizándose lejos de las presas que observa.

Yo podría ser esa serpiente, pero no voy a comerme a nadie. Soy capaz de hacer daño, ¿y quién no? Tal vez me desvíe del tema.

Las serpientes son frías, apenas se mueven y si lo hacen solamente es lo justo y lo necesario. En ciertas cosas: momentos, recuerdos y sentimientos, soy así. Conozco los típicos protocolos sociales u educación. Lo mismo da el nombre que tengan; porque muchas cosas de las que hay en esto están vacías. No tienen el sentido que daría el hecho de sentir las cosas y luego pensarlas.

Estoy aquí. En mi espacio, lejos del mundo que mi gente conoce y yo desconozco. No soy algo ajeno a ellos, pero su interior o su alma, su ser o personalidad, son cosas desconciertas para mí; como yo podría serlo para ellos.

Si ha habido un rol en la vida de mi esencia, ha sido el de observador y quedarse al margen. Si alguna vez me había visto implicado en algo me apartaba igualmente. No demuestro las cosas como las personas las esperan. No soy convencional ni un amigo normal.

Me veo como algo oscuro cuando para otros no.Y Si he de llegar a algo es que puedo estar en una especie de término medio. Pero la predilección de la Oscuridad seguirá en mi corazón por el hecho de que veo una fuerza, ciertas fuerzas, que no afectan a los personajes que lo demuestran, el dolor que expresan, la venganza o los pensamientos y sus acciones.

No soy una causa perdida, aunque yo lo vea así. Soy alguien que no está dispuesto a cambiar ciertas cosas. No tengo por qué hacerlo y hay mucha gente que no merece que haga ese cambio -por mucho de que yo sí lo mereciera-.

Esto no quedará plasmado en papel, pero marcado en mi interior, como tantas cosas. Es tarde y mis demonios no se han vuelto a desatar.

Me echaré un sueñecito y veré a quién puedo cazar.

Me deseo suerte y me gustaría que me desearais suerte.

Claw Sanquine

viernes, 18 de mayo de 2012

El Asesino y la Cortesana

Paola, joven cortesana  de la Rosa en Flor, con vida monótona y con hombres dispuestos a vaciar sus bolsas con mujeres que se abren de piernas como no lo harían sus propias mujeres.

Dura vida desde niña, donde la pobreza reinaba y campaba a sus anchas, destinada a morir de hambre en una ciudad hostil ante el pueblo nómada gitano, siempre de un lugar a otro y juzgado como dueño de la brujería, El Pecado y adivinación. A los 13 años fue entregada al Señor de una casa adinerada de Roma, los Bastiglioni, donde el hombre gustaba de niñas que él veía como mujeres jóvenes o maduras.

Torturada y aislada, escapó por la piedad de las criadas de su esposo, Bostel, el cual le infligía duros castigos por la rebeldía de su joven y maltratada esposa.

Soñadora de una vida en la que estuviera en un lugar cálido y mejor que en la lujosa pero fría mansión de su antiguo esposo, conoció a una mujer madura llamada Anneta, la que le ofreció un asilo a cambio de trabajar para ella como cortesana en el mejor burdel de la Ciudad Sagrada. Tal vez no fuera del todo una ayuda celestial del Alto nato, pero así vivía una vida de mentiras y sexo, en el cuál no encontraba consuelo.

Creció y se convirtió para sí misma en una mujer hecha y derecha, tanto para su espíritu como su físico, esperando a que su corazón fuese liberado por un solo hombre, en vez de cientos de caras masculinas que olvidaba un día tras otro.


Hunor, joven noble de la casa noble húngara de Magor, que según se rumoreaba en toda Italia eran descendientes de los temibles hombres-caballo, los aguerridos y antiguos hunos -o eso se rumoreaba en toda la Europa del Renacimiento-.

Guerrero inexperto, pero asesino desalmado por la ambición de riquezas, llegó a matar a su propio hermano en una discusión sobre la herencia que les daría su padre István y éste obligó a su desalmado hijo a la Ciudad Eterna, para pedir perdón por el asesinato de un familiar y la salvación de su alma para no deshonrar del todo a su centenaria casa, hasta con la obligación de que si no conseguía el perdón rezando, entraría al servicio de la Iglesia -cosa que tuvo que hacer-.

No fue el mejor sacerdote, comenzando a ser nada más que un fraile al servicio de los Arzobispos glotones de la Alta Curia romana, donde los cardenales se ofrecían dinero para tener el suficiente poder para ser llamados el Papa, algún día.

Hunor, harto de la corrupción que lo corrompió de joven, de la sociedad humana,  y arrepentido por la muerte de su hermano,  puso empeño para limpiar los pescados, aprendiendo a absolverse así mismo y ser un Hombre de Dios, como le decía un anciano sacerdote, Girolamo; el único hombre que le ofreció la absolución oficial para él y que se convertiría en su Maestro como uno de sus mejores amigos, pero nada le quitaba la soledad al noble húngaro.

Cuando alcanzó la edad de cuarenta y cinco años, ya era sacerdote y allí, una parroquiana de piel aceitunada de ojos negros y pelo azabache, a la cual no le faltaba ninguna belleza, le dijo que esperaba algo mejor en su vida, que se había entregado a hombres por dinero y que había abandonado a un marido que abusaba de ella, aún siendo ésta una niña.

Y cuando acabó su confesión, él, a su vez, le contó parte de su historia, que batallaba y saqueaba por tener riquezas y poder, que había sido un hombre como el Vlad de Valaquia, y que él había logrado su absolución por entregar su vida a los demás y que ella debía centrarse en dar otras cosas que placeres que no merecían hombres borrachos amargados.

Cada dos o tres días los dos adultos, el monje asesino de parientes y la cortesana gitana, se contaban sus vidas con entendimiento, miedo y respeto... 

¿Qué pasará? Pronto se sabrá

martes, 15 de mayo de 2012

Sin un final de mortalidad

-Los Dioses nos envidian...-le dijo el guerrero a su amante-. Nos envidian porque somos mortales, porque nuestras vidas tienen lo más bonito de una historia: un final que habrá merecido la pena por el sufrimiento y las alegrías que hemos vivido en nuestra corta existencia. ¿No es algo que aprendieras en el tempo de Apolo, eh?


¿Qué aprenderá ella? ¿Qué se puede aprender? ¡Preguntas y más preguntas!


-¿Me estás acosando?-le preguntó él, con una sonrisa y con los ojos llenos de un brillo divertido.
-¿Te sientes acosado?-dijo ella, siguiéndole el juego.
-Bueno...-empezó él, ahora con una seriedad que no venía al caso, pero era un tema que él conocía y por lo que sufría- jamás he tenido suerte con mis novias y supongo que sí, puedo sentirme algo acosado.
-Si te apetece...-iba a sugerir ella, con un brillo en los ojos en que él no sabía qué significaba -por ahora-, podemos ir a ver una película de vampiros o algo oscuro... como la tía esta rara que te acosa. O vayamos a buscarlos. Que tal vez estén entre las sombras.
-¡Ya lo estás haciendo!-exclamó él, riendo por lo que solía hacer la chica desde que la conoció.
-¿Hacer el qué?-preguntó ella, haciéndose la despistada y con ese brillo en los ojos, que parecía más intenso.
-Pues hacer ver que estamos...-se cortó un momento, para respirar hondo y acabar la frase-saliendo.
-¿Estamos saliendo?-coqueteó, con una media sonrisa y su brillo cambió, parecía estar dispuesta a revelar lo que tenía que revelar, decir la palabra que la describía a ella.

Pero él ya no sonreía, su rostro estaba lleno de seriedad ante los recuerdos dolorosos de antiguas compañeras, las que habían muerto o desparecido de su vida sin más. Sin ninguna explicación. Ella percibió su mirada seria, teñida de un dolor que ella podía comprender pero que no había vivido, aunque ella había vivido mucho más, sin hablar, solamente escuchando lo que los demás decían y ahora tenía la oportunidad de encontrar a su alma gemela, que creía que estaba en él.

Había algo que hacer y no sería agradable para él, pero lo hacía por el bien de los dos. Lo que no sabía era si era justo hacer lo que haría.

Ella mostró su verdadera esencia, su verdadero ser.

Cerca de los ojos, se marcaban las venas con un color negro y los ojos se volvieron del mismo color. Cuando abrió la boca, dos colmillos asomaban entre sus dientes y mordiéndose el brazo, se abrió una herida de punción, dejando salir un líquido color carmesí y con su brazo surdo, con una fuerza inusitada, agarró al chico por la nuca y lo acercó a la herida para que bebiera su sangre.

Él se resistía mientras era obligado, pero ella le susurró, cerca de su oído, que le enseñaría a parar ese dolor y que podrían estar juntos para siempre sin separarse ni con el temor a la pérdida de los seres queridos. Que podría bloquearlo si así lo quería y que ella le enseñaría.

Entonces ella bebió del cuelo de él, a la vez, que le daba su propia sangre.

Era una muerte que llevaría una vida de oscuridad y mentira, pero que un amor sobreviviría en la inmortalidad.





Sea como sea, la inmortalidad es deseada como la muerte para parar el sufrimiento o vivir mejores momentos sin fin y por ello, mi alma será inmortal.


miércoles, 25 de abril de 2012

Entre Rosas con Espinas y Maestros

De una rosa hallamos la delicadeza a su tacto a nuestras manos, como el pinchazo de sus espinas, lo mismo pasa con las maneras de ser de cierta gente.

¿Quién enseña lo corrector o lo incorrecto? ¿De qué servirá lo que nos enseñan nuestros tutores, profesores y mayores? Algo que contribuya a nuestro albedrío y a la sociedad que creó éste control sobre el mundo y sobre toda la gente que quiere ser indiferente al resto.

¿Por qué digo esto si sé que solamente será un escrito en el blog del olvido de un loco que se considera así mismo un animal?

Básicamente, porque tengo otros maestros que me han enseñado a ver. Cada uno tendrá los suyos claro está, pero el deseo de ser alguien ajeno a ti no es una solución, es la absoluta perdición del verdadero ser de alguien.

Jamás volveré a pecar de necio.

miércoles, 18 de abril de 2012

DeadSun

Si decido echarme a volar y salvarme o dejarme caer en un precipicio sin fondo y oscuro como lo sería el esófago de cualquier monstruo... no sería cosa vuestra la decisión de salvarme.

Hay mejores cosas que salvar, me digo siempre, con una sonrisa de resignación.

No puedo ver las cosas como las veis vosotros: porque son poco realistas para mí, demasiado buenas que llegan asustar a mi asustado corazón y aún así, debo decir que por mucho que quiera y ame... os odio.

Os tengo y no os tengo a la vez. Unos demasiado lejos y otros no lo suficientemente cerca. Me retiro en mi cubil donde nadie puede o podría alcanzarme.

Y aquí como compañera, tengo a una banshee que con su canto vuelve locos a quien se acerque a mí -como si yo le dijera que aparte al mundo de mí, ya que le doy la espalda-.

Eso he hecho muchos años y eso haré toda mi vida.

No amo, no aprecio y como un demonio sigo confabulando con la oscuridad: creando planes que mejoren o empeoren mi condición de ser vivo consciente y humano.

Soy un experimento de mi propia mente y nadie tiene que agradecerme nada por lo que haya hecho o haga e hiciera en el pasado y futuro... ya que ya no estoy al servicio de nadie.


Se acabó ser el bueno, y lo malo será tragado hasta que como un volcán explote.

martes, 17 de abril de 2012

Iron

Desde cuatro años estuve solo en las sombras de un vasto cuarto de paredes azul claro, y allí me perdía en sueños de batallas que no iban conmigo, de personajes tan buenos como bellos que nada tenían que ver en un mundo realista donde todo se impone con bestiales normas de comportamiento jamás escritas.

¿Dónde estoy ahora?

Sigo en ése mismo cuarto, pero ya no veo a nadie que no sean serpientes aladas enfrentadas contra los dragones en una lucha suicida, no veo el Bien contra el Mal en una historia en el que el bueno las pasa de cojones mientras el enemigo se divierte a costa de otros.

Perdido voy en un mundo que me gustaría llamar Iron, pero ya no hay nada que emociones rotas, como las esperanzas y temblores en mi propio cuerpo. Tiemblo como una rama medio partida lo haría ante una corriente de aire frío, pero yo sigo aquí y lo que aprendí a sentir y ser también.

No soy el bueno ni el malo, solamente el Maldito de un Mundo Maldito sin reglas, conductas y obligaciones. Pero la obligación de refugiarme aquí es cosa mía.

viernes, 23 de marzo de 2012

-¡Hasta nunca por tu culpa!-gritó ella, mirando de una manera que le dolía el hecho de verla así; algo como él solía expresar.

Desde el principio dio problemas él y nadie lo mencionó, pero él lo sabía.

-Desde siempre he guardado mis sentimientos porque nunca fuiste uno más-declaró ella.

Desgracia y todos salieron perjudicados.

Maldito traidor... ¡Márchate de aquí agitador!

-¿Era esto lo que querías demostrar?-replicó él, dolido por una situación que se había repetido una y otra vez a lo largo de su corta vida-. ¿Acentuar mi diferencia, que soy un descastado sin hogar y familia? ¿Qué vendería a mis pares por unas simples monedas y con ello presumir de mi facilidad para no decir toda la verdad?

>>No siento lo que hice. Soy así, pero lo que sí me duele es que tú creas que soy el monstruo que me estás describiendo. Culpándome de la miseria que te pasa ahora, cuando era yo solamente quien te arropaba en las noches y aliviando tu dolor...

Eres una egoísta si realmente crees eso. Búscame cuando quieras ver la realidad.

El muchacho se marchó, dándole la espalda y saliendo de su ojos una lágrima salada.

Había mostrado los colmillos y las garras, y así fue como él se convirtió en una bestia decidida a no razonar como un humano, pues ya no era tal como le describieron.

sábado, 17 de marzo de 2012

Derrota en la creída Victoria.

Contando historias a medias... verdades incompletas... cosas inciertas. Todo llena de dudas lo que no se sabe. Una historia o una explicación tienen sus partes y diferentes puntos de vista. La mía era la peor y la más errónea, a la vez que carente de sentido, con motivos atrasados sin ningún valor, pero con la importancia de la antigua pena capital.

Como si con ello me jugase el cuello. Debería ser así.

Jugué con una baraja de cartas que no valían para el juego de ahora. Porque ya no hay destino fijado, ni sitio en el que estar tranquilo, ni deseo de un objetivo o meta al cuál llegar. Todo se esfumó en una mala jugada, estúpida y arriesgada.

No hay más que un Caído en el destino de una vida en la que hasta el presente es incierto. Aquí no hay nada ya. Mero páramo que él calcinó y echó por la borda.

Si la derrota se cuenta como victoria... el Caído debería haber jugado con las mejores cartas que los suyos le habían proporcionado en muchos momentos, y no en unas cartas de una baraja arrugada y sucia.

martes, 13 de marzo de 2012

Injusto Castigo

Mi esencia se encuentra en una prisión de paredes de cristal, donde veo mi propia alma magullada por un castigo impuesto, un orgullo que precede a la caída de uno mismo y que lleva a la perdición de gente que se puede llegar a querer o amar, pero no es lo mismo, ah... no es lo mismo.

Suficiente castigo tenemos todos como para castigarnos nosotros mismos por actos pasados, y aún así, nada borra el hecho del acto, pero tal vez, haya alguien que aprenda a perdonarse así mismo.

Ésta celda no tiene barrotes, solo una transparencia que no deja que mi ser escape de sí mismo, de correr y alejarse en un camino oscuro o lleno de luz. Estoy encerrado.

¿Vale la pena un castigo tan injusto para mí o para quién sea?

No existen jueces justos y la justicia es llevada por muchos, pero en la verdad, pocos hacen la justicia de verdad: ser más fuerte que el deseo de hacer el mal a los que crearon aquéllos problemas, ser capaces de seguir con su vida con una experiencia más que les serviría el resto de sus ideas.

Claramente, todo esto es doloroso, como sentir que el frío entre en la carne y pare el corazón, sin el calor que necesita éste para vivir como corresponde. Muchos estamos encerrados así... Tras muros, abismos, desiertos de arena, fuego o hielo... Da igual lo que sea.

Y aún así, deseo sentirme libre de cualquier sensación, de ser un no ser. Algo vivo pero sin conciencia de sí mismo, sin necesidades, sin alma... pero con un instinto cruel que llevase a una supervivencia de carne y sangre.

No hay más si no sabes lo que quieres buscar.

sábado, 10 de marzo de 2012

De Corazón a Cadáver

¿Cuando todo está podrido por dentro a quién puedo recurrir? ¿Quién puede salvar lo que yo no he podido salvar? ¿O cómo poder vivir con lo perdido sin tener nada en el presente y mucho menos en un futuro? ¿Cuándo algo es realmente necesario?

Lo que palpita dentro de mí y bombea mi sangre no es necesario. Todo lo que he sentido no ha valido la pena, porque la presión de su peso se me hace insoportable. Y tumbado boca arriba, gritando en la negrura de mi visión oscura, sin nada que irradie luz que pueda ser un camino a la felicidad o a la salvación divina.

Eres un imbécil, susurra alguien, te arrancará el corazón a la mínima oportunidad de que no le sirvas.


Una blanca máscara aparece, con una débil luz por encima de mí, y donde están los ojos, caen lágrimas rojas.
¿Qué es esto?
Déjame arrancarlo por ella

Sin más preámbulos, una sombra se cernió sobre mi pecho, me abrió un boquete en la carne y de él sacó mi corazón aún palpitante. 


No sentía más dolor, y deseaba que todo esto fuera el preludio de algo mejor, de que mi corazón fuera encerrado en un cofre y cerrado bajo siete llaves...


[...DE TRIPAS CORAZÓN...]

lunes, 5 de marzo de 2012

Serpiente

Si sientes lo que yo siento al mirar el firmamento nocturno, ésa elipse de un color blanco, en una oscuridad eterna dónde ella es el centro, sabrás perfectamente la calma que se siente: sueños desafiando a la oscuridad con una mínima luz de pureza.

Esto me trae tranquilidad, y a la vez, me da qué pensar y no para mal. Todo acaba y empieza, se desenvuelve en un camino que puede conducir a varios. Soy una conciencia más en un mundo oscuro, donde las luces que hay representan las almas que son las propias estrellas. Cada una sola a una distancia demasiado extendida y solitaria, sin apoyo ni manera de comunicarse unas de otras

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Situado en el mirador de una la Torre, mi cuerpo de serpiente alada observa la elipse blanca del firmamento, con la sangre y el veneno fluyendo por mi cuerpo largo y escamoso, entre mis anillos, con una tensión de excitación que nada podría igualar. Sería una gran noche, porque por fin, los míos volverían, aunque a la vez, no era como ellos. Yo estaba condenado a estar contaminado por un alma humana; dos almas fundidas en una, por tanto, yo era el único en mi especie, el único híbrido. Visto por todos como un monstruo necesario para cumplir los deseos de nuestra deidad.

El instinto nos exigía y pedía que lucháramos hasta la muerte o hasta acabar exterminando a nuestros enemigos raciales, nuestros iguales en una balanza de poderes; entre un combate eterno entre fuego y hielo, garras y veneno. Pero aún así había esperanza, por mucho que hubiera perdido la fe de encontrar a alguien como yo, el instinto por vivir en una vida sin luchas seguía en marcha, volando ansioso de aquél mirador e internándome en aquélla oscuridad, siendo como un rayo por mis escamas plateadas y después de todo, mi deseo no descansaba ni desaparecía y todo era glorioso en su quietud.

lunes, 27 de febrero de 2012

Amor propio de Diablos

He vivido mucho menos el cuarto de una vida humana, y aún así, los sentimientos y emociones, aumentan con los años. De cantidad e intensidad y no puedo dejar hacerles caso. Porque el sentido común te dice una cosa, el instinto humano dice otra y las creencias como los principios otras.

No puedo evitar estar harto, como no puedo evitar estar exhausto. Nada lo puede cambiar. Tal vez, deba hallar mi equilibrio, pero la carencia de sentido u lógica me da bastante lo que temer.

Distancia y tacto son contrarios. Un tamaño significativo en la vida de cada uno de la gente que he conocido delante de mí. Me consumo en cada día y solamente cuando duermo encuentro verdadera tranquilidad... en un mundo oscuro del que no conozco nada y dónde vagas imágenes se posan en mi memoria y en mis ojos dormidos. Me esperan, me atormentan. Lucho y caigo en el pozo de la negrura de lo que yo considero mi maldición, a la vez que mi punto débil; aunque sé que no tiene por qué serlo, pero así es. Pero espero que no lo sea toda la vida, ni lo que llegue después... sea Infierno, Paraíso o el Olvido.

Cada uno puede valorar lo mejor de alguien y otros tendrán otros puntos de vista. 

Mi punto de vista es que sobreviviré con mi dolor en toda mi vida y el odio me ayudará a seguir para así convertirme en el ser oscuro que debo y quiero ser.

viernes, 24 de febrero de 2012

El doble filo de la narración

La inmortalidad sirve de bien poco cuando eres un ser más sanguinario que la propia guerra a la que juegan los mortales. Yo estoy aquí y seguiré aquí... cientos de años después. Pero como ya he dicho, la inmortalidad sirve de poco.

-¿Por qué serviría de poco si tendrías todo el tiempo del mundo?

Porque estás completamente solo, Nicolás. Nadie que haya conocido a vivido varios miles de años y yo ya he vivido uno y estoy cansado. Aún así tengo una sola cosa por hacer. Una en la que llevo indagando durante siglos, por alguien que tal vez ya no exista, ya no me reconozca o se haya vuelto loca por la sed...

-¿De quién hablas, amigo?

Hablo de la caprichosa y egoísta de ojos verdes: Ana. Su sonrisa podría haber hecho que mi corazón hubiera intentado latir de nuevo.

Ella dictaba las reglas y yo las seguía... Nunca paró hasta que me tuvo por fin, y lo logró. Siempre me ganaba y aún así, decía que yo era mejor que ella... Jamás entendí eso, pero al final todo acabó cuando nos descubrieron...

-¿Os descubrieron?

Sí... Sabía borrar sus huellas muy bien, pero siempre hay alguien que delata, alguien cercano que traiciona. Mi hermano, al que quemé en su casa con mi propia familia.

Me arrebataron de mis brazos lo que más llegué a querer, y en cambio, a mi me querían dejar vivo en ésta vida, sin querer liberar mi alma de mi oscura maldición. Por suerte, descubrí que una bruja anciana, protegió a Ana, por el pago de que yo fuera su esclavo durante lo que ella viviera.

Aún sigue viva, y ella sigue encerrada, hambrienta, sola y sucia en un mundo oscuro... como se ha vuelto el mío sin ella.

-¿Por qué aquélla mujer hizo eso para ti?

Por poder. ¿Qué mortal ha logrado tener a un inmortal a su servicio como un vulgar esclavo? Errado fue mi nacimiento, erradas fueron mis decisiones y errado fue mi destino. Pero yo mismo lo elegí así y ahora no puedo cambiarlo.

El precio no era alto, ya que sin ella, pierdo el sentido del existir, del hoy y del ayer, como del mañana. Nada me importa, y mataré a mi ama. Porque ya conseguí la llave de la tumba.

-¿Tumba?

Sí.

-No me has dicho nada de ninguna tumba, amigo mío.

Lo sé. Te cuento la historia pero no me andaré por caminos que tu mente mortal entiende de sobra...

Sólo has de poder cambiar tu manera de ser, imaginar que no eres un ser humano, si no algo más oscuro y poderoso. No creo que tú o alguno de los tuyos pueda entenderme... porque después de todo yo no soy humano.

-Pero sientes cosas humanas, ¿verdad?

No, pero sí puede parecerse, pero cuando pasamos la transición, dejamos de ser lo que éramos. Para algunos es mejor así y para otro no. Y yo no estoy en ninguno de esos bandos, porque ya me da igual que es mejor para mí. Porque solamente ella llenó el vacío de mi corazón inerte y la que veía cómo mi sueño diurno se volvía pesadillas del pasado, cuando yo era como tú.

Me ayudó a dejarlos atrás y ahora... estoy peor de cuando era mortal.

Por eso, Nicolás. Tú me ayudarás a matar a mi ama humana.

-¡¿Cómo?!

Lo que has oído... Ya te dije una vez, cuando te conocí, que los mortales no están seguros con los inmortales. Ahora tú serás mi arma, mi oídos y mis ojos contra la hechicera... 

miércoles, 22 de febrero de 2012

Silencio y susurros

Oír puede ser una maldición como una bendición, y a veces puede llegar a ser ambas cosas, a la vez, sin el bueno o el malo. Con el silencio pasa lo mismo y los susurros que quisiera compartir, se hacen imposibles porque el tono de mi voz es demasiado alto como para convertirse en eso.

No soy alguien que susurra. Soy alguien que grita por lo que ha sentido y vivido. Da igual que sea lo bueno o lo malo. Grita por todo, sin llegar a un final en el que poder acabar y callarse como una voz que se apaga por quedarse afónica.

No estoy acostumbrado a susurrar, y mis ojos son capaces de hacerlo, de alguna manera, lo que haya querido o deseado. Mi mirada es fría por fuera, como un escudo de hielo y piedra que nada puede atravesar, sin fisuras que puedan dañar su estructura perfecta y sólida. Por dentro es diferente, y todo arde por necesidades que todo corazón humano desea. ¿Algo comprensible? Tal vez, pero mi silencio no será eterno, y llegará el día en que mi grito sea un susurro. Deseo que así sea, para poder contar los secretos que tanto he guardado y que han mutilado mi forma de ser en éste mundo, el cuál me hace desear ser otro tipo de ser. Un ser mitológico con su maldición, como desearía que el poder de la Luna llena me convirtiera en un lobo una vez al mes

viernes, 3 de febrero de 2012

El fin y se acabó

Bueno, se acabó. Aquí acaba una parte de mi dedicación a ser escritor y pasará mucho tiempo en que alguien vea un escrito mío.

Las circunstancias me obligan a renegar de una más preciadas para mí y he decidido no dedicar a nadie más mis relatos. No vale nada, ni significa nada, excepto para mí.

Me llevaré mis historias de odio y venganza a una parte de mí dónde nadie podrá entrar jamás.


Si pones una vela para Dios, pon dos para el Diablo.

jueves, 2 de febrero de 2012

Fanfic.

Mi cuerpo murió, hundido en las oscuras aguas del Lago de los Muertos y a la vez, mi alma murió allí, podrida ante la quemazón que provocaba el frío líquido en mi pútrido cuerpo. Destino de débiles y traidores.

Solamente por avanzar en la evolución de la maldición que nos contagió a todos, mi señor me ofreció un nuevo tipo de recompensa: la agonía. Le serví durante mil años en su imperio decadente, donde la tierra se había vuelto estéril y los humanos pasaban hambre por no poder cultivar sus cosechas y la vegetación ya no era más que ramas y hojas secas.

Pasaron siglos en los que yo ardía lentamente dentro del agua, ya que a los de mi especie el agua era como el fuego, y me atrevería decir que algo peor.

Definitivamente morí y el dolor desapareció, notando que flotaba en un recodo bajo tierra, con un gran techo sobre mi cabeza -si es que la tenía, porque no sabía en qué me había convertido-.

-Raziel... eres valioso.

martes, 31 de enero de 2012

Sin cuerpo

Dejar a un lado lo que soy llevaría siglos. Tal vez por miedo e impotencia. Significaría la desaparición de mi ser. Ya que no puedes hacer una copia de ti ni de nadie, cómo tampoco de mí.

Oxígeno oxida éste cuerpo... deja que muera y déjame ser otro; un yo distinto, con otra manera de ver y expresar, otro modo de pensar y reaccionar.

No puedo acabar, porque no puedo comenzar o comienzo pero no acabo. Deseo el fin, harto de mí... pobre de mí. Maldito por mis demonios interiores que no puedo sacarme.

¿Os cansáis de observarme? Dejadme aquí, en el páramo ceniciento del espacio oxigenado. ¿Os gusta lo que veis? No lo creo, porque no puedo ni quiero.

Negar lo que soy sería huir, pero ya huyo de alguna manera, pero sin saber cuál. No deseo amar, de entregar mi corazón y ofrecerlo de tal manera como una diana. La flecha me mataría, pero no sé por qué aún no lo ha hecho.

No soy un Ángel ni un Demonio, sí persona, sí alguien, no odioso, sí dolorido, sí sumido en una eterna división espiritual, en el mundo espectral

Alma nueva vida nueva. Nueva sangre, nueva vida, otro cuerpo y otra manera de sentir...

domingo, 29 de enero de 2012

Manos

-Dime, primo Jorick: ¿qué es lo que ve ante tí mismo?
-Un mero bosque.
-¿Mero has dicho, Jorick?
-¡Exacto!
-No es mero el paisaje que se haya enfrente de nosotros. Un mundo desconocido hace mucho para los seres humanos y no ha sido perturbado.
-Arderán... como todos.
-¡Oh, primo Jorick...! Parece que después de tanta alegría... el dolor y la negatividad te hacen vencido.
-Así es. Por favor, olvídalo, Macbeth.
-No puedo, primo.
-¿Te regodeas con mi dolor?
-En absoluto.
-Se te nota en el tono de tu voz, imbécil.
-¡Oh, vamos, Jorick! ¡Con qué facilidad recurres a los barbarismos en los que naciste...! ¡Pobre ignorante!.

Verás, Jorick... No soy tu primo. Soy tú y tú eres yo. Tan simple como que dispones de dos pulmones, tan tosco que ni si quiera tiene la gracia ser tu otro yo... Ya que me lo has puesto muy fácil y engañé a tu maldito cerebro, que parece ser muy simple como el blanco y el negro.

Te despertarás de ese modo de ver gracias a mi. Porque si tú no te salvas yo no me salvaré jamás...

Fíjate en ese bosque. Tú le ves quemado y gris, extinto y falto de toda vida para devolverle el aliento vivo, pero no es así; para nada. Todo muerte, todo vive, todo nace y todo desparece. ¡SI QUIERES QUE DESAPAREZCAMOS AHÓRCATE Y ACABA CON ÉSTA CHARADA!

Ahí está tu decisión: unirte a mí y salvarnos, ser uno o morir porque unos simples recuerdos y experiencias, como las vivencias  te hayan vencido. Venga, coge mi mano.

viernes, 27 de enero de 2012

Primer Ataque

Si todo se ha decidido y mis actos futuros son inútiles; contando con el pasado y el pronóstico de las probabilidades, todo será un retraso.
Una simple circunstancia sin valor, pues el fin llegará y salir a su encuentro sería épico y conmovedor para cualquiera con derecho a luchar por su futuro.

miércoles, 25 de enero de 2012

¿Primera o segunda?

Pequeña anotación: No os acostumbréis a que cambie mi estilo de escribir, mis temas, mis razones y por supuesto mis sentimientos, al igual en el humor en el que me encuentro. Rarezas de la vida de mi ser.


-Te pertenecí una vez-dijo el hombre- y te ofrecí mi corazón en bandeja de plata...
-Lo sé-dijo la mujer-. Pero no tenía claro mis objetivos... ni sabía lo que llegué a poseer. ¿No merecemos las personas una segunda oportunidad?

Un silencio se instaló entre ellos, y un metro les separaba; y cuando más ella se acercaba él más se alejaba. El hombre aún estaba loco por esa mujer, donde su independencia, rebeldía y encanto le seguían atrayendo. Pero ahora todo se vió cambiado por un dolor lacerante en el rostro de los dos.

Los dos tenían pecados de los cuáles podían perdonarse el uno al otro.  Y la gran pregunta es: ¿estarán dispuestos a dejar sus diferencias y el dolor por un futuro agradable?

-La vida no me ha hecho creer en las segundas oportunidades, Ángela.
-Pero yo te la di... ¿recuerdas?
-Lo recuerdo-le contestó-. De eso hace mucho. Y prefiero olvidar lo que pasó entre tú y yo en aquél tiempo. He cambiado y no soy el de antes. No cometeré ese error nunca.
-Eso no lo sabes, Miguel-le replicó, dolida ante la frialdad de su ex compañero-. Solamente los humanos tropezamos siempre con la misma piedra.
-Cuando te fuiste dejé de ser humano.
-No lo creo-contraatacó-. ¿Si no por qué acudiste a mi llamada?
-Para imaginar espectros...
-¿Espectros?-preguntó ella- ¿Has venido a imaginarme a mí? ¿A nosotros?
-Exacto-respondió, como en un susurro, pero audible-. Fantasmas que no creo que vuelvan, y es más, no quiero que vuelvan.
-Pueden volver...-le contradijo-.
-¿Sí?-preguntó, sin interés en su voz, ahora llena de amargura-. Jamás te has entregado a ti misma... Ni sabes lo que yo sentía, porque para ti todo era un juego. Yo era un juguete que hacías bailar con tus encantadoras palabras y actitud.
-Puedo hacer lo que tú hiciste...-le explicó, con voz rota-. Estoy dispuesta a entregarme a ti si tú lo haces... otra vez.

Entonces él abrió los ojos y el velo de la amargura y el dolor cayó.

martes, 17 de enero de 2012

Sorpresa no tan sorpresa

Tenía una sorpresa para ella, y pienso que le quedaría bien si llevase algo que le recordase que fui yo quién le regaló aquéllo.

Por ello estábamos los dos con unos amigos, dónde ellos la distraían y tapaban los ojos. Haciendo que diera vueltas que hasta estuviese mareada -parecía que quisieran ello, y mira que les dije que no se pasasen-.

En mis manos llevaba una pequeña cajita de un marrón oscuro, pero estaba cubierto de un envoltorio para regalo -cómo no-.

Daba los pasos rápidos porque quería ver si le gustaba el regalo, si la luz de sus ojos podría brillar de aquélla tan especial que utiliza cuando está emocionada. Por desgracia, yo nunca llegaba a ponerla de ésa manera, y siempre nos picábamos por todo. Peleas amistosas en las que yo salía perdiendo, pero de una buena manera, aunque admito que tal vez, eso fue el encanto que me atrajo de ella.

La hicieron parar, aunque Raúl aún le tapaba los ojos, hasta que me acerqué a menos de unos quince centímetros. Mi amigo apartó sus manazas de los ojos de ella y ella me miró desorientada -normal después de tanto giro provocado por unos brutos-.

Le dí el regalo y ella arrancó el envoltorio rápidamente y ansiosa, pero cuando abrió la cajita y vio el contenido, me miró con mala cara.

-Tienes muy mal gusto, ¿eh?
-Pensé que te quedaría bien que lo llevases...
-¿Cuántas veces tengo que decirte que ya no estamos juntos?

Con aquélla pregunta y el tono empleado, mi ánimo se cayó por un gran pozo negro y sin fondo... Y tras eso, los demás se fueron, como si pensasen que la conversación fuese de nosotros dos solamente y ya no lo era. Pues era un hecho público: ella y yo cortamos hace muy poco, llevándonos mejor en la ruptura que en la relación sentimental.

Me alejé de ella, dándole la espalda. Los otros seguramente se irían por su cuenta a tomar algo, y a ponerme verde por mi insistencia...

Pero alguien me abrazó por la espalda y me dio un beso en la mejilla. Di un giro completo y era ella

lunes, 16 de enero de 2012

¿Tan extraño es?

Siempre me decían que era un idiota y un pringado, pero ahora veo cómo todo ha cambiado para mejor.

Me llamo Manuel y tengo treinta y nueve años. Peso ciento treinta kilos y nunca me preocupé del peso, aunque admito que tengo algo de barriga cervecera... pero con el resto lo supero con creces -no sé si me entendéis... ejem...-

Al principio trabajaba de cartero. En una de esas mini camionetas de las oficinas de correos, donde cabía la gente que era como un espagueti, y yo muchas veces no conseguía salir sin que parte de mi uniforme se quedase pegado en algún engranaje de dentro del vehículo. Así que ya me imagino que sabéis cómo es mi físico. Nada atractivo y por ello jamás he tenido una relación seria que no fuese con las chicas de los prostíbulos, que de hecho... pinchaban un poco. ¿Estaría demasiado bebido? Grabadme por favor, ¡PORQUE HARÉ QUE ALGUIEN VENGA CONMIGO! ¡COMO TÚ GAYA!

Por favor, esto es algo personal, así que no lo vayáis comentando por ahí.... Porque me enteraré y os abriré el vientre: sacando de vuestro interior los intestinos y el estomago. ¡Más vuestro corazón que estará palpitando en mi mano!

Buf... perdonar... Estoy muy tenso. Inspiro... expiro... Inspiro... Expiro.


Como no daba la talla siendo cartero a domicilio con mi minifurgoneta, y que apenas cabía en la cabina... me echaron por no cumplir con mi horario de trabajo, que cumplía la mayor parte de los meses... ¿Por qué me despidieron? Ahora soy un indigente gordito, sin dinero, entrañable y apetecible para las delincuentes juveniles que andan sueltas por ahí.

Estaba en mi cafetería preferida: Bloody Mary. No sé por qué la llamaron así, pero se dice que cualquier mujer que fuese al servicio y leyese el cartel que había en la pared que decía: Decid tres veces bloody mary, mirando al espejo y os aseguro que el dueño os dará un premio. ¿Qué premio sería? No lo sé, pero ocho mujeres sufrieron un paro cardíaco, y habían muerto en el baño, sobre la pica o en el mismo váter.

Tenía un periódico de hacía una semana y quería averiguar si había alguna oferta de trabajo que fuese una buena oferta. El problema era que yo no daba la talla para fantasías sexuales con monjas en el anuncio de: ¡Monjas desean experimentar la Gloria de Dios!

Había uno que sí me llamó la atención y decía: Se buscan maestros de baile para la fiesta de Regina Dolly Doll.

Yo sabía mucho de bailes y tenía mi propio repertorio. Así que llamé y por suerte... ¡me aceptaron!

Me imaginé que la tal Regina Dolly Doll sería una vieja de cincuenta o sesenta años, así que me preparé y me vestí con un esmoquin, con una corbata rosa y unas zapatillas de deporte sin suela, también llevaba un cinturón de cuero para la ocasión.

Estaba detrás de una cortina de un teatro llamado: Sex Rex. Como yo no entiendo de inglés... dejé de pensarlo, pero el nombre era extraño. Sonó una campanilla y docenas de voces femeninas se oyeron entrar por las puertas que llevaban a la sala de la "obra". Por un momento las voces me parecieron de mujeres jóvenes, pero supuse que era por el eco de toda la sala y que por eso parecían ser voces de mujeres jovencitas y en la flor de la vida.

Me desaté la corbata, me quité los pantalones y me quedé con el esmoquin a medio sacar, pero iba preparado. Porque en la mano derecha llevaba el cinturón de cuero, un consolador y mi tanga de leopardo.

La cortina se quitó y me quedé helado, a la vez que veía niñas de catorce o dieciséis años y todas gritaron: ¡DEPRAVADO! ¿REGINA QUÉ ES ESTO?

domingo, 15 de enero de 2012

Mi vida quedó atrás y ahora estoy sentado en una llanura iluminada por un sol rojizo. Para mí es algo mágico, fuerte e intenso. Estoy creyendo por fin que soy libre. Sin cadenas que me aten a alguien o algún lugar, pero los recuerdos no están del todo desvanecidos. Oigo voces que no sé de quiénes son o eran. No sé ni si yo estoy vivo o esas voces están muertas.

¿Importa? Yo creo que no. Porque aquí estoy bien. Iluminado por ese astro rey tan extraño y que jamás había visto. Pero aunque jamás lo viera, lo notaba lejano y cercano a la vez, como si lo conociese de toda la existencia. De mí y antes de mí, dónde antepasados míos conocían aquel lugar..

viernes, 13 de enero de 2012

Child of the Blood

La sangre se iba secando en el frío suelo y la lluvia lo limpiaba lentamente. Pues apenas caían las gotas necesarias para limpiar todo esto. Todos estaban muertos -como debían haber estado siempre-.

¡Éramos los Hijos de la Sangre! Hijos de Ángel Sanguinius y como tales, heredamos sus maldiciones: la Furia Negra y la Sed Roja.

No podíamos apreciar ningún arte, excepto el de matar y devorar a nuestros enemigos, a la vez de ensartarlos y hacerlos sufrir en momentáneas agonías. Les provocamos la dolorosa muerte, que teman nuestro nombre.


Nos crearon a base de la sangre de nuestro progenitor y apenas tenemos una vida que pueda llamarse plena. Pero nosotros no teníamos una única personalidad, pero tampoco una personalidad como una colmena de insectos conectados entre sí. Los recuerdos de miles de los Hijos de la Sangre de Ángel Sanguinius estaban nuestro ser: en cada célula y molécula, recuerdo a recuerdo, herida por herida y sensaciones con sus respectivos sentimientos.


No somos humanos. No somos nada. Herramientas desechables por nuestra resurrección sin mérito.


No lograremos nada al haber nacido así, pero viviremos como lo dice nuestro sanguinario instinto y devoraremos hasta el tuétano de los huesos. Así más fuertes seremos y vosotros más débiles.


¿Podéis destruirnos? Claro que sí. Una simple bomba acabaría con nosotros, pero somos vuestros hermanos. Somos parte de vosotros y somos vosotros.


Mientras devoraba el cuerpo de la anciana regordeta, a la vez desgarraba sus piernas con mis garras. Dentellada a dentellada iba llegando a los huesos, pero yo buscaba algo más suculento que unos huesos tan débiles de aquella insignificante mujer. A cinco metros de mí, había un niño de unos siete años, con los ojos mirándome con un miedo aterrador. Pestañeé y el niño desapareció.

¿Una mala jugada de las mutaciones que iba sufriendo?

Tales cosas como el surgimiento de mis garras que ahora tenía, despareciendo los dedos de la simple mano humana que había tenido.

La visión se me nublaba y mi cuerpo temblaba. Temblores que aumentaban cada vez que ingería la carne y la sangre de la vieja.

Daba igual que fuera una presa sin valor. Pues no era el hecho de cazar honorables presas. Era el hecho de alimentarse, crecer y cambiar. Ser más fuerte. Cazaría hasta que me cazasen.

Mis hermanos se alimentaban poseídos por la Sed Roja que estaba en nosotros. La maldición de nuestro padre, que algunos se atrevían a llamarle el Gran Ángel de la Sangre. No era nada bueno, ni poético. No era nadie y nosotros tampoco.

Nuestras vidas solo conocían la muerte... y solamente teníamos dos días de edad.

Corriendo como el más poseso y hambriento de la jauría, me abalancé sobre uno de los guardianes del Santuario. Me propinó una patada en el vientre, y retrocedí gruñendo como un animal rabioso. Pero no era solamente rabia. Era la necesidad. El hambre y la sed. Era lo único por lo que yo y mis hermanos vivíamos.

La espada del guardián se ensartó en mi brazo, incrustándose en mis carnes y un alarido surgió de mi ser. Era un dolor que siempre experimentábamos y un congénere mío saltó sobre mi espalda y cayó encima del guardián, provocando la caída de éste. Como un meteoro cayendo sobre un planeta, caí encima de mi presa, abriéndole con mis garras la malla y tiñendo el suelo de sangre.

Todo combate era un éxtasis...

domingo, 8 de enero de 2012

Sin Razón de Razones

Pertenecer a un mundo donde todo se consume y lo malo campa a sus anchas... Es un mundo que no merece las partes buenas, las pocas, que surgen de él.

Lo bello puede ser una noche estrellada, un atardecer o amanecer. Notar las gotas de agua en un verano con una temperatura casi templada, y el aire acariciar la piel, llenando los ambientes como los bosques a un olor de pino. Sentir cómo el frío te hiela la piel, para buscar el calor de una cama, el calor humano o el de una chaqueta o prenda de vestir, pero... sin exagerar, claramente.

Estar con alguien tan especial como un amigo o amiga, o quizás, el compañero o compañera que encuentras en esos reveses de la vida, y eliges permanecer con ella o él todo lo que os pueda deparar, sin importar cuánto malo o bueno vendrá.

Tener creencias como las mías no ayudan a nadie, ni yo me ayudo a mi mismo. Sé lo bello que hay y lo horrendo, lo bueno y la monstruosidad, amor y odio, junto con todo aquéllo que pueda tener un lado opuesto e igual. Tal vez no haya nada válido en lo que creer, ni Dios, ni Diablo... por no hablar de las reencarnaciones... Sinceramente no estaría mal poder elegir el qué querer ser. Cuando era un niño pensaba ser uno de esos lagartos gigantes que hay en los museos, y sé muy bien lo que son, pero paso de aparentar ser un "entendido" en la materia de aquellos seres.

Ser un fiero depredador sin tener que aguantar sentimientos humanos... por mucho que los niños no entiendan aún lo que significa el mundo. Ni yo mismo lo sé del todo o no lo tengo claro, y quizás las dos cosas son válidas en esto. Después, cuando me hice mayor, en la adolescencia pensé en ser un vengador para mí mismo: destruir a los que me perjudicaron para acabar con lo poco bueno que había en mí, aceptando lo malo que me depararía ese camino y futuro, ser un asesino. Lo pensé bien, una y otra vez... Porque me arrebataron mi vida normal, y ya dejé de ser alguien que en esos momentos debe estudiar y sacarse su futuro, incluyendo salir con una pandilla de amigos, aunque ya los tenía, tengo, aunque no quería darme cuenta e incluso ignorarlo todo. Mandarlo todo a la mierda, a la nada y a mi perdición. Pues ya no me quedaba nada.

En esos momentos creaba historias de tales maldades que yo sufrí, de seres sobrenaturales que derramaban sangre por rencores o instintos oscuros, los dignos de los monstruos. Mi "talento" -si es que llega a serlo, y aún me queda mucho por mejorar- se vio estancado, aún hoy no dejo de hacer historias de tristeza y desgracia. ¿Cambiará o cambiaré yo? Me gustaría decir que sí e asegurarlo, pero de momento no puedo prometer nada.

Fui marcado por el mal de las personas que yo consideré compañeros. Idiotas aprovechados de la ingenuidad de un ingenuo. Aún lo soy, pero lo dejo de ser tanto.


No vengo a quejarme ni a explicar mi vida.

Escribo esto porque quiero mejorar aún más mi persona: mi forma de ser, para los que no sepan de qué hablo. Ser un caótico toda tu vida no está mal para los que les gusta destruir, pero yo ya estoy harto de la oscuridad que mantengo sobre mi ser, pero no sobre mis historias.


¿QUÉ ME CONSIDERÁIS SI YO NO ME CONSIDERO NADA NI DIGNO DE UN ALIVIO QUE SENTIR AL HACER LAS COSAS BIEN?