martes, 31 de enero de 2012

Sin cuerpo

Dejar a un lado lo que soy llevaría siglos. Tal vez por miedo e impotencia. Significaría la desaparición de mi ser. Ya que no puedes hacer una copia de ti ni de nadie, cómo tampoco de mí.

Oxígeno oxida éste cuerpo... deja que muera y déjame ser otro; un yo distinto, con otra manera de ver y expresar, otro modo de pensar y reaccionar.

No puedo acabar, porque no puedo comenzar o comienzo pero no acabo. Deseo el fin, harto de mí... pobre de mí. Maldito por mis demonios interiores que no puedo sacarme.

¿Os cansáis de observarme? Dejadme aquí, en el páramo ceniciento del espacio oxigenado. ¿Os gusta lo que veis? No lo creo, porque no puedo ni quiero.

Negar lo que soy sería huir, pero ya huyo de alguna manera, pero sin saber cuál. No deseo amar, de entregar mi corazón y ofrecerlo de tal manera como una diana. La flecha me mataría, pero no sé por qué aún no lo ha hecho.

No soy un Ángel ni un Demonio, sí persona, sí alguien, no odioso, sí dolorido, sí sumido en una eterna división espiritual, en el mundo espectral

Alma nueva vida nueva. Nueva sangre, nueva vida, otro cuerpo y otra manera de sentir...

1 comentario:

  1. Hola, permiteme decirte que realmente me gusta mucho tu blog, me parece que eres una persona con una manera muy particular de pensar, la oscuridad que transmites con cada uno de tus textos es muy interesante... Felicitaciones.

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