sábado, 31 de diciembre de 2011

La Tienda de Doble Filo

Sentimientos que deben permanecer dormidos como Blancanieves al morder la manzana de la bruja disfrazada de anciana. Todo se pudo vender o comprar. Cuando todo había acabado o aparentar acabarse.

El barco se hundió y alguien salió a flote. Daba igual, pues todo estaba a la venta. Donde todo se cambiaba por el precio que marcaba el vendedor al comprador.

¿Me ofreces lo que yo quiero a cambio de lo que tú quieres, sabiendo que podría matarte y obtener lo que vendo?

Nada es fácil y no todo es bonito como el cuento de la Cenicienta. Todo es efímero. Todo es así de corto y triste.

Pídeme un precio y ya veré si es el adecuado.

Te ofreceré verdaderas gangas que solos nuestros corazones sabrían entender y aceptar.

¿Cuál es tu última parada? La Tienda de los Muertos.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Jamás...

¿Cómo pueden quitarme lo malo o lo bueno? ¿Mi propia memoria puede hacerlo? Sí, tu propia memoria puede hacerlo. Puede hacerte pasar por el mejor momento de nuestras cortas vidas y el peor en el que se desearía morir.

Me quitaré lo que yo mismo me quiera quitar.

¿Qué me pueden quitar a mí la gente externa a mí? Nada de nada, excepto palabras. No pueden modificarme ni usarme porque mi precio es algo que yo mismo sé. Soy extraño y solitario. Ventajas de las vida y desventajas de la mala suerte.

Podéis negarme sentimientos, podéis negar hechos y sucesos que he tenido en mi vida o haya tenido en la vuestra. Me da igual.

No defenderé lo que no es necesario. Mi integridad está intacta, mi orgullo está por los suelos y la dignidad no me importa porque es la dignidad de un perro.

¿Qué queréis obtener de mí? No os daré nada que yo no quiera daros. No me podéis quitar nada excepto cosas materiales. Cosas a las que se les coge cariño y te dan rabia cuando te las arrebatan y seguirán estando aquí mucho después que nosotros. Su existencia da igual, solamente nos hacen sentir más cómodos en nuestro ambiente pero no en nuestra mente. Donde éstas pueden ser a simples cabañas de madera a castillos y palacios según sea la persona.

¿Queréis saber lo que no me podéis quitar? Bien, porque os los restregaré por la cara a todo aquél que me conozca y me desee mal, por muy desconocido que sea, porque me dará igual, y así haré que la gente cercana a mí pueda estar orgullosa de la parte más intensa de mí

Mi mente es una red de túneles subterráneos donde nadie puede acceder. Porque no lo permito y solo cuento bocetos de todo lo que significan las cosas. No me entendéis, ni pretendo que lo hagáis.

Esos túneles están llenos de una escarcha donde dentro de ésta late una llama de fuego fría o cálida según el momento o experiencia atesorado en ella. Cuando más especial más profundo será y menos acceso tendréis y más cerraduras pondré. Puertas asegurados como los ojos de un guardián que está dormido pero sabe lo que pasa a su alrededor sin falta de abrir los ojos.

¿Queréis que os muestre mis mejores recuerdos? Bueno, mejor dicho parte de ellos. Porque jamás en la vida lo sabrá completamente todo de mí, y es más, os advertiré: SOY CAPAZ DE TRAICIONAROS POR NADA Y POR TODO.

Las risas con mis tres locos jamás cesarán y ellos sabrán quiénes son. Mis conocidos no olvidarán los nombres que les doy ni las bromas que les dedico, al igual que las tonterías y paridas que se digan. A los desconocidos me da igual que os de igual, no me entenderéis ni el por qué de este texto.

¿Me falta alguien? ¡Ah, sí! Momentos tensos, momentos como una descarga eléctrica en el que el corazón muerto vuelve a resurgir con una leve fuerza, pero la suficiente para hacerlo latir, risas y bromas compartidas al igual que buenos momentos nunca faltaron. Donde los más de tres años sigo observando como un poseso observa a su mejor posesión.

No tengo nada más que decir, excepto: jamás me quitaréis lo que he obtenido.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Mi partida








He pedido cosas que ya tengo y he dejado de utilizar. Haciendo que dichos objetos y recuerdos sean ahora obsoletos.

Deseaba un paraíso y cuando me dejaba arrastrar deseaba una muerte no heroica, pero vengativa. Dando parte del dolor que yo sufrí. Pero no estoy aquí para escribir de nuevo lo mismo una, otra y otra vez.

Puro veneno donde el amor era y es mi cura. Pero no puedo evitar estar triste por cosas que dejando el odio y el pasado aparte, desearía ser recordado como alguien grande entre mis seres. Por ello deseo tachar a Cupido y convertirme en demonio o arcángel, según cómo estuviera. Aquí no acaba mi partida.

Mi mente es mi prisión y mi habitación mi ataúd. Cuando llegue mi último aliento mi voluntad no se cumplirá y mi ser, con los recuerdos desaparecerán. De la nada a la nada, volveré al vacío del que vine.

Soy el títere de mis actos paranoicos y herramienta para gente manipuladora que me hace hacer cosas que ya dejé de lado. Mi camino sigue adelante hasta que mi corazón deje de latir. Ésta vida me es larga y a la vez corta.

¿Dónde quedará mi saber? ¿Por qué he de desaparecer?

Habréis de olvidarme y pedirle al Sol y a la Luna que sigan haciendo días y noches donde estar en compañía de seres que nos quieren, que os quieren y os querrán. Así acaba mi partida.

Boulevard de pesadillas y sueños de heroicidades. Donde la vida se me escapa...

Recordad cómo era, quién era, qué era y qué sentía...

Caminar sin camino

Vida vacía, sentimientos intensos. Lágrimas que ciegan mi conciencia y no me deja describir. Sacar algo en claro de algo que no significa nada y lo significa todo para una mente desequilibrada... Mente rota y paranoica que hace enemigos donde hay amigos. Le tienden una mano y ella las aparta.

¿Algún nombre no dirigida a mi clan? ¿Algún nombre para ser alguien diferente?

Mente enferma e inconclusa de tantos momentos y experiencias vividas en un límite y salir de un frenesí como bestia en vez de humano. La vida y no vida están al alcance y Nagash no puede igualarme.

¿Qué alcance es el mío? ¿Ninguno? ¿Revivir como ser vivo o vivir como bestia huidiza del Sol? ¿Habré vivido o siempre he sido así? No lo sé. Porque no lo recuerdo.

El pasado lo perdí, el presente lo dejé de vivir y el futuro se me escapó.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Turel, Lrgacy of Kain

Pasados más de cinco siglos en el mundo espectral, no he olvidado lo que me solía decir Morr: puedes lamentarte por lo que has perdido o vivir para ver qué puedes obtener en el mañana.

¿Cómo encajaba la maldad o la inocencia en una simple lamentación cuando era humano?

No siento arrepentimiento, ni miedo, ni tristeza, ni sed de sangre ni ninguna necesidad. Nada de nada. No estoy muerto ni estoy vivo.

Sangre noble corría por mis venas hasta que un ángel de blanquecina piel me infectó con su sangre. Haciendo que la ingiriese como alguien sediento bebería una gran cantidad de agua.

No morí al instante. Noté cómo mi corazón dejaba de latir lentamente una y otra vez. Daba igual que en ese momento sintiera miedo. Pues ahora ya no hay nada. Yo no hago el Mal, tampoco lo provoco. Yo no provoco el Bien, pero tampoco lo hago.

¿Cuál es el sentido de aquel pálido ángel? ¿Éste era mi destino por algo en que mis reencarnaciones habían creado de la Oscuridad?

Ya no hay nada y Morr no está. Kain se destruyó. Raziel desapareció. Zephon se sumió en un letargo eterno. Rahab se ahogó en las aguas heladas de la Columna del Mundo.

¿Quién soy yo ahora mismo? Lo ignoro. Porque no sé lo que soy. Pero sí lo que fui.

Fui mortal y ahora soy un ser divino. Inmortal hasta el alma y la parte más extraña de mi alma. Pero tampoco sé si dispongo de ésta.

¿Me la habrán arrebatado?

¿Qué nombre he de adoptar si quiero vivir un oscuro futuro para una vil criatura como yo?

Soy... Turel

martes, 22 de noviembre de 2011

Von Carstein

Si mi instinto me dice que abandone los sentimientos que me carcomen y que me impiden vivir una vida con sentimientos humanos. ¿Por qué ser humano y no bestia? ¿Por qué no dejar salir al Lobo que hay en todos?

Humanidad contra bestialidad. ¿Elección difícil? Ni hablar. Soy dos y soy uno. Lo soy todo. No soy ninguna de las dos cosas.

Estoy muerto y solo hay un sentimiento de hambre ante un vacío espiritual. Pero creo que ya no tengo un alma que considerar mía. Así me creó mi padre. Soy un Von Carstein., el último vástago de Vlad Von Carstein, conde vampiro de Sylvania. Pero ya no resido en el castillo de Drakenhof, donde el Conde de la Sangre masacra al ganado humano.

¿Tendría que importarme? No y a la vez sí. Tengo tanto de humano como de dragón. Tengo tanto de Astro Rey como de Agujero Negro. Tantas cosas que son opuestas ante una ecuación que tiene una respuesta mezclada y a la vez opuesta a las dos que la precedieron. Como vampiro, soy un bueno vampiro, como humano soy un cadáver ambulante.

El Lobo anda suelto y así cambio de forma donde el pensamiento de raciocinio es sepultado por los instintos primarios de la criatura. Ya no tengo vida, ya no tengo alma, ya no tengo una manera de ser que no sea la Bestia.

¿Crees poder salvar a un monstruo bebedor de sangre de los instintos básicos de toda criatura?

No podréis, y como simples marionetas de dioses tramposos, moriréis por la vejez, la enfermedad o el hambre y no me importará.

Sai'el Von Carstein, último Vástago vivo de Vlad Von Carstein, conde vampiro de Sylvania.




Anotaciones:
Sai'el es un nombre creado exclusivamente por mí.


Von Carstein es un apellido y el nombre de personajes fantásticos del mundo de Warhammer.



domingo, 20 de noviembre de 2011

Me pregunto dónde estás, adónde has ido, por qué has desparecido, si he hecho algo. No se me ocurre ningún lugar en el que buscarte y por más que busque, solo encuentro la desesperación de un deseo sin cumplir. La necesidad verte y no perderte.

Ante mí se presenta un tipo joven y desgarbado, con el cabello corto de un color azabache, despeinado. Su rostro era pálido en extremo y vestía completamente de negro, como si fuese un empleado de un cementerio, como si viniese de un entierro y olía intensamente, algo parecido al incienso.

-¿Por qué lloras, niña?- me pregunta el joven vestido de negro, mirándome con unos ojos de un color rojo. No sé por qué, pero no podía apartar la vista de esos ojos siniestros, como si una magia o lo que fuese me impidiera mover la cabeza y desviar la mirada a aquel individuo.

-No lloro...-respondí en voz baja, llevando mi mano derecha para quitarme las lágrimas que se deslizaban por mi cara-. Solamente busco a alguien.

El oscuro joven asintió, sonriendo de una manera más siniestra que su forma de mirar y del color de sus ojos. No era natural que alguien apareciese de esa manera y no pudieras apartar la mirada de la suya, a pesar de ser un desconocido para mí. Para colmo, pareció verdaderamente pensativo e interesado por lo que le dije, hasta que su sonrisa se ensanchó, dejando ver unos dientes blancos. Dejando una mueca extraña en su labio.

-Tal vez no encuentres a quién buscas-habló el joven- y sería mejor que continuases una vida alejada del ser que tú buscas. No te traerá nada bueno.
-¿Conoces a Fenrir?-le pregunté, como si este individuo supiera algo y el corazón se llenó de una extraña esperanza.
-Sí, no soy ningún amigo suyo, ni un familiar. Soy un conocido mejor dicho.
-¿Pariente no? ¿Amigo tampoco? ¿Conocido?-repetí-. ¿Sabes? Me recuerdas mucho a Fenrir. Nunca da respuestas ciertas y se guarda lo más importante para él. Dejando que lo malo pase por su mente y en la de nadie más.
-Soy un dios-dijo el chico, como si nada.
-¿Un dios?-inquirí-. A mi me gustan las cosas paranormales pero hace mucho que no creo en Dios... Cuando era pequeña, mi madre enfermó y rezaba a Dios que no se la llevara, pero no llegó a ocurrir. Seguiré con mi búsqueda... pero si pudieras concederme un deseo... por favor... quiero volver a ver a Fenrir.

El extraño abrió los ojos como platos al escuchar lo que dije y sin más, desapareció en un humo negro, en el que después aparecieron docenas de plumas negras y cayeron al suelo lentamente, mientras que otras se fueron por la ligera corriente de aire.

Me quedé sentada en un banco de un parque que había más adelante y esperé, intentando calmarme ante la posibilidad de que nunca volvería a ver a Fenrir. La sola idea de eso hacía que mi alma se congelase. Anocheció y las farolas iluminaban las calles y el parque, dejando a la vista sitios que no se veían en la oscuridad, como era lógico.
-Fenrir... Quiero verte de nuevo Fenrir
-¿Qué te pasa?-preguntó una voz muy familiar, y solamente pude alzar el rostro para mirar, hasta que llegué a sonreír por lo que vi.

sábado, 12 de noviembre de 2011

El lobo gris estaba sentado sobre sus patas traseras, mirando con mirada profunda el cadáver de un anciano, junto con otro cuerpo de un lobo pardo, Toboe.

Tsume, el lobo gris, se acercó al cuerpo de su congénere, queriéndole decir lo que nunca contó:

-Toboe has crecido mucho desde que nos conocimos... La primera vez que te vi eras un pequeño lobezno y creí que amabas a los humanos más que a nada en este mundo.... Puede... que estuviera equivocado, pero tu comportamiento, me hacía dudar, no lo entendía... Te pido perdón. Toboe una vez me preguntaste sobre la marca que tengo en el pecho. Es la marca que siempre recordaré de mi delito. Abandoné a su suerte a mis amigos y huí, después me echaron de la manada. No quería tener amigos ni quería confiar en nadie. Traicioné a mis compañeros, hasta que os conocí a vosotros. Quería llevaros al Paraíso... y me habéis traído hasta aquí...

Cerró sus ojos, intentando no dejar salir el dolor que sentía en el corazón y que le llevaría a aullar a un cielo oscuro, sin la luz artificial de la Luna.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Titán del Día Gris

No me esperes. Tengo razones para no querer ver a nadie. Después de todo, esto no va a ningún sitio.

Maldigo a Dios por lo que no me dio como hijo suyo, como lo maldigo por igual al Diablo al estar obligado a acatar las órdenes que tenía que obedecer por mis familiares. La negrura viene a mí y yo voy a ella; mi fiel compañera.

De aquí no saldré, habitando en una celda sin poder desahogarme de toda una vida que no viví. ¿Sigo vivo o estoy muerto? ¿Soy mortal? No lo sé ni yo, ahora mismo. Aquí hace frío y pequeños charcos de agua llenan la celda de cinco metros, de ancho y de largo. Un espacio asfixiante, sin una salida por la que salir.

¿Dios? Ya no soy hijo tuyo. ¿Diablo? Ya no soy adorador tuyo. Soy Caos, lo primigenio de toda la creación. En mí no está la vida ni la muerte, pero sí la destrucción como el nacimiento de todo. Todo esto es un engorro. Un engaño que crearon los Olímpicos al desterrarme aquí. En éste habitáculo de piedra gris, donde la piedra crece en el techo como agujas. Que van descendiendo con el paso de los siglos. Creciendo y creciendo hasta que ensarten mi cuerpo como si yo fuera un colador.

No soy como Urano, no soy como Cronos, ni como Gea, ni Rea, ni Atlas, ni el compasivo Prometeo, pero en mí está el verdadero poder de cualquier titán. Soy el Hijo de los Dioses Dorados, los Titantes.

Sin nombre, ni vida, ni destino y objetivo; vivo en la celda que será mi tumba.

Pero el Caos nunca se encierra. Saldré y destruiré el mundo mortal e inmortal. No habrá piedra sobre piedra.

Sabrán lo que es tener Días Grises

domingo, 16 de octubre de 2011

Príncipe de la Niebla

No hay nada que demostrar ni que sentir. Mucho menos algo que hacer. Así que... aquí estoy.

Mírame ahora y dime en qué me he convertido. Dime si todo fue por algo o por una sin razón, uno de los sin sentidos que tiene la vida. Cuando mis manos aferran el aire como si fuera un objeto sólido, y descubro tarde que no hay nada.

En toda mi visión hay niebla. Dentro y fuera de mi cabeza. Donde en el interior de mi cuerpo, los ojos se quedan sin pupilas y se quedan solamente con el gris de fondo.

Soy el Príncipe Ciego de la Niebla. Así que dime por qué no puedo verte u oírte. Dime qué existió y si esto era ser feliz. Si el amor era eternamente o solo un tiempo distinto con un límite de caducidad.

Aquí está el Príncipe de la Niebla.

¿Por qué éste nombre? Siento que estoy tan lejos de cualquier lado civilizado que ya estoy tan acostumbrado al silencio y a la vida espartana sin comodidades.

Día 13, el día en que me lanzaré al fuego. Donde el sacrificio del príncipe tendrá el sentido de su existencia. Porque es cuestión de supervivencia. Si él vive otros muchos mueren, si otros mueren él vive.

¿Seréis capaces de decidir qué opción es la correcta?

jueves, 6 de octubre de 2011

Sombras, héroe y villano

*La mañana después
todavía permanence
Sólo el despertar
veo una sombra de tí
Haciendo el desayuno para los dos.
Voy conduciendo
Paso por nuestro lugar y
Veo a una chica caminar
Huelo su perfume
Por un momento deseé que fueras tú.

No te voy a decir
No te voy a decir que estoy bien, no
Estoy tratando de terminarlo
Estoy tratando de alejarme de nuestros errores.

Pero veo sombras
Por cualquier lugar que voy
Eres tú, recordándome
De lo que éramos
De cómo fue
Veo sombras
Por dónde voy me siguen
Eres tú y las memorias
De cómo nos amamos
Tuve demasiado de tus sombras.

Cuatro meses pasaron
No puedo sentirte
No lo entiendo
¿Adónde te has ido?
Odio que eres todo lo que sé.

No te voy a decir
No te voy a decir que estoy bien, no
Estoy tratando de terminarlo
Estoy tratando de alejarme de nuestros errores.

Pero veo sombras
Por cualquier lugar que voy
Eres tú, recordándome
De lo que éramos
De cómo fue
Veo sombras
Por dónde voy me siguen
Eres tú y las memorias
De cómo nos amamos
Tuve demasiado de tus sombras.

No podías amarme
¿Por qué no me dejaste?
Sombras
Estar solo es el único lugar que quiero estar.

Pero veo sombras
Por cualquier lugar que voy
Eres tú, recordándome
De cómo amar
Tuve suficiente
Veo sombras
Por dónde voy me siguen
Eres tú y las memorias
De cómo nos amamos
*Tuve demasiado de tus sombras.

Del primer asterisco al último, es la letra de una canción. En concreto: Westlife-Shadows.




Si tuviera una buena voz, yo mismo cantaría una canción así. Digamos que no merezco cantar una letra como ésta. ¿Después de todo para qué?

Tengo una voz ronca que parece el rugido de una bestia salida del averno. Mi sombra se cierne sobre el mundo en el que vivo. ¿Quién dice que es mala la sombra? Su oscuridad me oculta del fuego de la luz del Sol. Donde tantas veces me he llevado palizas.

Estoy aquí. ¿Pero y tú? ¿Dónde estás? ¿Por qué solamente veo tu sombra y no la mía?

No son mariposas lo que siento en el estómago. Está vacío de cualquier cosa que alimentase mi cuerpo. Tampoco es lo que necesito ya que así no seré un héroe.

¿Héroe?, me pregunto. De pequeño me encantaban esas cosas. De personajes altruistas que hacían todo lo que podían para hacer del mundo un lugar mejor. Ocultos tras una máscara, se enfrentaban a muchos problemas con su posible muerte en el proceso.

Mi mundo está mejor como está ahora. En paz temporal. En un sueño del que vivo y no quiero despertar. Pero en él yo sigo durmiendo y despertando como en la vida real. En la que lo malo acecha en cada voz y palabra, junto con el hecho del suceso.

No soy un héroe ni un villano. No haré nada por nadie que no merezca mi ayuda. Tal cosa solamente la recibirá mi gente. Entre ésa gente estás tú, pero ahora has desaparecido.

¿Dónde estás tú ahora? ¿En un castillo junto a los Dioses o Dios que crearon mi mundo? ¿En un mundo aparte del que yo ya no formo parte?

¿Qué es esto? No estoy arrepentido de nada. ¿Por qué lloro? Porque la necesidad de calmarme me es imposible. Mi búsqueda no acaba aquí y me llevará más lejos. Fuera de ésta Tierra, su espacio y su vacío. A un mundo donde los bosques y las llanuras dominen los continentes y el mar limpio los océanos.

Quise ser un héroe en mi mejor momento y en el peor un villano. Puede que sea uno de los dos. Pero si quieres recordarme... Hazlo como si fuese el peor de los mejores que estarán por venir.





Ésta historia forma parte de mi ser, pero éste personaje no soy yo. Por primera vez, en mucho tiempo escribo desde una persona que no forma parte de mí directamente. Donde la búsqueda de lo más importante de su vida es lo que más le interesa.


Mi espíritu yace en la frase. Mi frase:-[...-Soy el mejor de los peores-...]- 

sábado, 1 de octubre de 2011

Páramo de hielo y ceniza

Seres malignos me crearon. Así soy. Mezcla de frío y de calor. Hielo y fuego. Mi interior solamente son dos páramos muertos, uno congelado por la frialdad del hielo y otro hecho cenizas por las llamas que acaloran de mala manera mi corazón.

En este mundo hay poca paz para mí. Aquí estoy. Mi alma aquí está.

¿Soy frío o cálido? ¿Cómo llegué a ser así?  ¿Cómo pudiste apagar casi todas las llamas de mis entrañas cuando ya no tenía alguna esperanza para mí?

¿De dónde salió la poca paz que conozco? ¿Por qué ya casi no hay días grises, con las nubes cargadas de una lluvia infinita? ¿De dónde salió aquél espíritu semejante a mí y a la vez todo lo contrario?

¿Por qué tanto miedo a lo bueno? Me he preguntado muchas veces. ¿Me asusta? Sí. ¿Lo valoro? No como debería. No es algo comprensible para ti, ángel de alas grises, ni para aquéllos a los que llamo los Otros.

Pienso demasiado, hago poco. Me arrepiento mucho, nada demuestro.

Tal vez, solamente se salve la parte de mi alma que llega amar lo que he llegado a amar. Pero tarde me di cuenta; de que mi oscuridad no se puede extirpar.

Harto de dolor pero lo único dispuesto a soportar. Asustado por todo lo bueno que puedo llegar a perder en actos de furia poco contenida dirigida a ninguna parte.

¿Por qué pienso en algo que no puedo cambiar? Es fácil la respuesta. No hubiera sido mejor mi destino, pero sí mi absolución. Actos que no me puedo perdonar, cosas que no llegaré a olvidar.

Estoy aquí, en mi páramo de hielo y ceniza. Volando junto al ángel de alas grises.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Miriadh

Las dos columnas de dos docenas de elfos oscuros, avanzaban con pasos veloces. Un ritmo constante, en que tardarían horas en cansarse si hubieran descansado desde hace un día. Pero no era así. Pues a la llegada de la tarde acamparon fuera del camino, que apenas llegaba a llamarse sendero.

El campamento estaba divido en diferentes pequeñas hogueras para cada pareja. Se disponían en forma de un círculo, dejando la hoguera del centro para el mando de la pequeña partida.
En aquella hoguera central había tres elfos oscuros cubiertos bajo sus capas negras. Dos machos y una hembra. La hembra era una sacerdotisa de la Diosa de la Oscuridad, la deidad que todo elfo oscuro presente tenía que tener en cuenta.
-La Madre Oscura no tolerará el fracaso en esta oportunidad-dijo la sacerdotisa en un leve tono amenazante-. No habrá perdón para los que causen el fracaso. Se las verán con Ella en el Miriadhern.
Uno de los machos bajó la mirada hasta el suelo y otro miró fijamente a los ojos rojizos de la sacerdotisa, pero no dijo nada.
El Miriadhern, donde se supone que descansan las almas de los seres terrenales de los seres benignos y donde los malignos son esclavos de la Madre Oscura. Oscuro destino para los ciegos seguidores, pensó Nimrais.
-¿Cuál es esa oportunidad, Radeirn?-preguntó el elfo oscuro que había estado mirando el suelo.
La sacerdotisa de la Diosa no contestó, pero en un revés le abofeteó. Las miradas de los demás no se centraron en ellos. No era asunto suyo lo que pasase en aquella reunión.
-Vuelve a pronunciar mi nombre, plebeyo, y serás arrojado a las fauces de una hidra- amenazó la sacerdotisa, con voz fría.
El bofetón hizo que se tirase hacia atrás, casi hasta el suelo y al levantarse desvió la mirada hacia el tercer individuo que aún no había dicho ninguna palabra.
-Calma, sacerdotisa –habló Nimrais, en un tono bajo pero lo suficientemente fuerte para oírlo-. Mi segundo será castigado por su arrogancia al pronunciar vuestro nombre. Ahora, decidnos qué hay que hacer para cumplir y satisfacer a nuestra Diosa.
La hembra se acercó a Nimrais, levantando la mano y tocando la frente de Nimrais con el dedo anular.
El líder de los guerreros de aquella partida sintió en todo su organismo una corriente de electricidad y luego algo revitalizante. Después, dejó de ver lo que tenía delante y se sumió en la oscuridad. No veía ni oía nada, hasta que en un momento alguien susurró un nombre: Maeraelin. Luego de escuchar ese nombre tan familiar y a la vez tan desconocido, vio una imagen en la que caballos blancos al trote salían de un bosque de densa vegetación. Los arbustos, raíces y hojas se habían movido para dejar paso libre a los caballos, mucho antes de que empezasen su camino. No solamente se fijó en eso, el primer jinete, una mujer elfa de piel blanquecina y cabello dorado, con los ojos azules y una ligera armadura de cuero encabezaba la marcha, armada solamente con un arco y un chuchillo.
En un solo momento, la visión de los caballos, el extraño bosque y la elfa de cabello dorado desapareció. Volvía a encontrarse en la hoguera con su segundo y la sacerdotisa.
¿Ése es nuestro objetivo? ¿Un pequeño grupo de elfos silvanos?, se preguntó Nimrais, espero que esto valga la pena… Si no abandonaré Irialith, y me enrolaré en algún grupo de mercenarios.

Un aullido acabó con la tranquilidad de la fría noche. Luego se escuchó otro y otro, hasta otros más. 

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Mis Pilares

Ellos son unos de mis Pilares. Junto mi espíritu, mi integridad, mi amor, mi odio. Tal vez sean demasiados u algunos más poderosos que otros. ¿Quién sabe? Quizás más intensos.

Deber y deseo. Algo prohibido por mí mismo. ¿Qué sentido hay?

Una condición que me ha llevado a una soledad absoluta. Donde una voz inmaterial se hace escuchar detrás de una pantalla o de un rostro inexpresivo.

No hay sonrisas, no hay risas ni alegría.

¿Cuál es mi saber en este mundo en el que he de vivir?

¿Qué puedo plasmar en vuestros recuerdos? ¿Qué ha quedado de mí en vosotros?

¿Soy uno de vuestros Pilares? Vosotros sois los míos.

Sin ellos yo ya habría sucumbido a la amargura absoluta y no podría plasmar nada de éste presente incierto.

¿Misterioso futuro?

Veremos que me deparan los hados.


No soy un Ángel, pero tampoco un Diablo.

Soy el hombre de los Pilares Rotos.

martes, 30 de agosto de 2011

De la Oscuridad a la Luz.

Todo era Caos. Los mundos muertos y estériles, la oscuridad sin luz, y la muerte sin vida.

En éste Caos, estaba uno de los espíritus con ése mismo nombre. Él hacía que todos los espíritus luchasen entre ellos para ver cuál de ellos, de entre todos, era más poderoso.

Aún no existía ninguna luz, excepto la de las tormentas provocadas por las luchas de éstos espíritus. Pero había cosas que para seres mortales como nosotros, tenemos y que con ésos espíritus compartíamos.

Uno de entre esos seres, Eldar, era su nombre, dejó de luchar contra los suyos y se alejó de ellos. Harto por la muerte de tantos conocidos y seres queridos. Todo por la locura de Caos.

No odiaba a Caos, pues era uno de sus hermanos, pero odiaba en lo que se había convertido y en lo que había provocado.

En la inmensa oscuridad, Eldar pasó eones solo, en lo más alejado de lo que nosotros llamaríamos el vacío y allí encontró otro ser, diferente y parecida a él: Amail.

Ésta no procedía de donde procedía Eldar, ni era oscura como él lo era. El espíritu estaba compuesto de una luz blanca, que a ojos de Eldar, era algo demasiado bello como para ser algo vivo como él.

Amail era algo mucho más avanzada que Eldar, explicándole que no todo se basaba en la destrucción para poder avanzar en el vacío de Tinieblas que Caos, el hermano de Eldar, había creado.

Eldar destruyó mundos que Amail había dejado su estela de luz, y ella lloró por la pérdida de ésos mundos, que apenas habían empezado a crecer y florecer.

Disgustado por lo que hizo sin saberlo, Eldar agarró con violencia a Amail y se la llevó donde él procedía, en el Imperio de destrucción de Caos.

A su llegada, todos se apartaron de la pareja, sorprendidos de ver a alguien como ellos y llena de luz, acompañada del hermano menor de Caos.

-No hay solamente muerte, hermano-habló, Eldar-. Éste ser es capaz de hacer cosas que ninguno de nosotros podríamos imaginar. Seres como ella serían nuestro futuro.

Caos no habló, solamente miró a su hermano y a Amail llorando. Cuando vio la luz de ésta última, la rabia y el miedo le invadieron. Estaba dispuesto a asesinar a aquél ser igual, pero diferente a él mismo.

En su camino, se dio de bruces con Eldar, y así empezó la última lucha de éste primero, para conservar la luz que daría un futuro a lo oscuro.

La lucha fue larga y con ella se creó una gran tormenta, de su interior una gran Bola de Fuego surgió, acabando con la tormenta y varios de los espíritus murieron. Dando paso a lo que nosotros llamaríamos el Sol y las Estrellas.

Amail, llorando ahora por los espíritus oscuros, por la muerte de su compañero Eldar... Se inmoló así misma, haciendo que de su explosión blanca nacieran la Tierra y la pequeña Luna...


Del sacrificio de Eldar, Amail, creó de sí misma, honrando la muerte de su compañero, junto con dos nuevos cuerpos, uno más pequeño, la Luna, dedicada a su propio espíritu de luz y la Tierra dedicada al sacrificio de los tres: Caos, Eldar y Amail.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Mi ser

Hay gente que pinta en las paredes nombres. Palabras de diferentes idiomas mezcladas entre sí o palabras que inventan en sus mentes. Otros cogen su nombre de cosas que han leído o jugado. Haciendo el nombre propio.

¿Para qué servirá, os preguntaréis? Aquí tengo la respuesta o respuestas: el nombre nos identifica por ser como somos. Somos el nombre que más afín es a nuestra personalidad, a nuestra manera de ser. Claro está que podamos tener más de uno, pero solamente hay uno que nos describa tal cual somos.

Os diré cuál es el mío. El nombre que no es el nombre que me dieron, sino el que yo elegí por mí mismo: Fimbulwinter.

¿De dónde habrá sacado ése nombre tan raro? La respuesta está en la mitología nórdica.
Fimbulwinter significa eterno invierno, o algo parecido. Pues es uno de los pasos del Ragnarok: el fin del mundo, en la mitología nórdica. Fimbulwinter es el paso en el que habrá seis inviernos seguidos sobre la Tierra, donde todo perecerá por frío y por los gigantes de la escarcha que lucharan contra los Aesir.

No voy a pararme a explicar cómo se ejecutará éso. Explicaré por qué escogí ése nombre para representarme.

Suelo mostrarme frío y sin emoción como el invierno. En otras ocasiones soy cálido como un buen fuego calienta en un campamento, donde las charlas y las risas se muestran.




Aquí está el significado del nombre elegido por mí.

jueves, 18 de agosto de 2011

Libertad

Mi libertad está cercada por mi mísma persona. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué he de hacer?
Tengo la propia acción con mis seres queridos. Tú, ella y ellos estáis en mi corazón.
Una parte de mí desea eso y otra quiere despreciarla. No voy a desperdiciar nada, pero aún puedo estropear mucho con mi propia terquedad.
Nada ha acabado, todo acaba nada más que empezar. Estoy aquí, solo. Mi alma se endurece y ésta es la verdad, no tengo libertad.

Aquí está mi acción: un abrazo y una sonrisa en mi imaginación. Quién quiera aceptar eso, formará parte de mi vida, el que quiera algo para mí serán mis almas gemelas. Los que han demostrado ser más firmes que una endeble relación de conocidos, notarán que tienen mi agradecimiento

He hundido muchas lágrimas en el interior de mis ojos. Llorando por dentro, en vez de por fuera.
Sois mis hermanos y hermanas. Vosotros sois los que me creáis mi propia libertad de acciones.

Se acabó. Todo acaba aquí, en éste escrito. Mi pasado es mi vida, el presente está siendo escrito por mi propia mano y aunque quiera pensar en el futuro, tendré uno en el que yo mismo pueda estar.

Ésta es la verdad. Quiero mi libertad.

¿Quién eres?

Los cuerpos de dos seres queridos míos están tumbados en el suelo. Con la mirada perdida en la infinita oscuridad de la noche. Con los ojos sin luz de vida. Eran mi mejor amigo y la chica a la que quise. Él era bajo, medía un 1.65 de alto. Tenía el pelo corto, de color azabache y unas gafas demasiado grandes, su nariz aguileña y una boca con la que mostraba una gran sonrisa siempre. Y ahora, ya no está. Él ya no está y su sonrisa ha desaparecido, ya no están a mi alcance.

Su silla de ruedas está a cinco metros de su cuerpo, tirada como si fuese basura y un rastro de sangre va desde la silla hacia su cadáver. Pero su rostro no es la mirada que debería haber visto. No reflejaba miedo: ¿qué habría sentido mientras perdía el halo de su vida? Es una pregunta en la que se me escapa la respuesta. Un enigma como la razón de mi propia pérdida de mis seres más cercanos,

El cuerpo de ella no está mejor que el cuerpo de Gabriel. En su rostro se notaba que había sufrido mientras se desangraba. Pues dos heridas cubiertas por manchas de sangre, aún sangraban. Heridas de una cuchilla, en el pecho y en el vientre. La mirada de ella era menos expresiva, pero tenía humedecidos los ojos. Había llorado mientras moría. Su cabello pelirrojo le tapaba la mitad del rostro, y su camiseta blanca ya no era de ése color.

He llegado tarde..., pensé empezando a llorar, cuando más me necesitaban y yo... les... he... fallado.

Se escuchaba un risa por encima de mi cabeza. Levanté la mirada y una sombra descendía hasta el suelo, riéndose. Cuando llegó al suelo, echó a andar hacia los cuerpos de mis mejores amigos, mirándolos con desdén y una sonrisa torcida.
-Merecían morir-dijo como si nada.
-¡¿Cómo?!-pregunté, gritando.
-Lo he hecho por nosotros-explicó el extraño.
-¿Por qué acaso querría yo esto?-pregunté, en voz baja.
-Porque ellos te retenían-respondió el hombre-. Estás mejor sin ellos. Ya no habrá dolor por su culpa, ni dolores de cabeza.
.-¡Ahora tengo una existencia vacía!- exclamé-. ¡¿Quién diablos eres?
-Soy tú mismo.
En un simple soplo, se hizo la oscuridad.

domingo, 7 de agosto de 2011

¿Intento de comedia?

En una de las grandes calles de la Ciudad, no había nadie. Caminaba sola, en un espacio demasiado grande. El problema era que siempre que daba un paso o dos, se oía un "bum" y el suelo temblaba. Caminé diez largos metros y el corazón me latía desbocadamente. Todos esos pasos habían estado seguidos de un "bum". De pronto, ya no estaba en una zona de la calle soleada. No estaba debajo de ningún árbol de la acera. De hecho ¿había alguna razón para que no hubiera luz solar si no había nada cubriéndo el cielo? 

Un paso, "bum", otro paso, "bum".
Ya estaba harta y nerviosa, pero no tuve la valentía para girarme y ver lo que había detrás de mí. Una fuerte rafaga de aire agitó todo mi pelo y luego un olía a pescado.

jueves, 4 de agosto de 2011

Similares

Para nosotros es todo caos, no puede haber nada más..., pensaba Asa'el. Miró a Amatiel, la arcángel en que en cierta ocasión no mató, en la situación en que simplemente se miraron y hablaron. Aquella conversación de ahora, era una de tantas discusiones que habían tenido a lo largo de su relación.
-Nadie recuerda lo que pasó al principio de la Creación-dijo Asa’el-. ¿Ves lo que tu supuesto Dios ha creado?
El ángel caído pensaba que todo era efímero, que apenas la propia vida de un ser inmortal eran tan efímera que una vida mortal. Todo se destruía fácilmente y moría de cualquier manera.
Su larga vida no mostraba los efectos en su cuerpo. Ya que podía cambiarlo a placer. Superior en altura que la arcángel, la miraba no con superioridad, si no con una mirada intensa de varios sentimientos. De los cuales el propio Asa'el desconocía.
Su cabello rojizo se mecía por la corriente de aire, cubriéndole sus ojos y dificultándole la vista sobre el rostro de Amatiel. El cabello de ella también se mecía pero no de la misma manera que el del demonio.
La corriente de aire cambió a ser un pequeño vendaval. Asa'el solía enfurecerse mucho en este tipo de discusiones y con su mal humor, todo aumentaba: el calor, el aire...
-¡Tu Dios creó a los mortales a su semejanza...!-gritó-. ¡Nosotros somos ángeles, al igual que vosotros, pero no tenemos elección mas que vivir a la sombra y ver la ruina que ellos intentan imitar de nosotros! ¡Y... estoy... dejando de ser como los míos, Amatiel! ¡No sabes qué significa esto!
Sus ojos dejaron de ser verdes, para dejar paso a un colo rojo demasiado intentos.
Calló durante unos minutos, intentando calmarse, intentado no dejar salir lo que llevaba dentro, y ahora, con la voz marcada por una falsa calma dijo:
-¿No ves que todo lo que tocamos se destruye? ¿Que en nosotros solamente hay muerte y nada con lo que nacimos?
Amatiel notaba la frustración del demonio, su ira, su dolor. Le costaba imaginar por todo lo que había pasado él. Ella misma luchó contra sus hermanos caídos y en aquel tiempo los odiaba y no podía mirar sin un poderoso orgullo. Ahora debía entender a alguien que estaba cambiando, que pertenecía a una estirpe maldita y odiada. Alguien que quería. Pues él mismo estaba cambiando su forma de ser por ella. Un esfuerzo que... tal vez... ningún ángel caído había hecho.
Así que habló con calma, acercándose a él y poniéndole una mano en su pecho:
-No, Asa’el. Tú mismo sientes lo que todos los ángeles sienten. ¿Si no por qué no me mataste la primera vez que nos cruzamos? ¿No es esa tu obligación? ¿Destruir todo vestigio de luz?
El vendaval no se calmaba, y el viento seguía azotando al cabello de los dos. 
Es mi obligación, pensó, llorando sin saberlo, pero no quiero... No puedes hacerte la idea de cuán doloroso es esto, Amatiel... De lo que tendría que soportar, encima de lo que he soportado en todos estos siglos.
-Aún podría hacerlo, ¿sabes?-le dijo, cortante.
-¿Por qué no lo haces? Sabes que no llamaré a mi espada- contraatacó con otra pregunta y ofreciéndose a él.
-Odio cuando te pones así, Amatiel-dijo Asa’el-. ¡Sabes que muchas veces pierdo el control y puedo matarte aunque luego…!
Soy peligroso para ti, y aunque no quisiera hacerte daño, lo haría..., pensó con una rabia que otra vez empezaba a desbordarse.
-¿Aunque luego te arrepintieras, verdad?-siguió ella.
Algo húmedo salió de los ojos del demonio, le llegó hasta los labios y el sabor era amargo.
-¡¿Ves lo que estás haciendo, Amatiel?! –preguntó, levantando la voz-. Estoy cambiando y yo nunca he sido así. ¡¿Por qué?!
La arcángel veía la cara de su amigo, o más bien, de su compañero. Sus ojos seguían de un color rojo y lloraban.
Asa'el, tú y los tuyos habéis vivido tanto tiempo en la oscuridad que no os gusta tener que sentir lo que nosotros, a los que tú mismo llamas Luminosos..., pensó, llegando a una conclusión muy peligrosa, por no decir difícil, como tú mismo has dicho, seguís siendo ángeles, pero os habéis apartado del camino para el cual fuimos creados y como un humano, podéis volver a la luz de la que nacisteis...
-La respuesta es… sencilla… Asa’el- habló el ángel-. Aún hay luz en vosotros.
El demonio quedó anonadado. No pestañeó, ni gesticuló nada con el rostro.
-Ángeles y demonios no somos distintos-explicó ella-. Nacimos del mismo lugar, venimos del mismo lugar. Solamente que os habéis encerrado demasiado en la Oscuridad. Eso es lo que hicisteis.
-¿Luz? ¿En nosotros?-preguntó rápidamente-. ¿Eso quiere decir que aún es posible la redención?
Ahora su mente era más caótica de lo que estaba con ciega furia.
¿Cómo es posible? ¿Cómo puede haber luz después de todo lo que yo y mis hermanos hemos provocado? ¿Cómo podría Él... poder... olvidar?, se preguntaba.
Contra toda respuesta, el ángel no habló, ni ahora ni después. Le mostró una de sus sonrisas dulces y esperanzadoras.
Algo que hacía que el corazón del antiguo demonio palpitase de manera rápida y no de algo que viniese de la oscuridad…

Asa’el comprendió qué era lo que sentía él y lo que podían sentir los otros demonios: amor.
Amatiel vio como su compañero volvía a un cuerpo humano con los ojos normales, verdes, como los que siempre mostró. El viento dejó de ser un vendaval y ya no había ninguna corriente de aire.
La arcángel habló una vez más, y dijo algo que Asa'el y los suyos olvidaron hace mucho más que unos cuantos siglos:
-Él ama a todos, Asa'el. Al igual que ama a la peor clase de humano, puede amar a cualquiera de vosotros. Muchos de vosotros sois antiguos y seguís siendo, en esencia, parte de él, como parte de mí y los demás. Los que nacieron después de aquello, son como los más ancianos de tus hermanos y como tú...-calló, y ahora, mirándolo con una sonrisa, retomó la frase-.... seguís siendo ángeles.

lunes, 1 de agosto de 2011

Que lo sepas



Dicen que estoy loco, digo que soy retorcido más que nadie. ¿Es posible? Sí y no.
En la realidad, todo es muy básico. Una acción tiene una reacción igual o opuesta. La cosa es así. Puedo vivir sin muchos, sufriré si pérdida. ¿Me dentendrá? No
¿Por qué escribo esto? La respuesta es sencilla. Lo escribo por ti, pero no va dirigido directamente.
Cuesta de comprender tal vez. Aun así, estoy aquí, esperando y aguardando a alguna acción para una reacción igual y/o opuesta.
Lo complicado se vuelve básico cuando todo el puzzle está montado.
Lo que sienta ya no es desconocido. Lo que haré aún está por ver.
No olvidaré nada, no dejaré de lado a nada. Volveré a tu lado, quieras o no. Sigo aquí.
No soy un faro que de esperanzas. Doy lo que me dan, y no me conformaré con menos de lo que merezco, al igual que tú.
¿Merecemos la oscuridad y el dolor de nuestros corazones o experiencias? No, claro que no.
Nos sirve, pero nos duele y apenas les encuentro sentido.
Ya se han acabado los por qué. Ya se ha acabado la voz de mi cabeza que me dice lo que más temo. Como un disco rayado repitiendo la misma melodía. Ni somos el gato ni el perro.
Ni la luz ni la oscuridad. No somos polos opuestos que se atraen. Para nada somos contrarios.
Para mí ya es tontería decir que lo opuesto se atrae. Saltar al vacío y dejarse caer no nos servirá.
¿Por qué simplemente no intentamos volar? Tal vez no físicamente, pues el cuerpo da pocas libertades. En cambio, el alma es libre. Siempre es libre. El cuerpo no la encierra. Es nuestro propio corazón quién lo hace.

Si mi destino me llevó a ti; como un bumerang volveré a ti. Lanzado a la distancia de una pantalla, sin contacto por ningún lado. Volveré.



No seré el mejor, no seré peor. Seré alguien imperfecto que vive a tu lado. Con la esperanza de ver cada día tu rostro en mi mente y en mis ojos.






Mi poder es saber analizar cada frase, en busca del verdadero significado.
Cuando todo está sombrío, aquí aparezco.

miércoles, 27 de julio de 2011

El mundo terrenal es mi prisión. Mi alma encerrada en el corazón o en todas mis carnes grita.
Cuándo quedará en calma es algo que no me está destinado saber.
Cuando acabará y empezará, todo está a mi merced.
Final o principio, principio o final. Todo es lo mismo, todo es diferente.

Si quien lee esto no me comprende, que no se asuste pero que tampoco me juzgue. Pues no seréis capaces de entender lo que escribo y sobre qué, o el por qué.

Estoy aquí, ya lo entiendo, ya lo acepto. ¿Es necesario? ¿Quién sabe? Nadie
Haré mi camino, aunque tenga que pasar por lo que pasé hará tantos años que he decidido ni acordarme. Fuera fechas, fuera tormentos en mi propia tormenta.
Si ha de haber algo que me cause problemas seré yo mismo.
Frialdad y desprecio recibirá todo lo que me haga daño.
Aceptar lo malo que siento es mi deber, deshacerme de mi propia maldad y encontrar mi propia luz.
Estrella sin luz soy ahora.
¿Cómo encontraré mi camino?, me pregunto.
Si no hay un camino a mi pies, yo mismo lo haré.
Solo o en compañía, animado o triste.

Aquí estoy, mándame todo lo malo que yo crearé la mayor maldad que será para mí mi propio ser.

Casos de, casos sobre qué...

No podía hacer nada. Pensaba y pensaba que qué podía hacer.
¿Habré hecho bien? ¿Estoy solo? ¿Qué hago aquí? ¿Por qué pasa esto?
¡Tanta pregunta que retumba en mi mente! ¡Basta ya!
No hay momento feliz ahora mismo, solamente algo que se me ha hecho eterno. Una espera que aún durará, y tal vez no tenga fin. De todos modos, nadie me esperará.
¿Qué tengo que perder? ¿Qué tengo que ganar? Maldito análisis.
Mi cabeza va a estallar, pero no lo hace. Mi alma, mi ser no es capaz de llorar ni de dejar de pensar.
¿Por qué debería hacerlo?
¡Basta ya!
Un basta no me vale. Por mucho que me lo repita sé la verdad. Mi verdad acerca del mundo que me rodea. El mismo mundo que a la vez es un Paraíso y un Infierno.
Soy mi propio Diablo, tú mi propio Ángel.
Cuando vuela mi alma en sueños no deja de buscar. Una salida, un nuevo lugar en el que vivir y en el que estar tranquilo.
Si decides no venir conmigo no podré hacer nada. Si decides irte tampoco podré hacer nada.
Desde ya no puedo protegerte, desde ya no puedo animarte, desde ya no puedo sentirte dentro de mí.
Siento y no siento, y como una bala sigo mi camino sin importar el obstáculo. Carne o pared, sangre y hueso, todo da igual.
¿Cuál es mi origen?
Es algo innecesario de saber. Ya estoy asentado y vivo aquí. Mis ojos que divisan a la gente de mi alrededor no dejan de vigilar.
Ya no puedo mirar atrás ni tampoco derrumbarme por cosas pasadas.

Elige tu camino, si es conmigo o sin mí.

En el mejor de los casos, yo seguiré aquí.

martes, 26 de julio de 2011

Reunión


No puede elegirse un escenario mejor que El Parque del Retiro, en Madrid. No he estado nunca, pero sí algún día, cuando mis asuntos me lo permitan.
Disfrutaré viendo cada zona del parque, sobre todo los jardines y una de sus estatuas. Os hablo de una estatua bella, pero triste. Dedicada a la Caída de uno de los más grandes de los Arcángeles, Luzbel.
No diré el nombre que le dan ahora, pues ya lo he mencionado muchas veces. Así que buscadlo si queréis saberlo.
Contemplando la fuente en la noche, tal vez, no era tan hermoso como lo es a la luz del día. Pero aún así, para alguien de su antigua edad, le resultaba más bello con el cielo nocturno.
Despertaba un aire melancólico, pero no menos grandioso, aunque fuera el fin de la grandeza de Luzbel.
El nombre de quien contemplaba la maravillosa fuente era Miguel y no estaba solo. Al poco rato, individuos de los dos sexos empezaron a aparecer detrás del arcángel. Eran personas de una belleza inexplicable. Casi todos con el cabello rubio llegando a plateado y los ojos verdes, otros con el cabello negro y ojos azules. Vestían ropones blancos, casi como antiguas túnicas de eras pasadas, donde su memoria de antaño ya era olvidada y añorada.
Empieza la reunión y la cuestión es:¿vendrá nuestro oscuro hermano?, se preguntó el líder los arcángeles.

viernes, 8 de julio de 2011

Una mentira dentro de otra mentira

Nunca he buscado algo con un esfuerzo que llegáse a cansarme. Nunca me busqué a mi mismo. ¿Qué podría haber de lo que ya hay?
Nunca busqué algo que me llenáse. ¿A caso hay algo así?
¿Son mis propios sentimientos e ideas los que hacen de mí lo que soy?
No. Todo es una mentira dentro de otra mentira.
¿Soy diferente a vosotros? Sí. ¿He sido como vosotros? Jamás. ¿Siento lo mismo que vosotros? Ni de guasa.

Estaré aquí, expectante. Observando todo con una mirada fría e indiferente. ¿Decir la verdad es egoísmo? Venga ya. ¿Nunca veré una noche con estrellas? Yo mismo soy un estrellado. ¿El Sol brillará alguna vez dentro de mí? Ahí está la clave.

Hasta que mi corazón no sea mi propio Sol, no hallaré mi propia paz.

¿Ha servido esto para algo junto con lo sufrido? Sí. ¿Veo lo que se me ofrece? No.

Alguien dijo que estaba cegado por algo que no era bueno o por algo que no me merecía.
Dada mi naturaleza de llevarle la contraria al mundo, lo haré una vez y otra vez hasta que no tenga la energía vital para volver a hacerlo.

¿Sabes qué te digo? Esto ha sido una gran mentira por nuestra parte.
Reglas, normalidad sin entendimiento. La maldita luz y la maldita oscuridad. Es uno y dos. Algo junto y a la vez separado dentro de este mundo de mentiras que nosotros y los otros creamos a nuestro alrededor y en nuestro interior.

Se acabó.

Crearé mi propia Verdad, eliminaré de mí cualquier vestigio de mentira, porque sino, no podré tener la paz que tanto ansío.

domingo, 26 de junio de 2011



Milagros, desastres, regalos, robos.



Si un ángel pierde sus alas se vuelve humano, y si un humano pierde su alma, se convierte en un mero títere del diablo.



No hablo de religión, nunca hablo de religión. No os preocupeis, así vivo, perdiendo mis alas de esperanza.



Ya no importa lo que yo quiera, ni lo que quieran los demás. Lo que sí importa es lo que yo o mi alma necesite.



Todo el mundo tiene su par de alas. Algunos, por no decir muchos, las pierde y jamás las vuelven a tener, otros tantos logran recuperarlas y se aferran a ellas más fuerte para no perderlas.



Golpe tras golpe y caída tras caída, he ido perdiendo alas y recuperandolas. Antes, tal vez, fuesen blancas, pero ahora son un color inerte. Como lo sería el gris o el negro. Eso se debe por cada mal trángulo que haya pasado.






Y ahora, plasmado en piedra, saldré de mi prisión

lunes, 20 de junio de 2011

El Jardín de la Eternidad



Cuando era invierno, notaba el frío de aquel placentero lugar. La pradera estaba teñida toda de blanca nieve.



Cuando era primavera, notaba el calor y todo se cubría de verde. El cielo era más abierto y, casi siempre, más azul que gris.



En aquel lugar estaba con una chica de la que no sabía nada, ni si quiera su nombre. Pero fue como si la conociera de siempre, en los primeros días que llevaba en ese lugar, todo era paz y tranquilidad. No había dolor ni preocupaciones, solamente paz.



Un buen lugar, aunque extraño, pero bello.



No recordaba cómo llegué allí, y tampoco nada antes de todo eso. Solo conocía mi nombre y el de nadie más. No me preocupaba, ni me importaba.



La chica y yo estabamos delante de un lago, sentados a más o menos cinco metros, en la hierba.



No hablabamos, no hacía falta. No había más que el susurro del aire.






De pronto, una voz dijo mi nombre en mi mente. No sabría decir si era femenina o masculina...



La chica se puso de pie, alarmada y yo le pregunté qué pasaba.



-Al parecer... han conseguido encontrarte...



-¿De qué estás hablando?-pregunté, extrañado.



-Te mentí... Esto... no es... el paraíso.. -explicó-. Este es el mundo en el que el tiempo se ha detenido. Llega un momento en que todos olvidan por qué estan aquí. Yo tampoco consigo recordarlo.



-Debes marcharte, date prisa-añadió, con urgencia.



-Deberías venir conmigo...-le propuse.



Ella negó con la cabeza.



-Después de todo, sabes que somos diferentes...



La arena se alzó como un vendabal y empezó a cegarme, tanto que tuve que cerrar los ojos.



No veía nada, solamante había oscuridad y otras voces hablaron en mi mente, primero desconocidas y extrañas, luego familiares y después supe quien era quien.



Una lágrima salada salió de mi ojo, no de tristeza, sino de haber encontrado a quien tenía que encontrar

domingo, 12 de junio de 2011

Behind

-¿Por qué no vienes con nosotros?
No me digno a contestar a esa pregunta a nadie. Doy media vuelta, simplemente, y me marcho. Moviendo la mano como despedida.

Recuerdo muchas de esas conversaciones. Recuerdo las miradas incómodas, las preguntas y respuestas de la misma calidad.

Estoy cerca de casa. Estoy en el portal. Subo las escaleras, abro la puerta exterior, giro a la derecha. Llamo al timbre y no hay nadie quien me abra. Abro la puerta y a unos cortos pasos llego a mi habitación. La pantalla de la televisión está encendida y no pilla ningún canal, con lo cual todo se ve azul.
No me molesta una luz así, ni la música que oigo por los auriculares. Con lo cual me tumbo en la cama, mirando a la pared azul. No me duermo pronto, y lo que hago hasta dormirme es preguntarme demasiadas cosas. Mi mente no deja de pensar ni de imaginar.

Cuando el cansancio hace mella hago algo que me cuesta mucho: soñar. El sueño hay veces que no recuerdo y otros están en mi conciencia. Situaciones agradables y desagradables. Lágrimas y sonrisas.

Uno de esos sueños, pasó en la terraza de mi bloque de pisos. Allí arriba, observando el cielo azulado, las blancas nubes y el verde del bosque. No está mal la vista, y aun así, no encuentro lo que mi alma desearía encontrar.

Algo que no entra en lo material. Algo que puede ser mi propia salvación y a la vez mi propia destrucción.

¿Pensáis que hablo del suicidio? No, no va de eso.

He encontrado tesoros que pueden significar demasiadas cosas; todas ellas valiosas, y a la vez, peligrosas.

No es sencillo de entender, para eso deberíais conocerme. Y os aseguro que ni mis tesoros, ni los que lean esto, me conoceréis.

Mi corazón está muerto, al igual que mi esperanza está acabada y arruinada. La llama no volverá a prenderse.

Lo único que puedo ofrecer ahora es mi Corazón de Serpiente.
Daré un aviso, y no lo repetiré jamás:

Podéis confiar en mí, pero no debéis.

Kyle.

viernes, 3 de junio de 2011

El pozo de mi alma

Estoy en mi habitación. Sin luz. Con la pantalla de la tele que no pilla ningún canal y se muestra en un color azul.
En momentos así, me da de qué pensar de todo. Sobre mí, sobre lo que he vivido y lo que vivo, sobre lo que he sentido, siento y sentiré. No tengo grandes perspectivas.
Ya no espero que alguien acuda a mí, ni que yo acuda a alguien. Aquí, en mi refugio, tengo todo lo que necesito. Si el mundo me considera loco por ello, entonces, el mundo está loco. De hecho, lo estamos todos.
Partes buenas, partes malas. A veces, todo está en una profunda disputa. Otros se decantan por un lado y otros por otro.
En la negrura de mi alma, en la parte más oscura de mí, hay una rabia yo odio dormidos desde hace poco tiempo. Me refiero a un tiempo no superior a los seis meses. Para algunos será mucho tiempo, pero para mí no. Cuando se lleva odiando al mundo y a la gente que vive en él, solamente piensas en cosas... Como la manera de vengarse de cada individuo. Aún sigo pensado en ello, pero no tanto como antes, y nunca he llegado a hacerlo.
Toda esta frustación, toda esta negación no me ha servido, y aun así... me refugio en ello. En todo lo oscuro que pueda llegar a ser, en toda la maldad que puede haber en alguien, sea quien sea.
Si quiero cambiar por mí mismo, tal vez, lo haga en su cierto tiempo, pero no ahora.

Intento hacerme el frío, el duro y nunca llego a despiedado. No sé el por qué. Muchas veces... he deseado llegar a ser mucho peor que la gente que me infligió tal dolor y tal castigo. Tal dureza de la que vivir sufriendo y lamentándolo.

Deseos oscuros llenaron mi mente de un veneno. De una clase de veneno emocional que me corroía de odio. Que moriría de ese odio en mis venas. Aun sigue ahí, dentro de mí, pero adormecido.
Con todo, es como una bestia, a la provocación, al recuerdo del detalle, vuelve a despertar.
Al mínimo disgusto, es algo más que añadir a la larga lista... Tan larga...

Si alguien quiere un monstruo lo tendrá con creces. Si alguien quiere compañía la tendrá. Ofreceré lo que tenga que ofrecer pero no más. Tanta amabilidad por mi parte, tanta confianza mal gastada, me ha llevado a la desgracia. Todo por no encontrar a gente digna de ellas.
Dicen que el mundo es pequeño como un pañuelo. Como si todo fuese de casualidades. Pero el mundo es basto, grande pero cruel en todo su tamaño. No toda la gente es buena, y poca gente es merecedora de la verdadera amistad.
¿Quién merecerá la mía? ¿Quién me recordaría en un momento emocional desesperado? ¿Quién recordaría, si quiera, las conversaciones de antaño en un futuro?
Todo lo que yo pueda sentir, nadie lo comprenderá. No es algo tan sencillo que describir en palabras procedentes de la propia voz. La forma, mi forma de plasmar al detalle mis emociones están aquí, en un emulador de hoja blanca sin límite. Donde yo pueda expresarme, con comparaciones e ideas.

¿Quién me entenderá? ¿Quién juzgará mis actos? ¿Quién comprenderá por lo que he pasado y sufrido? ¿Quién comprenderá lo que necesito? Sé parte de la respuesta a estas preguntas que me hago: soy yo.
No es un gran consuelo. Sinceramente, me gustaría ser recordado por toda la gente que hay en mi vida. Menos las no gratas.

Un alma, una sombra en la oscuridad, un columna, un ala rota, un cuervo...

viernes, 27 de mayo de 2011

Esto es lo que habrá


Prólogos de historias por venir.

Sangrar en el Desierto de Hielo:


Elendiar, miembro de una de las casas más importantes de la ciudad de la Sombra habitada por los elfos oscuros, es mandado a la tundra junto con guerreros y brujas de otras casas para mayor gloria para su ciudad natal.
En su empeño por conseguir poder, traicionar a sus compañeros, provocará un conflicto antaño olvidado de eones, por una simple muestra de la frialdad que pertenece a su gente.
Una cicatriz que marcará El Mundo Antiguo.




Crónicas demoníacas:

Un mundo casi paralelo al humano. Otro condenado a morir. De ahí nacerán los primeros Mestizos de Shagoth. Criaturas que no tienen nada de humano pero tampoco de demonio.
Confundidos, los humanos les llamaron ángeles y a otros monstruos. De uno de esos vástagos, ¿será cierta la leyenda?




El Ángel Oscuro:

Esta raza, condenada al sufrimiento en la Tierra. Teniendo que elegir redimirse y unirse o permanecer en el mundo muerto de los mortales.
Aquí, uno de ellos, decide abrirse a mí, una criatura más poderosa y peligrosa que un demonio...



Extraños en un mundo ajeno:

Las tropas terrestres F.E.R desenbarcan de las cápsulas del Iroquís.
Su misión es rastrear una señal de radio por la que piden ayuda unos colonos. En ese mundo desconocido no saben lo que les espera. Mientras, lo exploradores de cada regimiento descubren edificios de mármol y pieda caliza blanca...

miércoles, 25 de mayo de 2011

Así es..

Hace años, me tumbé en un tejado. Tuve miedo de la altura o por si se jodía el techo y me caía por un gran agujero. Uno de los miedos que tuve en aquel tiempo. Mientras miraba el paisaje desde el tejado, me maravillé. No era un gran paisaje. Veía más edificios que bosque.
El bosque rodeaba el pueblo, pero los bloques de pisos lo tapaba.

Si hubiese tenido alas habría volado, sosteníendome en ellas eternamente. Obersevando cada paisaje que yo deseáse.
Deseo otras cosas: hay reptiles y anfibios que cavan su madriguera bajo tierra, eso me recordó a una palabra de un libro -usshak- que significa mi corazón. Tengo algo parecido a eso, pero no llega a serlo. Tal vez, la idea de la madriguera de un anfibio o reptil no tenga mucho que ver con esa palabra... Pero si lees lo que yo he léido, o si lo leéis, lograréis ver la relación. Por muy pequeña que sea.

Sonrío mientras escribo esto. Os diré el por qué: a poca gente le gusta los anfibios como las salamandras o los reptiles como las serpientes. Y usshak es la palabra que utilizan unos reptiles de una saga de libros que me encanta.
Las personas de esos libros dicen que esos seres, esos reptiles, no son capaces de sentir nada.
Qué equivocados llegan a estar... No sienten como los sangrecaliente, sienten de una manera más fría y solitaria, pero a la vez, más intensa.
No les hace falta la compañía física en cada instante como los seres humanos. Y os diré algo que jamás he contado: yo también necesito compañía física, tener a alguien al lado con quien hablar... pero, aparte de eso, he cogido una pequeña costumbre como los reptiles del libro... Ese hábito es el pensamiento, la idea, la ilusión y la creación de imágenes de la propia mente.
Estos seres no disponen de cuerdas vocales, pero sí disponen de una voz mental para hablar entre ellos. Una voz que puede llegar a tocar el pensamiento de con quien se comunique...

He deseado ser así, pero me conformo en parecerme algo a estos seres... Y no dejaré de ser humano por este hábito.

Me he desvíado del tema principal.
Bien, volvamos al principio.

Me encontraba en el tejado de un bloque de pisos y pasé toda la tarde y una pequeña parte de la noche ahí arriba. Hacía frío y calor a la vez. Una mezcla agradable de sentir en la piel y el cuerpo.

A la noche, una de invierno, estuve allí con una simple camiseta y unos holgados tejanos, y hacía más frío que por la tarde. No me importaba sentir ese malestar. Me tranquilizaba, aunque temblaba.

A ocasiones, desde allí arriba, podía verse algunas estrellas, pero muy pocas y también podía divisarse siempre la luna. La contemplaba maravillado, pensando en otro mundo mucho mejor que la Tierra.

Algo inalcanzable pero precioso. La lástima es que solamente pueda soñar, escribir pero no vivir con ello.

La frialdad forma parte de mí como la calidez. Ésta segunda no me gusta mostrarla delante de según quiénes.

Las estrellas se perfilan en mi mente: como bolas de fuego de diferentes colores, desde el rojo sangre hasta el azul o blanco más puro. De ahí imagino formas e historias. No sé nada de astrología, por mucho que haya escrito ahora esto.

Lo que desearía poder hacer yo, sería perder la voz vocal y comunicarme a través de la mente... Perder mi cuerpo y permanecer como espíritu con unas alas hechas de una energía oscura.

El origen de oscuridad o luminosidad, prefiero no elegirla. Los Caídos no eligieron el color de sus alas, las cuales permanecen grises.

Así es como mis alas quedarán...

lunes, 23 de mayo de 2011

Soy Diablo

Verdad, mentira, realidad, ficción. Raramente me encuentro en estos dilemas. Ahora, todo lo que me queda es un baile por todo lo que no es cierto.
El miedo ha sido remplazado por la ira y el desconcierto. La inseguridad se ha visto eliminada por un odio que no sé si es una ficción sobre mí o mis pensamientos.
Mis heridas emocionales no sanan y no paro de pensar, preguntarme el por qué de cualquier razón. Ahora es cuando desearía el olvido o un perdón que necesitase.
Mi cuerpo y mi corazón están acalorados, mi cuerpo y mi alma laten de rabia.
No hay manera de controlarla o soltarla. Todo es tragar y soportar o tolerar. No puedo olvidar, no puedo dejar de pensar.
Si esto es un castigo no es justo. Si hay una razón por sentir esto dime el por qué.
Mi alma sigue latiendo intensamente por algo que no es bueno, mi pensamiento balbucea, se culpa o me culpo. Ya no estoy seguro.

La frialdad cubre mi rostro. Ya no hay sonrisas. Ya no hay risa. Ya no hay magia ni complicidad. Caí en el infortunio, caí en el pozo de la negrura de mi ser. ¿He de aceptarlo? ¿He de sentir esto para siempre?

Nunca entendí el por qué de nuestra creación, del nacimiento del alma y la razón.
Si esas cosas resultan bellas... ¿por qué también son horrorosas?

La esperanza puede huir cual pájaro volar y dicen que es lo último que se pierde. No es así. Para mí resulta ser lo segundo o lo tercero. Todo resulta dramática y tétrico...

Ojalá la superstición fuese cierta, ojalá la leyenda fuera cierta... para así desaparecer, como la nada de la que salimos...

martes, 10 de mayo de 2011

Quemando el pasado, quemando recuerdos...

Mi vida ha estado marcada por horrores y dolor. Las dos cosas son insoportables, tanto en conjunto como por separado. Mi alma, mi espíritu o mi sentido del yo; están marcados por algo que jamás podré olvidar, pero sí superar. Estoy en proceso. Como algo que se propone uno mismo y va limpiando su alma y su corazón, junto con la mente.

¡EL MAL ME MARCÓ Y ME DOMINÓ POR MUCHO TIEMPO!
Minutos, horas, días, semanas, meses y años. Una vida de un joven que quiso mandarlo todo por la borda.
Tanta queja, tanta soledad y tanto dolor no me servían. Siempre decía y pensaba: estoy mejor solo. Y, tal vez, sea así. Pero la realidad es distinta, no estoy solo espiritualmente.
No hablo de fantasmas ni espectros. Hablo de almas. Almas de gente imperfecta y a la vez pura.
Escribo esto pensando, con una media sonrisa en mis labios, son algo que no cambiaría ni vendería al diablo por algo como la paz eterna...

lunes, 2 de mayo de 2011

Por una vez...

Juicio final

Hemos sido y siempre seremos
juzgados por los ojos ajenos
Condenados con la indiferencia
y crueldad de la voz popular
Aun así, podría ser;
Apedreado por tus acusaciones
Lapidado por tus pensamientos
Asfixiado por tus ambiciones
Aplastado por tus argumentos
Sepultado por tus envidias
Desangrado por tus errores
Desmembrado por tus codicias
Olvidado por tus amores
Pero lo que siempre queda intacto es;
mi alma, mi conciencia, mi espíritu y mi armonía
pues de ellas, yo y solo yo soy su dueño
nadie las puede corromper, pues son mías
yo y solo yo tengo la última decisión
ya sea la luz o la oscuridad, decisión mía
pues yo y solo yo, las puedo corromper;
quizás almas ajenas podrán dañarte y atormentarte;
Pero jamás tomarán decisiones mías.

Escrito por Willframa.

Este texto pertenece a un amigo^^.
Espero que os guste tanto como a mí!

domingo, 24 de abril de 2011

Ángel o demonio

11 de Noviembre del 2010, última página de mi diario:

Soy yo de nuevo... Escribo esto que nadie leerá, expresaré algo que me ha hundido el alma, ha ahogado mi vida y todo ha quedado reducido a ruinas y cenizas.
La moral es baja y la crueldad hinunda mi ser. Eso pasa a la gente inocente, que tan dañada está que acaban convirtiéndose en los monstruos que nos causaron el dolor. ¿Por qué no ibamos a pagarles de la misma manera? No merecen nada y yo ahora tampoco. El crimen ya está hecho. No me arrepiento y, sin embargo, no puedo dejar de llorar.
Haciendo lo que yo creí correcto, me he condenado y ahora recuerdo mi antiguo mundo.
No era plenamente feliz. Porque nadie lo es. Pero recordé mi risa, me recordé de mis sonrisas que dedicaba a la gente, y aún más, recuerdo lo bien que había vivido hasta ese día tan desgraciado en mi vida.

¿Por qué tuvo que ser éste mi destino? No, espera. No hay destino, yo decidí lo que quería hacer y no sopesé los pros o los contras.
Estoy condenado y mi alma también. Si no voy ni al Paraíso ni al Infierno, prefiero la nada. Una desaprición completa. Desaparecer de la memoria de todos y que todos mis actos se olvidasen como mi persona.
A fin de cuentas pude haber sido un ángel, pero me decanté por ser el Diablo...

Se acabó... Adiós...

martes, 12 de abril de 2011

Mi justicia

Ya no estoy vacío. Tengo poca cosa por la que vivir, pero suficiente. Me conformo y lo acepto como uno de los mejores regalos de mi vida. Pero aún hay deseos oscuros que no he logrado que desaparezcan. Odio, venganza, justicia, dolor, piedad, compasión y traición. Todas estas palabras tienen su significado y van juntas de la mano. Aunque no signifiquen lo mismo; e igualmente, son los sentimientos que aún refleja mi ser sin reflejarlo a la cara de los demás. Me dijo alguien que ninguna persona nace siendo malvada. Y dado que todo la persona y el carácter cambia a lo largo de la vida... en el fondo... seguimos siendo los de siempre. Unos se vuelven idiotas, otros temerarios, otros tímidos, otros inseguros y otros impulsivos. Podría seguir con una lista de muchas descripciones tan diferentes..., que en el fondo de cada uno sigue siendo lo mismo. Todo eso en un solo ser y eso es lo que nos vuelve tan peligrosos. ¡Tanto para nosotros como para los otros! El peligro que corre mi gente conmigo es que no pueden confiar del todo en mí. No soy el mejor, por mucho que digan, soy demasiado imperfecto, aunque mi gente me vea como uno de los mejores amigos, y creo, sinceramente, que soy el mejor de los peores como mucho. Nada más ni nada menos. El fuego de mi alma no está apagado, se mantiene como la esperanza. No es débil, pero tampoco extremadamente fuerte. Este fuego arde con la fuerza suficiente como para que unas venas lleven la suficiente sangre a un corazón que palpite. Muchos pensamos que tarde o temprano el corazón morirá, aunque no por la edad. Dolor nace de dolor y, ¿dónde nace la felicidad y qué produce? Cosas buenas, malas, neutrales... Tanto que lo hace imprevisible. Un estado que puede llevar a la falsedad, a la divinidad personal o a la tristeza. Mi corazón... ya no está muerto... No ha renacido y nunca murió, por mucho que me lo pareciese, seguía vivo, adormilado, herido... pero vivo... Esta es la justicia para mí. Algo que nunca me han arrebatado. Algo que he conservado sin proponermelo en serio. Cosas que nunca tuve que ahora tengo.

domingo, 27 de marzo de 2011

Razones propias

Decidme el por qué de ser paciente. Decidme el por qué de aguantar el dolor -ya siendo físico o interior-. Decidme qué lógica hay en una existencia vacía. Me harto de lo que me decís. Encontraré mis propias razones para cada tema, asunto y problema. Amo porque tengo que hacerlo, porque quiero hacerlo, porque te he elegido. Creo porque hay cosas buenas. No pierdo mi esperanza con el mal que surja, sea cual sea. Siento porque sin sentimiento carecería de todo y no tendría el sentido del yo. Eso sería la vida más vacía y carente de todo que la vida que lleva una persona falsa. No tengo motivos ni exactos por qué de lo que siento. Pero aquí estoy. Ofreciéndote mi corazón en bandeja. No creas que podrás hacer lo que quieras. No seré un juguete en manos de nadie, pero te ofrezco lo que siento y todo lo bueno que hay en mí. Sea lo que sea. Doy las gracias por haberte conocido y doy las gracias por sentir lo que siento.

miércoles, 16 de marzo de 2011

No hay título

Te conocí y decidí conocerte más. Acercarme a ti, hablar contigo, reir contigo y lo que hiciese falta. Hubo momentos en los que quise renunciar por meros cabreos sin sentido, decidido a no hablarte, pero la tentación de estar a tu lado era mayor. Mis pensamientos iban de un lado a otro, de una idea a otra, de un pensamiento a otro. Cosas que me exasperaban, cosas que me frustraban. Que no habría ningún avance. Pero lo hubo, en todo este tiempo.
Quiero que la cosa siga, avanzar y no retroceder. Te tengo muy presente, aunque digas que no me conoces. Tengo muchas caras, tal vez las conocerás todas con el tiempo. Pero de lo que sí estoy seguro, es que no voy a dejarte sola y que daré todo lo bueno que tengo para que tú te sientas bien conmigo.
Eres parte de mi corazón.

martes, 15 de marzo de 2011

Mi Luna Llena

Estar en un vacío de negrura me ayuda a recordar cosas pasadas. Cosas que llego a recordar al detalle.
Un grito de rabia sale de mi boca y lágrimas saladas salen de unos ojos húmedos que están hartos de llorar. ¿Valen la pena mis experiencias, mi dolor, mi paciencia o mi espera?
Ayudadme a ver la respuesta. Suplico una ayuda que nadie me puede dar.
¿Qué ansío? ¿Por qué estoy aquí y no en otra parte? ¿Cómo puedo acallar las voces de mi cabeza? ¡Esas voces que me ordenan y que me torturan! ¡Que con duros tormentos de pensamientos me lo hacen replantear todo! ¡¿Cómo borrar el pasado del presente y el futuro? De ninguna manera responde mi conciencia.
Barreras que escalar, luchar para tener las migajas que no llenan la sed de necesidad. Recompensa poco valiosa para lo que se llega a arriesgar.
¿Qué vale más? ¿Quién vale más y puede ser superior a uno mismo? ¿Cómo crearnos o cómo destruirnos? No hay punto medio. O bien o mal o blanco y negro.
Las olas del mar se agitan bajo la tormenta, bajo las nubes y los truenos. ¿Hay algo en la tierra que valga la pena? ¿Por qué no olvidarse en el Océano del Tormento? ¿Por qué no dejarse llevar por las negras aguas y que decidan ellas el destino para acabar?
Llamo a la noche para sumirme en el sueño de un sueño lleno de estrellas y una luna llena de un color blanco puro...

sábado, 5 de marzo de 2011

Palabras Plasmadas

Las palabras plasmadas en una hoja de papel o en un documento del Word, pueden no tener inscritas en ellas algún sentimiento; cosa, que hace que no tengan ningún valor.
Mis palabras inscritas tienen mucho que decir, pero lo dirán por sí solas, no por lo que yo diga o piense, sino por lo que yo mismo soy capaz de sentir.
A tu lado he vivido momentos que han sido para mí una bendición, y como suele pasar, también ha habido malos momentos que ya no tienen ninguna importancia. Decido mi destino y es estar a tu lado, de cualquier forma. No pediré que me des mucho, pero no me conformaré con menos, no.
Te he entragado cosas y tú a mí. Esto es lo mejor que puede pasar entre nosotros. Es algo que para mí tiene más valor que mi libertad y mi mundo de sombras.
Tal vez vivamos en un mundo de oscuridad que nosotros mismos creamos para protegernos de cosas externas a nosotros. Pero allo luz en muchas cosas en ti, en lo que me dices y en lo que me haces sentir y la seguiré allando, porque como tú bien sabes: te quiero.

miércoles, 2 de marzo de 2011

¿Qué dices a esto?

-¿Cómo puedes ver a través de mí y leer las expresiones de mi rostro y saber lo que pasa por mi cabeza?
Tengo ojos con una vista aguda, digo esto con una media sonrisa.
-¡No te burles de mí!
No es mi intención. Solamente bromeo con lo importante. Hay tantas cosas que podría decirte. Tantas cosas de lo que harás o de lo que podrías hacer. Cosas que llegarías a pensar y decir, digo esta vez, serio.
-Pero dime el por qué.
El por qué sería demasiado largo o podría no haberlo. Pero, te daré un consejo: ten la mente abierta a todas las posibilidades y en cada circunstancia, si la cosa cambia, elimina cada opción. En mí eso ya es natural y no me hace falta una lista de opciones y variables, te conozco porque tengo que tenerte en mi vista, en mi mente y lo que temo... es que no estés en mi vida, explico sin ningún humor, pero sí con una amargura que nadie, seguramente, llegaría a entender.

Te quedas en silencio, no hablas, pero te alejas. Te asusto.
Yo no estoy asustado. No tengo miedo ni nervios. Tengo mucho que ofrecerte. Mi vida, mi amistad, una mano y mi sonrisa.

domingo, 27 de febrero de 2011

¿Por qué?

¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué son así las cosas? ¿Qué es verdad y qué es mentira? ¿Tengo que cerrar los ojos para ver mi propio mundo de luz? ¿Qué es más oscuro, el momento con los ojos abiertos o los sueños con los ojos cerrados?
¿De quién es ese canto de sirena? ¿Hasta dónde tendré que navegar y naufragar para hundirme en el agua salada y sentir las caricias de la sirena?
¿Dónde está el límite del océano y el cielo? ¿Dónde está mi estrella y mi luna? ¿Qué es verdadero, lo real o el reflejo? ¿Qué hace que me hierva la sangre para llorar después? ¿Qué me hace desear la paz y olvidar la lucha y mi pasado? ¿Qué causa vale la pena?
Preguntas, preguntas y más preguntas. Muchas sin respuesta y otras con respuestas que nada satisfacen al oírlas o leerlas. Todas torturan mi mente hasta darme un dolor de cabeza que no puedo soportar.

Oh... que pare... todo...
Callad... las voces... de mi cabeza...

POR FAVOR... PARAD...



domingo, 20 de febrero de 2011

Obin

¿Qué clase de ayuda puede recibir un Sombra desterrado de los suyos? ¿Qué clase de vida podría tener con los Iluminados o las Sombras? La respuesta es que no podría recibir nada.
Esta Sombra condenada no podrá aspirar jamás a compañía alguna. Porque si eres desterrado ya no tienes derecho a nada entre los tuyos. De hecho, ya no hay ningún derecho que tenga que ver con una comunidad, sólo le queda la compañía consigo mismo y con su espíritu roto.
Ya no hay lugar donde refugiarse. Ya no hay nadie a quien apoyar, ya no hay nadie quien le apoye. La tristeza inundaba su alma y sus lágrimas formaron un río de aguas plateadas. El cual las demás sombras llamaron: Plate Riel, el río de las Lágrimas de Plata.
Aunque el Sombra dejase de llorar, el río ya tenía su propia fuente y su cauce. Ya nada podía detener la marea.
Ya no hablaba en su mente, ya no soñaba con las estrellas en las oscuras noches, ya no adoraba lo que su pueblo adoraba y empezaba a gustarle cosas que a las demás Sombras les daba terror.
Esos gustos terroríficos empezaron con la sangre de lo que cazaba para vivir, después puso esta práctica en cazar a los suyos o a los Iluminados. Absorvía la vitalidad de los demás por el simple gusto a metal de la sangre. Le daban igual quiénes fueran sus presas. Porque había sufrido lo que otros/as Sombras no habían sufrido jamás. Él fue el primer Sombra desterrado y aún tenía un Destino que cumplir y un camino que recorrer. El Sombra se volvió más oscuro que su propia gente. Se dió cuenta de eso. De que ya no era como antes ni como los demás y, por tanto, fue el primero de los suyos.

martes, 15 de febrero de 2011

Asa'el

Recordar cómo fuí llevaría una eternidad. La dispongo, pero ni si quiera una eternidad podría hacer que mi memoria perdida volviera. Desde el Gran Tormento, me esforcé en olvidar todo recuerdo, todo dato, cada experiencia vivida. No lo conseguí en los primeros siglos. Pues el Gran Tormento ya había comenzado. Fue mucho después, cuando mi mente sólo sabía del dolor que había sufrido en manos de mi señor. La locura me volvió como soy ahora, pero mi locura es mucho más intensa que la mente mortal de un humano y la utilizo en beneficio propio. Ya nadie piensa que sea peligroso, y hay algo que no saben. Uno no deja de ser peligroso, jamás. Y mucho menos a un ser como yo.
La idea me hace mucha gracia. De pobre loco a un vil asesino. Mi naturaleza jamás ha cambiado, salvo... una sensación parecida a la añoranza. No sé por qué siento eso y no lo puedo lograr recordar. La guerra no ha cambiado y, sin embargo, somos muchos más que ellos. No me rendiré y mi acero tampoco. Destruir y propagar incendios son mi vocación. Antes del Gran Tormento era poderoso y ahora no soy más que un siervo viejo. Demasiado tiempo he vivido y aún ando en busca de alguna respuesta a esa sensación de añoranza. De mis recuerdos del pasado, antes del Gran Tormento, recuerdo a una congénere mia: Azazel. Estuve con ella hace muchos siglos -por no decir milenios-. No sé si sigue viva o si murió, mas he estado estos años buscando información sobre ella y muchos piensan y dicen que Azazel solamente es un mito que inventaron los humanos. Me niego a creer en eso. Soy viejo y aún no he perdido las ganas de vivir, pero solamente espero que mi mente no haya creado un recuerdo que nunca existió y, por lo tanto, que no se vivió...

viernes, 11 de febrero de 2011

No hay otro camino

-Mi supervivencia... no tiene... importancia -dijo lentamente, el vampiro-. La importancia... radica en... mi maldición y... mi venganza.
Las palabras calaron hondo en el grupo de jóvenes, sobre todo, en una joven situada en el centro. Parecía una niña, más que adolescente.
-Y... ¿tú qué harás? -preguntó uno de los mayores del grupo, un adolescente de nombre: Peter.
El vampiro rió con una risa amarga, y sus ojos ya estaban completamente rojos, ya no se veía el iris de sus ojos, y sonríendo como un tiburón contestó:
-Voy a hacer lo que mejor se me da: una sangría.
Todos temblaban y se apartaron un poco más del monstruo, aunque él los hubiera protegido no significaba que fuese un aliado.
Ahora una voz habló en la mente de la muchacha del centro del grupo.
:Me temes, y temes que me pase algo. Sé el motivo y... ten en cuenta, que alguien como yo, no sería bueno para ti, dado a mi naturaleza no soy de fiar y porque... nunca se podrá confiar en mí, por el hecho de que yo no soy... humano. Aunque lo hubiese sido, pero eso, forma parte del pasado y tu vida no está aquí, en este agujero con un chupasangres. Adiós, Cat...:
La chica tembló aún más que sus compañeros y en sus ojos hubo un pequeño brillo, un instante que el vampiro guardaría en sus memorias más reconditas. No hubo emoción en el rostro del monstruo, aparte de su sonrisa confiada y despreocupada y se marchó por donde habían huído, para no volver, enfrentarse a la propia oscuridad y en el peor de los casos, a la muerte.

jueves, 3 de febrero de 2011

Mi Reino

La lluvia caía con fuerza y los rayos iluminaban el firmamento para luego desaparecer.
Antiguamente las personas temían los rayos como a las mordeduras de las serpientes. Pensaban que esos rayos los alcanzarían y los matarían como el castigo de un dios.
Yo ya no los temo. Porque no tengo donde esconderme y aprendí a no temerlos. Pueden hacer daño, sí. Pero eso pasa porque pase. No hay dios que los controle ni ser que sea extraterrenal que los domine a su antojo. El agua ya no dejaba charcos, sino pequeños ríachuelos para después convertirse en un fluído mucho más fuerte.
La ropa se me empapaba. Anteriormente, esa sensación me molestaba y, con el tiempo, me fuí habituando y deseaba que el agua me empapase completamente. También deseaba que me limpiáse el alma, con poco tiempo contaminada por duros castigos y desfavorecimientos.
El tacto con el líquido era reconfortante. Sentía la frialdad de cada gota para ser calentada por la temperatura de mi cuerpo, y de poco servía. Pues también el viento enfriaba el viento.
Este Reino me pertenece, este lugar inundado, este páramo de frío es ya mi hogar. Ya no pertenezco ni a la Luz ni a la Oscuridad. No morí, porque no viví.

martes, 1 de febrero de 2011

Condición de un loco racional

Como todos: estoy encerrado. La conciencia no sólo está en el corazón, ni solamente en la mente y se puede decir que también está en el espíritu de según qué personas.
Tengo una creencia: se trata de que toda alma puede tener alas, alas rotas o no tener nada. Las que tienen alas no son felices del todo pero viven su vida más o menos normalmente y se conforman, los que tienen las alas rotas no tienen ganas de vivir, pero muchos hacen el esfuerzo de hacerlo, a pesar, del dolor que ello conlleva y, definitivamente están los que no tienen nada; gente que ha sufrido y sufren. Siguen sufriendo, no sólo por sí mismos, la gente de nuestro entorno tiene parte de la culpa, a la vez que ellos mismos y no tuvieron el valor de enfrentarse.
Yo soy un sin nada, de alas rotas pasé a un sin nada. Y vuelvo a decir que sigo encerrado en una prisión mental que nadie puede destruir. Tal vez, ésa sea mi perdición y aunque alguien racional se asustaría, que intentaría cambiar, yo no voy a hacerlo y no es que haya he tenido ocasiones u oportunidades. Las tuve y las dejé pasar. Para mí no hay nada más. Uno o dos objetivos en la vida: una espera que tardará en acabar y una venganza. Antes tuve otros objetivos, pero, se puede decir, que eran secundarios.
Quien lea esto que sepa que soy un ser racional con mucha locura.
Dicen que no hay que rebajarse al nivel del enemigo. Es tan tentador... En instantes deseo no tener corazón, ser alguien capaz de no arrepentirse de actos que muchas personas creen... fatalistas. Pero todo es relativo, todo significa algo diferente para cada persona. Frialdad y ardor.
Todo eso está en nosotros. En unos más que otros me atrevo a decir.
Nadie logrará hacerme sentir vivo como humano, pues las personas que solamente sienten pocas cosas se vuelven casi animales y toda razón es lógica y simple, pero efectiva.

No puedo permitirme ser humano.

jueves, 27 de enero de 2011

Espectro

El ser ilumina con su luz azulada el oscuro bosque. La fría noche trae consigo algo de escarcha y pequeños copos de nieve caen del cielo, de los árboles al suelo. Unas risas cantarinas venían por un camino lleno de arbustos. Y de ellos salieron dos jóvenes cogidos de las manos, sorteando las ramas y hojas de la vegetación.
El Iluminado nunca recibía visitas en su bosque, para que no lo vieran disminuyó la luz azul de su cuerpo, pero no podía extinguirla. Los jóvenes eran un muchacho y una muchacha con los rostros llenos de un rubor. El chico cogió con su mano un poco de nieve fría y se la arrojó a la chica. Ella hizo lo mismo a su vez. Los dos estaban riéndose. El Iluminado fue como ellos una vez, hace mucho tiempo y ya no podía volver a serlo. Renunció a todo lo que tenía, que le parecía poco o nada, y vagó de aquí de allá, hasta que su cuerpo murió. El espíritu, en cambio, no podía descansar y se quedó donde el cuerpo pereció. En el bosque. Para él no tenía sentido lo que hacían los jóvenes. Podía intuirlo pero no entenderlo, ya no.
Los jóvenes cansados y con los ojos brillantes, se acercaron el uno al otro y se abrazaron. Ya no había rubor en sus rostros. El Iluminado se preguntaba muchas cosas: qué sentían, por qué lo hacían... Oculto tras los árboles seguía espíando. Con el rato sentía más curiosidad por los jóvenes, más por lo que sentían que por lo que hacían. Era una balanza que él ya no podía entender.

¿Cuál fue el error del Iluminado en el pasado? No valoró lo que tenía, es más, su ambición no paraba de crecer. En sus ojos lo que tenía no tenía nada de valor y en su busca de cosas valiosas olvidó que lo más valioso era un corazón y todo lo que éste podía sentir.
Por eso cuando su alma dejó el cuerpo se convirtió en un espectro, ya no podría sentir lo que siente un vivo, ya no era como ellos, aunque lo hubiese sido en esencia, ya solamente podía preguntarse: ¿por qué?

lunes, 17 de enero de 2011

Un cuentecillo

Dejado el odio a un lado, dejando la amargura en el armario y el sueño en la cama; escribiré esto. Por mi y por ti. Te importe o no te importe: hay una historia de un chico que se hace llamar Killar.
Su vida era difícil, huérfano y metido en un gremio de ladrones, había una pequeña chica con él. Todos creían que la adorable niña era muda, pues nunca pronunció palabra y su vida era aún más dura que la de Killar. Él siempre la protegía de la manera en que podía, se llevaba las palizas que le querían dar a ella.
Con el tiempo Killar creció y deseó ser un ejecutor, uno de los mejores asesinos de la ciudad. Pasados unos días, cometió su primer crímen, como prueba a su maestro ejecutor. Aprobó y fingió su muerte, abandonando el gremio de ladrones y a Muñeca, la chica de la cual él estaba prendado. La misma chica a la que protegió. Ganando el dinero que ganaba él, siguió protegiendo a la niña que se convirtió en mujer, y en una sirvienta de una familia rica.
Ella pensó que su mejor amigo y protector había muerto, lloró y lloró, pero el dolor a la pérdida no cesaba, hasta que un día le llegaba dinero de un desconocido. Una manutención para ella.
Escribió cartas, muchas cartas de agradecimiento a su nuevo "protector".

Killar nunca dejaba de verla, siempre iba al mercado y pasaba por el lado de la parada de Muñeca, ella no lo reconocía.

Estaban cambiados los dos, separados en mundos diferentes y dos nuevas vidas.

Killar tal vez ya no era el mejor amigo de Muñeca, pero seguía protegiéndola, a pesar de que él no podía acercarse a ella ni hablarle, ni responder a sus cartas.

Siempre estaría ahí para ella.