jueves, 18 de agosto de 2011

¿Quién eres?

Los cuerpos de dos seres queridos míos están tumbados en el suelo. Con la mirada perdida en la infinita oscuridad de la noche. Con los ojos sin luz de vida. Eran mi mejor amigo y la chica a la que quise. Él era bajo, medía un 1.65 de alto. Tenía el pelo corto, de color azabache y unas gafas demasiado grandes, su nariz aguileña y una boca con la que mostraba una gran sonrisa siempre. Y ahora, ya no está. Él ya no está y su sonrisa ha desaparecido, ya no están a mi alcance.

Su silla de ruedas está a cinco metros de su cuerpo, tirada como si fuese basura y un rastro de sangre va desde la silla hacia su cadáver. Pero su rostro no es la mirada que debería haber visto. No reflejaba miedo: ¿qué habría sentido mientras perdía el halo de su vida? Es una pregunta en la que se me escapa la respuesta. Un enigma como la razón de mi propia pérdida de mis seres más cercanos,

El cuerpo de ella no está mejor que el cuerpo de Gabriel. En su rostro se notaba que había sufrido mientras se desangraba. Pues dos heridas cubiertas por manchas de sangre, aún sangraban. Heridas de una cuchilla, en el pecho y en el vientre. La mirada de ella era menos expresiva, pero tenía humedecidos los ojos. Había llorado mientras moría. Su cabello pelirrojo le tapaba la mitad del rostro, y su camiseta blanca ya no era de ése color.

He llegado tarde..., pensé empezando a llorar, cuando más me necesitaban y yo... les... he... fallado.

Se escuchaba un risa por encima de mi cabeza. Levanté la mirada y una sombra descendía hasta el suelo, riéndose. Cuando llegó al suelo, echó a andar hacia los cuerpos de mis mejores amigos, mirándolos con desdén y una sonrisa torcida.
-Merecían morir-dijo como si nada.
-¡¿Cómo?!-pregunté, gritando.
-Lo he hecho por nosotros-explicó el extraño.
-¿Por qué acaso querría yo esto?-pregunté, en voz baja.
-Porque ellos te retenían-respondió el hombre-. Estás mejor sin ellos. Ya no habrá dolor por su culpa, ni dolores de cabeza.
.-¡Ahora tengo una existencia vacía!- exclamé-. ¡¿Quién diablos eres?
-Soy tú mismo.
En un simple soplo, se hizo la oscuridad.

1 comentario:

  1. Hm... Duele incluso al leerlo o solo de imaginarmelo me quedo fría.
    Esta bien... Esta bastante bien para ser corto... Pero ya tardas en devolverme mi felicidad. Así que trabaja en ello.
    Te quiero <3

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