miércoles, 24 de agosto de 2011

Mi ser

Hay gente que pinta en las paredes nombres. Palabras de diferentes idiomas mezcladas entre sí o palabras que inventan en sus mentes. Otros cogen su nombre de cosas que han leído o jugado. Haciendo el nombre propio.

¿Para qué servirá, os preguntaréis? Aquí tengo la respuesta o respuestas: el nombre nos identifica por ser como somos. Somos el nombre que más afín es a nuestra personalidad, a nuestra manera de ser. Claro está que podamos tener más de uno, pero solamente hay uno que nos describa tal cual somos.

Os diré cuál es el mío. El nombre que no es el nombre que me dieron, sino el que yo elegí por mí mismo: Fimbulwinter.

¿De dónde habrá sacado ése nombre tan raro? La respuesta está en la mitología nórdica.
Fimbulwinter significa eterno invierno, o algo parecido. Pues es uno de los pasos del Ragnarok: el fin del mundo, en la mitología nórdica. Fimbulwinter es el paso en el que habrá seis inviernos seguidos sobre la Tierra, donde todo perecerá por frío y por los gigantes de la escarcha que lucharan contra los Aesir.

No voy a pararme a explicar cómo se ejecutará éso. Explicaré por qué escogí ése nombre para representarme.

Suelo mostrarme frío y sin emoción como el invierno. En otras ocasiones soy cálido como un buen fuego calienta en un campamento, donde las charlas y las risas se muestran.




Aquí está el significado del nombre elegido por mí.

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