sábado, 24 de diciembre de 2011

Jamás...

¿Cómo pueden quitarme lo malo o lo bueno? ¿Mi propia memoria puede hacerlo? Sí, tu propia memoria puede hacerlo. Puede hacerte pasar por el mejor momento de nuestras cortas vidas y el peor en el que se desearía morir.

Me quitaré lo que yo mismo me quiera quitar.

¿Qué me pueden quitar a mí la gente externa a mí? Nada de nada, excepto palabras. No pueden modificarme ni usarme porque mi precio es algo que yo mismo sé. Soy extraño y solitario. Ventajas de las vida y desventajas de la mala suerte.

Podéis negarme sentimientos, podéis negar hechos y sucesos que he tenido en mi vida o haya tenido en la vuestra. Me da igual.

No defenderé lo que no es necesario. Mi integridad está intacta, mi orgullo está por los suelos y la dignidad no me importa porque es la dignidad de un perro.

¿Qué queréis obtener de mí? No os daré nada que yo no quiera daros. No me podéis quitar nada excepto cosas materiales. Cosas a las que se les coge cariño y te dan rabia cuando te las arrebatan y seguirán estando aquí mucho después que nosotros. Su existencia da igual, solamente nos hacen sentir más cómodos en nuestro ambiente pero no en nuestra mente. Donde éstas pueden ser a simples cabañas de madera a castillos y palacios según sea la persona.

¿Queréis saber lo que no me podéis quitar? Bien, porque os los restregaré por la cara a todo aquél que me conozca y me desee mal, por muy desconocido que sea, porque me dará igual, y así haré que la gente cercana a mí pueda estar orgullosa de la parte más intensa de mí

Mi mente es una red de túneles subterráneos donde nadie puede acceder. Porque no lo permito y solo cuento bocetos de todo lo que significan las cosas. No me entendéis, ni pretendo que lo hagáis.

Esos túneles están llenos de una escarcha donde dentro de ésta late una llama de fuego fría o cálida según el momento o experiencia atesorado en ella. Cuando más especial más profundo será y menos acceso tendréis y más cerraduras pondré. Puertas asegurados como los ojos de un guardián que está dormido pero sabe lo que pasa a su alrededor sin falta de abrir los ojos.

¿Queréis que os muestre mis mejores recuerdos? Bueno, mejor dicho parte de ellos. Porque jamás en la vida lo sabrá completamente todo de mí, y es más, os advertiré: SOY CAPAZ DE TRAICIONAROS POR NADA Y POR TODO.

Las risas con mis tres locos jamás cesarán y ellos sabrán quiénes son. Mis conocidos no olvidarán los nombres que les doy ni las bromas que les dedico, al igual que las tonterías y paridas que se digan. A los desconocidos me da igual que os de igual, no me entenderéis ni el por qué de este texto.

¿Me falta alguien? ¡Ah, sí! Momentos tensos, momentos como una descarga eléctrica en el que el corazón muerto vuelve a resurgir con una leve fuerza, pero la suficiente para hacerlo latir, risas y bromas compartidas al igual que buenos momentos nunca faltaron. Donde los más de tres años sigo observando como un poseso observa a su mejor posesión.

No tengo nada más que decir, excepto: jamás me quitaréis lo que he obtenido.

1 comentario:

  1. Hola. La muerte me pisa los talones y me ha sacado una bamba. Hija de puta, para unas bambas buenas que me compro en mil años...


    P.S: estás buenorro. Estoy bebido. Hola.

    ResponderEliminar