lunes, 23 de mayo de 2011

Soy Diablo

Verdad, mentira, realidad, ficción. Raramente me encuentro en estos dilemas. Ahora, todo lo que me queda es un baile por todo lo que no es cierto.
El miedo ha sido remplazado por la ira y el desconcierto. La inseguridad se ha visto eliminada por un odio que no sé si es una ficción sobre mí o mis pensamientos.
Mis heridas emocionales no sanan y no paro de pensar, preguntarme el por qué de cualquier razón. Ahora es cuando desearía el olvido o un perdón que necesitase.
Mi cuerpo y mi corazón están acalorados, mi cuerpo y mi alma laten de rabia.
No hay manera de controlarla o soltarla. Todo es tragar y soportar o tolerar. No puedo olvidar, no puedo dejar de pensar.
Si esto es un castigo no es justo. Si hay una razón por sentir esto dime el por qué.
Mi alma sigue latiendo intensamente por algo que no es bueno, mi pensamiento balbucea, se culpa o me culpo. Ya no estoy seguro.

La frialdad cubre mi rostro. Ya no hay sonrisas. Ya no hay risa. Ya no hay magia ni complicidad. Caí en el infortunio, caí en el pozo de la negrura de mi ser. ¿He de aceptarlo? ¿He de sentir esto para siempre?

Nunca entendí el por qué de nuestra creación, del nacimiento del alma y la razón.
Si esas cosas resultan bellas... ¿por qué también son horrorosas?

La esperanza puede huir cual pájaro volar y dicen que es lo último que se pierde. No es así. Para mí resulta ser lo segundo o lo tercero. Todo resulta dramática y tétrico...

Ojalá la superstición fuese cierta, ojalá la leyenda fuera cierta... para así desaparecer, como la nada de la que salimos...

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