domingo, 12 de junio de 2011

Behind

-¿Por qué no vienes con nosotros?
No me digno a contestar a esa pregunta a nadie. Doy media vuelta, simplemente, y me marcho. Moviendo la mano como despedida.

Recuerdo muchas de esas conversaciones. Recuerdo las miradas incómodas, las preguntas y respuestas de la misma calidad.

Estoy cerca de casa. Estoy en el portal. Subo las escaleras, abro la puerta exterior, giro a la derecha. Llamo al timbre y no hay nadie quien me abra. Abro la puerta y a unos cortos pasos llego a mi habitación. La pantalla de la televisión está encendida y no pilla ningún canal, con lo cual todo se ve azul.
No me molesta una luz así, ni la música que oigo por los auriculares. Con lo cual me tumbo en la cama, mirando a la pared azul. No me duermo pronto, y lo que hago hasta dormirme es preguntarme demasiadas cosas. Mi mente no deja de pensar ni de imaginar.

Cuando el cansancio hace mella hago algo que me cuesta mucho: soñar. El sueño hay veces que no recuerdo y otros están en mi conciencia. Situaciones agradables y desagradables. Lágrimas y sonrisas.

Uno de esos sueños, pasó en la terraza de mi bloque de pisos. Allí arriba, observando el cielo azulado, las blancas nubes y el verde del bosque. No está mal la vista, y aun así, no encuentro lo que mi alma desearía encontrar.

Algo que no entra en lo material. Algo que puede ser mi propia salvación y a la vez mi propia destrucción.

¿Pensáis que hablo del suicidio? No, no va de eso.

He encontrado tesoros que pueden significar demasiadas cosas; todas ellas valiosas, y a la vez, peligrosas.

No es sencillo de entender, para eso deberíais conocerme. Y os aseguro que ni mis tesoros, ni los que lean esto, me conoceréis.

Mi corazón está muerto, al igual que mi esperanza está acabada y arruinada. La llama no volverá a prenderse.

Lo único que puedo ofrecer ahora es mi Corazón de Serpiente.
Daré un aviso, y no lo repetiré jamás:

Podéis confiar en mí, pero no debéis.

Kyle.

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