miércoles, 27 de julio de 2011

Casos de, casos sobre qué...

No podía hacer nada. Pensaba y pensaba que qué podía hacer.
¿Habré hecho bien? ¿Estoy solo? ¿Qué hago aquí? ¿Por qué pasa esto?
¡Tanta pregunta que retumba en mi mente! ¡Basta ya!
No hay momento feliz ahora mismo, solamente algo que se me ha hecho eterno. Una espera que aún durará, y tal vez no tenga fin. De todos modos, nadie me esperará.
¿Qué tengo que perder? ¿Qué tengo que ganar? Maldito análisis.
Mi cabeza va a estallar, pero no lo hace. Mi alma, mi ser no es capaz de llorar ni de dejar de pensar.
¿Por qué debería hacerlo?
¡Basta ya!
Un basta no me vale. Por mucho que me lo repita sé la verdad. Mi verdad acerca del mundo que me rodea. El mismo mundo que a la vez es un Paraíso y un Infierno.
Soy mi propio Diablo, tú mi propio Ángel.
Cuando vuela mi alma en sueños no deja de buscar. Una salida, un nuevo lugar en el que vivir y en el que estar tranquilo.
Si decides no venir conmigo no podré hacer nada. Si decides irte tampoco podré hacer nada.
Desde ya no puedo protegerte, desde ya no puedo animarte, desde ya no puedo sentirte dentro de mí.
Siento y no siento, y como una bala sigo mi camino sin importar el obstáculo. Carne o pared, sangre y hueso, todo da igual.
¿Cuál es mi origen?
Es algo innecesario de saber. Ya estoy asentado y vivo aquí. Mis ojos que divisan a la gente de mi alrededor no dejan de vigilar.
Ya no puedo mirar atrás ni tampoco derrumbarme por cosas pasadas.

Elige tu camino, si es conmigo o sin mí.

En el mejor de los casos, yo seguiré aquí.

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