sábado, 7 de julio de 2012

De Planeta a Planeta



Si de las pesadillas pasase a la luz, tal vez me quemaría como un ser que no soporta la luz solar. Podría exclamar: ¡que la luz del día me quema!

Pero poder abandonar un mundo viejo para ir a uno nuevo, sería interesante, aparte de peligroso. Si el mundo de origen me destroza, el Nuevo Mundo podría renacer mi ser o mi temple. Lo mismo podría ser y estar en un sopor, en un sueño como lo estaría alguien congelado. Pasando un tiempo soñando sueños y pesadillas. Me daría igual.

Llegaría a una tranquilidad en un tiempo casi indifinido. Fijado a una fecha definida por el tiempo que me llevaría a ese mundo.

¿Sería una amenaza para ese mundo, por ser algo ajeno? ¿Podría iluminar ese mundo, sin ser su propio sol?

No quisiera ser el centro del mundo y, tampoco un todo. Sería un extraño en una vida extraña por las condiciones físicas del lugar y psicológicas propias. Incluso podría ser todo una trampa para mi propio bienestar.

Un aire diferente, un veneno en las necesidad básicas de mi propio cuerpo... Daría igual, porque valdría la pena ir a otro mundo. Ir a un planeta lejano de la Humanidad, incluso... ¿de mi propia humanidad?

Puedo sentirme ajeno a la Tierra, a la maldita civilización que la habita y que me ha criado. Nadie tiene la culpa después de todo.

La responsabilidad de lo que me deparó la vida solo fue una cosa casual, porque el Destino para mí no existe. Toda la vida es un camino difundido por caminos más pequeños y sendas que te pierden en una espiral u otros modos de quedarte atrapado o salir adelante. Hasta llegar a un final, pero el final solo es el comienzo de una historia diferente.

Quien quisiera seguirme, sería bienvenido en la Nave Nodriza de ésta dramatis persona.

Claw Sanguine

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