viernes, 23 de marzo de 2012

-¡Hasta nunca por tu culpa!-gritó ella, mirando de una manera que le dolía el hecho de verla así; algo como él solía expresar.

Desde el principio dio problemas él y nadie lo mencionó, pero él lo sabía.

-Desde siempre he guardado mis sentimientos porque nunca fuiste uno más-declaró ella.

Desgracia y todos salieron perjudicados.

Maldito traidor... ¡Márchate de aquí agitador!

-¿Era esto lo que querías demostrar?-replicó él, dolido por una situación que se había repetido una y otra vez a lo largo de su corta vida-. ¿Acentuar mi diferencia, que soy un descastado sin hogar y familia? ¿Qué vendería a mis pares por unas simples monedas y con ello presumir de mi facilidad para no decir toda la verdad?

>>No siento lo que hice. Soy así, pero lo que sí me duele es que tú creas que soy el monstruo que me estás describiendo. Culpándome de la miseria que te pasa ahora, cuando era yo solamente quien te arropaba en las noches y aliviando tu dolor...

Eres una egoísta si realmente crees eso. Búscame cuando quieras ver la realidad.

El muchacho se marchó, dándole la espalda y saliendo de su ojos una lágrima salada.

Había mostrado los colmillos y las garras, y así fue como él se convirtió en una bestia decidida a no razonar como un humano, pues ya no era tal como le describieron.

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