Todos se marchan.
Dejan estas tierras que antaño conocieron la gloria.
Ahora sólo quedan cenizas.
Lo que creamos está muerto.
¿Lo estaremos nosotros?
¿Estarán muertas nuestras mentes y almas?
Las plantas ya no dan flor, los árboles ya no dan su fruto al hombre y a la Madre Tierra.
El agua de los ríos ya no fluye, se ha transformado en una escarcha que helaría y mataría al propio corazón.
¿Estará muerto de verdad nuestro mundo?
¿Estaremos nosotros muertos?
¿Este es el mundo de los vivos o es un macabro mundo donde vamos al morir?
Ya no tengo las cosas claras.
Ya no tengo las cosas claras.
¿Dónde está la hierba de las llanuras que alimentaban a nuestros caballos?
¿Adónde se marcha el pueblo ataño orgulloso de sí mismo?
¿Dónde están aquellas ciudades de piedra blanca que tanto orgullo y aprecio nos hacia sentir?
Ya no tengo las cosas claras...
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