sábado, 31 de octubre de 2009

Merecido descanso

Me alumbran con una linterna y me ciega esta luz que me da en los ojos...
Huyo y caigo en el vacío qué es la nada.
Intento aferrarme a algo sólido, pero siempre que encuentro algo se divide en pequeños trozos.
Cómo si se tratara de frágil cristal...
Y yo me pregunto: ¿por qué huir?
Con todo lo que he luchado, con todo lo que he ofrecido y ya me rindo...
Aunque sea una batalla perdida, yo siempre luché hasta el final.
Hasta caer en un sueño profundo de milenios y volver a levantarme con las fuerzas renovadas.
Para volver a luchar y dar muerte a mis enemigos y aunque estos acaben conmigo yo siempre he presentado batalla, y la presentaré.
Atacar y esconderse, atacar y esconderse.
Pero ya es hora de cambiar.
La linterna alumbra mis ojos y me ciega.
Huyo de la luz e intento aferrarme a algo que no sea un sueño, que sea una esperanza inútil, pues los dioses de la muerte siempre están conmigo.
Todo se derrumba y sus tambores suenan.
Vienen en perfecta formación y yo junto a unos pocos espero a que vengan.

¡A que den la señal de atacar!
Toda esperanza es en vano, pero algo me ayuda a creer que la victoria es posible, que después de esta batalla tendré mi merecido descanso....

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