sábado, 13 de noviembre de 2010

Estrella de alma plateada

Una noche de luna llena y un cielo completamente estrellado por miles de luces que pocas veces se podían ver por las farolas del pueblo. Alguien reía, y corría por los tejados y azoteas de los edificios de aquel pueblo pequeño, situado en el interior de la provincia de Cataluña, en España.


Aquel pueblo se llamaba Cardedeu y para ser un pueblo pequeño: tenía varios edificios de los cuales eran casas, pisos e incluso algunas oficinas, las tiendas estaban alejadas unas de otras, entre las cuales la mayoria no eran muy buenas y el resto las superaba, aunque, tal vez no mucho. También había pocas plazas y aún menos zonas verdes, las calles siempre estaban llenas de gente, a todas horas, y parecía que incluso muchos sobraban...


Un 11 de Noviembre del año 2007 empezaron a correr rumores sobre una figura negra sobre los tejados de los edificios, provocando ciertos daños a las estructuras, entre ellos grietas. Mucha gente intentó vender su vivienda o los locales que poseyeran y pocos pudieron irse. Cuando llegó el 25 de Diciembre la gente con más edad de Cardedeu empezaron a soltar comentarios sobre un diablo que aparecía por las noches. Muchos intentaron denunciar al responsable de aquellos daños estructurales y la gran molestia que sentían desde aquel frío Noviembre pero, la policía no podía hacer nada, pues pensaban que un ser humano que pudiera saltar de un edificio alto a un bajo y salir sin un rasguño era completamente imposible y dejaron el tema por imposible que era.


La sombra andaba por las calles con la capucha de la sudadera gris puesta, sus pantalones tejanos estaban rasgados y sus zapatillas de deporte negras en muy mal estado. Tenía la cabeza gacha, mirando al suelo y sonriendo para sus adentros. Esquivaba a la gente que tenía delante sin mirarla, simplemente las sentía. Sentía sus conciencias, las voces de sus pensamientos, su verdadera esencia. Oiría sus pensamientos si quisiera pero, la vida de los mortales dejó de ser divertida hace muchos años -por no decir siglos-. Pronto sintió la mente de alguien más poderoso que un humano, no oía sus pensamientos pero, podía detectar su posición si se concentraba lo suficiente. No era la mente de alguien como él, no había maldad pero sí un pequeño dolor o mal estar. Se deslizó entre el gentío, dejándose notar su presencia a aquella mente tan poderosa. Giró por la esquina de un callejón cercano y esperó. Nadie entraría estando él y aquella mente, ya fuese de alguien como él o de un enemigo.

No pasó ni si quiera cinco minutos y delante de él apareció algo muy distinto a algo que conociese. Una radiante luz surgía de aquel cuerpo femenino y pálido. Unos ojos azules se toparon con los ojos grises de él, la boca de aquel ser no mostraba ninguna emoción y él estaba sorprendido y a la vez contrariado por aquella luz resplandeciente. Solo vestía una túnica blanca y el cabello de color ceniza le caía lisamente pasados los hombros.
-Así que... ¿tú eres el moreodeador nocturno no es cierto?
La sombra no contestó a la pregunta del ser de luz.
-No eres un demonio completo, por lo que veo... Por lo que puedo ver hay aún humanidad en ti, poca claro está pero, sigue ahí. Eres de aquellos humanos que vendieron su alma para convertirse en demonios... Me repugnáis.
La sombra no se tensó, le afectaban sus palabras sin saber el por qué, pero simplemente sonrió amargamente y se alejó de allí. Dando la espalda a aquella mujer, fuese lo que fuese.
Le daba igual todo desde un buen principio, su pasado y ahora solamente le quedaba la nada. Pensó que era un demonio completo y sabía que, se engañaba así mismo. Mostraba el comportamiento de un demonio y el de un humano por igual. Pero había una gran diferencia entre un demonio -un verdadero demonio- y un humano: los demonios podían tener sensaciones humanos pero ellos eran algo más y no mostraban esas reacciones como los humanos y los humanos siempre sentían el flujo de esas sensaciones y sentimientos.

Pasado un més sin que el merodeador nocturno volviese a aparecer, la sombra volvió a una de las azoteas más altas de Cardedeu y allí mismo se purificó con su propio fuego infernal. No era el fuego con tonos azules, este era totalmente plateado. Se quemó durante varios minutos, era doloroso y gritaba por ello y al igual lloraba, todo había sido una equivocación, todo...

Pasado un rato el cuerpo de la sombra desapareció sin mas y ya solamente qedaba aquel fuego plateado, que se convirtio en una luz y subió a las estrellas, quedándose entre ellas.

1 comentario:

  1. Como todo lo que he leído tuyo, me parece fantástico.
    Me alegro de que te gustase mi historia, ¿qué harías tú en La Tierra Media con una pistola? :)
    Me tranquiliza saber que no dejarías de escribir en tu blog, aunque yo espero impaciente los textos ^^
    Y muchas gracias por decirme tu tuenti, ¡agregado estás!
    Un saludo y cuidate ^^

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