lunes, 6 de diciembre de 2010

Quemando el pasado

He visto muchas series, he leído mucho libros y he escuchado todas las canciones. Nada interesante queda ya. Solamente hay cosas que no tienen que ver con la realidad del mundo y hablan de otros mundos inconexos al nuestro. Diferentes realidades lo llaman.

He sido muchas cosas, he tenido muchos nombres y diferentes personalidades a lo largo de los años. Recuerdo cosas que eran más sentimiento que contacto físico. Soy el último y esto no ha acabado. Nadie cree en nada, ni en la magia, ni en un Dios o varios y ni si quiera en seres mejores que estén por delante de los humanos. Pero ni mi raza ni mis enemigos raciales no hubiéramos vivido como reyes sin ellos. No hay nadie más como yo. No estoy furioso, ni deseo venganza, pero tampoco puedo pasar de página, no tan fácilmente. No es que lo vea todo negro o blanco, simplemente no veo nada, ni si quiera un objetivo me guía. Sigo vivo y quiero seguir estándolo, pero claro, no puedo vivir sin luchar, así que seguiré con la guerra. Todos nosotros, mi raza y mis enemigos, cada ser individual de nosotros tenía un objetivo o varios, y otros solamente dejaban que los años pasasen, sin haberlos vivido, pues ya han asistido a demasiadas cosas de nuestro mundo y se terminan cansando.

Olvido lo que viví y experimenté en el pasado, y lo ignoro, no quiero recuperarlo. Mi memoria no es excelente y de hecho estoy loco, pero no voy a llegar a serlo como los Ancianos. Junto con mi pasado vivido he olvidado mi nombre antiguo y el nombre humano que yo elegí. Después de todo... hay tantos... Muchos más que el número de enemigos que tengo.

Hace unos años observé una serie ridícula, que no llegó a conmoverme pero, que veía cierta silimitud con el protagonista y su enemigo. El bueno y el malo. Todo se resume así, en bandos. Y los dos estaban solos. Un frente contra frente. No había nada que perder, excepto, la vida claro. Pero siempre había la manera que uno de los dos huía y juraba venganza. Yo estoy como ellos, huyo pero no pido venganza. Solamente lo entiendo. Hemos perdido la guerra y no acabará hasta que yo esté muerto. Tampoco busco las respuesta de por qué hay una guerra hasta la propia extinción. Tal vez, no la haya y todos que la conocían lo han olvidado. Todo es probable.


¿Créeis en el mal? Yo soy el mal y ahora sabed mi nombre que yo elegí de nuevo.
Me llamo... Dalek.

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