viernes, 14 de enero de 2011

Dos almas y un Guantum

-No puedes hacerme esto...
Lo haré
-¿Por qué?
Porque debo. Eliminaré tu dolor por completo y te sumirás en un largo sueño. Solamente te despertarás cuando todo haya pasado y cuando yo lo decida...
-¿No te das cuenta de que mi vida pasará, que me haré vieja y que moriré?
Solamente morirá tu cuerpo, que es prescindible. Lo que durará será tu alma
-Me matarás en el proceso... Acabarás conmigo. Ésa es tu naturaleza; devorarás mi alma y podrás hacer con mi esencia lo que te plazca.
Te equivocas en ciertas cosas; pero sí, es mi naturaleza. Estás equivocada, porque no pienso devorar tu alma. Pienso fundirme en ella, y así, nuestras almas estarán juntas. Aunque sé que eso te asusta. Pues tú nunca has visto mi mundo
-¿Y cuál es tu mundo?
El hielo
Estaba asustada, no lo entendía, no sabía sus motivos, pero no podía alejarme de él. No después de todo lo que me ha dicho, después de lo que me ha enseñado. Daré el paso...
Una sombra estaba junto a mi. Era él. Su voz seguía hablándome en mi mente. Me indicaba lo que tenía que hacer: cerrar los ojos, dejar la mente en blanco, respirar con calma y lentamente. Poco a poco necesitaba más aire, y tenía la necesidad de abrir los ojos, pero no podía y tampoco podía abrir la boca. Calor, frío, calor y luego frío. Un frío que no era natural recorría mi cuerpo y me helaba la sangre. Caí al suelo, pues no podía mantener el equilibrio. Los latidos del corazón se hicieron fuertes y rápidos y poco a poco, aflojaban el ritmo. Cada vez más despacio...
Él me dijo que nuestras almas estarían juntas, pero no mencionó que su sombra entraría en mi cuerpo y formaría parte de mi ser.

No me dijo... toda... la... verdad...

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