sábado, 10 de abril de 2010

Cadenas

Pasan los meses y mis cadenas son cada vez más pesadas. Pasan los años y en mi interior no envejezco. Soy eternamente joven, pero para mal.

No desarrollo las facultades que tendría que tener en la edad adulta. Es como si... no evolucionase.
¿Será que no querré evolucionar o que es tan profundo el dolor que me hicieron que instintivamente hago un muro a mi alrededor? Quisiera saber la respuesta.

Sé que tengo salidas de estas cadenas que me atan, pero nada más mirar esas salidas retrocedo, asustado y temblando.

Me río de mí mismo.

Soy como Fenrir: un gran lobo de la mitología nórdica, hijo del Loki y una hembra de los gigantes, pero éste cayó por su orgullo, se pensaba que podía romper todas las cadenas que le atasen, pero los dioses nórdicos le engañaron.

Yo no caí por orgullo, sino por miedo a todo...

Esto es otro lamento más de un pesimista...

No hay comentarios:

Publicar un comentario