domingo, 7 de febrero de 2010

Preciosa, éste o esto, es mi decisión y mi lamento

Iba contra mis creencias que hubiera gente buena. No me lo podía creer, simplemente.
Siguen yendo contra mis creencias otras tantas cosas: que alguien me acepte, que alguien me quiera por lo que soy y represento.

Tantas atrocidades cometidas por mis congéneres, que ya me cansé, me quedé sin fe y sin esperanza, caí en la desesperación. Era como un zombie, un cuerpo que caminaba, pero ya no sentía nada, nada excepto: rabia, rencor, ira... Un ser consumido por la sed de venganza que nunca le fue concedida. Forma humana, claro ¿cómo no?

Mi espíritu fue lo que cambió, mi forma de ser, de vivir, en el mundo en el que me tocaba vivir. No quiero olvidar, son tantas cosas malas, tantos sufrimientos y experiencias de dolores físicos y espirituales que no quiero olvidarlo, por mucho que mis seres queridos me lo pidan.



Sé... que... vivo... en... el... pasado... Pero por un momento, un simple momento, me gustaría olvidar quién soy, cómo he llegado aquí, hasta aquí.

Pienso en la infancia, pienso en lo largo de mi vida, que es relativamente corta. Y, sin embargo, habré sufrido no más que los sin techo, pero sí más que la gente acaudalada.



No me gusta sufrir, como todo aquél que está en sus cabales, que no le gusta sufrir.
Pero es lo que toca.

Cuando te conocí pensé: vaya otra que me rechazará (otra de tantas), que no me aceptará. No fue como yo esperaba... Me aceptó, pero yo seguía sufriendo, no encontré mi sitio, pero sí un refugio.

Pasados unos meses me fuí, lo dejé atrás. He de encontrar mi sitio, que no está junto a ti, que es lo que me gustaría. Nunca he aspirado a nada, nunca he sabido qué hacer con mi vida, y esto no son simples lamentos y quejas. Sólo quiero que sepas... bueno, no sé qué quiero que sepas.

Todo es totalmente difícil. Sólo puedo decirte que estaré ahí, no siempre, porque no soy inmortal, y tampoco un guardián.

Puede que haya cambiado de tema, de mi sufrimiento a otro pensamiento, pero es lo que hay. Quiero que sepas... quiero que la gente sepa, que no soy un guardián, que no estaré ahí siempre esperando, como la estatua que se va agrietando con el paso del tiempo. Es duradera, sí, pero los humanos solo duramos unas décadas.


Esta es mi decisión. Estaré cuidándote más a ti, que a mí mismo. En lo que pueda.

2 comentarios: