domingo, 13 de diciembre de 2009

Memorias de Araziel

No necesito alimento, solamente almas. Los seres como yo nos nutrimos de ellas, también podemos comer comida normal, pero no la necesitamos. Somos inmortales.
Los ángeles se nutren de almas de diferente manera de nosotros. Ellos absorven las auras puras, nosotros en cambio, matamos a la persona o animal, sea lo que sea y absorvemos su alma. Así nos hacemos más poderosos. Sobre todo cuando el alma es más oscura de lo normal.
No sé si es suerte o casualidad que los humanos sean tan oscuros, la mayoría. Muchos han desaparecido y otros muchos han ido a reemplazarlos. Son una plaga.
De momento, yo soy joven y he salvado la vida varias veces. A veces por poco y otrás por mi habilidad con la espada. Sí, mi espada Ringeril.
Aunque soy un demonio menor, un demonio de la escalas más bajas de la cúspide demoníaca.
Tengo decidido no dejarme matar, ni por un demonio, ni por un ángel y ni por un cazador de demonios; que suelen ser humanos muy poderosos. Y por suerte, no nací débil.

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